6 de agosto de 2020

"El Reino de los Banü Al-Ahmar"

«Llegué a la ciudad de Granada, que es la morada de su realeza. Es una ciudad de bellas construcciones públicas y hermosos rincones, que pende de la montaña;  sobre ella se encuentra la Alhambra, que es la residencia del sultán. 
Es una ciudad generosa. En ella hay de toda clase de bienes: abundan las aguas, los sembrados, los cultivos, las huertas, las verduras y tiene muchas edificaciones; todo ello prolifera en ciudades y fortalezas. Es una capital de su reino y entre sus gentes: hay rectitud en la administración de justicia; corrección en las ventas y las compras; respetan lo recomendado y rehúsan lo reprobado. No hay en ella nadie hambriento, ni desnudo, ni quien proteste, ni quien llore, y esto indica que reina la justicia y la benevolencia. En sus gentes reside la bondad y la piedad.
De mi tristeza por la pérdida de la península de Al-Andalus me consuela -y doy gracias a Dios-, porque dejó una parte de la península de España (yazírat Isbá- nfya) bajo el gobierno de los musulmanes /Gracias a Dios!  Doy gracias a Dios cuando le irrita alguna de sus criaturas, ya que su clemencia, su generosidad, su liberalidad, su gracia y su misericordia, vencen a su indignación y su cólera.
«Dice Ibn As-Sabbáh: entré en el país, y conviví con los devotos de Dios. No vi otro mejor, ni más excelente que el territorio de Al-Andalus: quien vive en él es un bienaventurado, quien muere en él es un mártir. Ello demuestra que aquella tierra es lo último que les resta a los devotos. Sus pobladores son los últimos devotos»
 
Es una ciudad que pende de un monte de Sierra Nevada (Yabal Sulayr); con un aspecto extraordinario, mira hacia el territorio enemigo; de blancas murallas, es una bella ciudad, con una corona encima de su cabeza: es la residencia del sultán titulado "de la Alhambra", que derrama desde ella agua y verdor. Es una ciudad adornada con muchos árboles, edificios privados y alcázares (qusür). Entre todo lo que encierra, en ella hay un millón de jardines, hay un millón de alcázares habitados por hombres, niños y mujeres. En tiempo de los frutos está llena de buena gente. En cada alcázar (qasr) se encuentra el canto y la música durante cinco meses, con comida, bebida, fiesta y alegría.

La ciudad de Granada no tiene semejante entre todas las ciudades de Al-Andalus. Es ciudad en la que hay rectitud en toda la administación de justicia: en el almotacenazgo, en los precios, en las ventas y en las compras, tomando precauciones contra la usura, y observando lo licito.
La ciudad de Granada tiene buena atmósfera y buenas aguas; se ven elegantes brocados en hombres, niños y mujeres y son frecuentes los ricos trajes y los vestidos. Hay extensos sembrados, mucho ganado, excelentes dehesas (al- marcá), y mucha esperanza en todos los asuntos. Quien la habita es bienaventurado, y quien es muerto en ella es un mártir.

El país de los Banü l-Ahmar tiene ciudades en número comparable con Siria: como Malaga, Guadix, Baza (Basta) -La casa del azafrán-, Almería -la morada de los comerciantes-, Almuñécar (Munakab) -la sede de la caña dulce y del azúcar-, Málaga -la casa de la loza dorada-, Sierra Nevada -la morada de la seda temprana-. Debajo de ésta, la ya citada ciudad de Granada es la sede de la artesanía del tejido de la tela de seda y del tafetán. No se ve en el país otra manufactura; es todo lo que produce su población en cuanto a artesanías. Esto semeja lo que hay en la ciudad de Granada y su reino, además de sus sembrados y su ganado.

Se satisface con el excedente del terreno y de las regiones. Es un país en que no se interrumpe la producción de cosechas en el campo, ni de frutos, en el que sus cereales son abundantes, y sus viviendas son amplias. No hay entre ellos temor en los comercios (mahall); sin haber carestía, los hombres en sus vientres tienen hambre, sus caras son luminosas, sus cuerpos recios, y son sus corazones fieles en la fe. No prestan oídos ni a lo falso, ni a lo imposible.

(Recopilacion de traducciones de los viajeros arabes que visitaron el Reino de Granada)