30 de septiembre de 2010

Los impuestos del Duque de Wellington en 1855


Buscando por todos los periódicos y folletines de principios del siglo XIX, se encuentran muchas alusiones a la entrega al Duque de Wellington del “Soto de Roma” en las que nunca se indica que “La Dehesa Baja de Illora” fuera parte del mismo.


Sin embargo hay varios artículos referentes al intento por parte del Duque y de sus sucesores de NO PAGAR los impuestos que les correspondían, para ello se basaban en su Categoría de Grandes de España por el titulo de Duque de Ciudad Rodrigo. Aquí se transcribe uno:
En el Periódico EL CLAMOR PUBLICO (Madrid) del día 17 de junio de 1855, en su pagina de la crónica parlamentaria se publica el discurso, que realizo el día anterior, el político Liberal que en 1871 seria elegido Senador de la Cámara Alta por la Provincia de Jaén, D. Lorenzo Rubio Caparros

El señor RUBIO CAPARROS.—En 22 de Junio de 1813, deseando las Cortes estraordinarias recompensar los servicios del duque de Ciudad Rodrigo, le concedieron el soto de Roma con las dehesas de Chauchína , para que las disfrutase con arreglo á la Constitución y á las leyes.
Tomó el duque posesión de estas fincas y desde el mismo instante hizo varías redamaciones, alegando que estaban esceptuadas del pago de contribuciones. En 22 de Mayo de 1819, solicitó la excepcion del pago de frutos civiles, y por real orden fecha 5 de Octubre del mismo año se declaró no solo que debia pagar la contribución, sino también los atrasos, obligándole á satisfacer 60,974 rs. 16 mrs.
Restablecida esta contribudon después del año 1823, volvió el Duque á reclamar, y por reales órdenes de 4 de Julio de 1825 , de 28 de Diciembre de 1826 , y otras posteriores, se declaró estar en su fuerza y vigor la del 5 de Octubre de 1819.
En el año 1846, don Joaquín Olores, comisionado por la intendencia de Granada, denunció la ocultacion a que el Duque hacia respecto a los frutos civiles de los años de 40 á 44. 
La denuncia se interpuso ante los tribunales, y sustanciánddose el pleito con audiencia del Duque, recayó en 20 de Noviembre de 1848 una sentencia de revista confirmatoria de la de primera instancia, condenando al mismo al pago de 38,993 rs. 25 mrs., é imponiéndole las costas y a la muta del quíntuplo.

(Continúa el orador manifestando los trámites que ha venido siguiendo este espediente , merced a las diferentes reclamaciones del duque de Ciudad Rodrigo, y luego prosigue asi)

Por real orden de 10 de Enero dé 1852 se mandó que el Duque no pagase sino los 38,99o rs 23 mrs., y eso en papel de la deuda del personal, cargándose todo lo demás a los imprevistos del Ministerio de Hacienda, y resultando que el Estado ha sufrido un perjuicio de 275,844 rs. 23 mrs.
Hace poco se nos quejaban los señores ministros de no poder atender á las obligaciones, porque las contribuciones no rinden bastante. Efectos son éstos de los despilfarros cometidos por administraciones anteriores.
¿No es escandaloso que contra el dictamen de todas las ---- se haya condonado al Duque en la cantidad que el Ministro de Hacienda no podia condonar?
Pues bien: los señores diputados se convencerán de que, habiéndose infringido escandalosamente lá ley, siendo un acto de inmoralidad, y habiéndose levantado la bandera de la revolución de Julio contra semejantes escenas, ese espediente debe venir á las Cortes para que se nombre una comisión que lo examine, y vea los escándalos que hay en él, exigiéndose en su caso la responsabilida a quien corresponda.

A lo que respondió el Señor Fuente Andres, Ministro de Gracia y Justícia.

Tratándose de un acto de moralidad, y rozándose esta cuestión con un indulto y con una indemnizacion repecto a deudas atrasadas del Tesoro, el Gobierno que no tiene otra mira que la de los intereses públicos, no tiene inconveniente en que se admita la proposicion, sin que por eso se crea que propongo cuestión alguna que perjudique á ministros que lo han sido.
Tomada en consideracion la proposicton, fue enseguida aprobada sin debate . Habiendose antes decidido que no pasase á las secciones.
 
(Se ha respetado la redacción, ortografía y puntuación original del articulo)





29 de septiembre de 2010

24 de septiembre de 2010

Los tres Hermanos Wellesley

Hoy se celebra el Bicentenario del inicio de la Asamblea constituyente inaugurada en San Fernando (Cadiz) que daría con sus reuniones la Constitución de 1812. Las mismas que mas tarde harían un Decreto por el que se le entregaba a Arthur Wellesley (entonces Vizconde de Wellington) el Soto de Roma como premio a sus logros militares.


Esta donación no debió serle muy difícil de conseguir, sin menospreciar sus meritos personales, ya que él y sus hermanos estaban en posición de ejercer fuerza ante el débil Gobierno de una España en guerra y sin la presencia de Fernando VII.

Henry Wellesley, Embajador y Ministro Plenipotenciario de S. M. Británica en España arribó a la bahía gaditana el 1 de marzo de 1810 en el navío de guerra de cincuenta y cuatro cañones Antelope, procedente de Portsmouth y se instaló en Cadiz y en la Isla de León, donde protagonizó un papel de la máxima importancia, la correspondencia oficial que mantuvo con sus hermanos Richard y Arthur representa una fuente documental de primer orden.

Richard Wellesley, 1º Marqués de Wellesley, fue el hijo mayor de Garret Wesley, 1er Conde de Mornington, y hermano del Vizconde de Wellington, Marqués de Wellesley, a la sazón Secretario de Estado de Asuntos Exteriores en el gabinete de Spencer Perceval, responsable de la colaboración y ayuda militar de Inglaterra a España en la Guerra de la Independencia.

20 de septiembre de 2010

"La Dehesa Baja de Illora"

Debido a la ingente cantidad de información que va apareciendo sobre los Wellington y su relación con las tierras de La Torre, he decidido dedicarle espacio aparte con un Blog llamado "LA DEHESA BAJA DE ILLORA", en este enlace puedes ver como en 1813 querían hacerlo Rey con el titulo de ARTURO I, REY DE ESPAÑA
Os aseguro que no es una broma del Día de los Inocentes.

El Fundador de la Iglesia Evangélica en Alomartes

José Alhama Teba, fundador y primer pastor de la comunidad religiosa evangélica en Granada, nacido en Guadix en 1826.
Por hacer propaganda de su fe protestante, con lo que ello suponía porque conllevaba casi una adhesión al ideario republicano- socialista, fue procesado y encarcelado en la prisión de la Audiencia de Granada, desde octubre de 1860 hasta mayo de 1863, fecha en que se le conmutó la pena de siete años de galera por el mismo tiempo de destierro en Gibraltar, como consecuencia de la presión ejercida por la Alianza Evangélica Europea y de reconocidas personalidades de otros países.

Me comentan desde el Blog Historia Hispanoamericana lo siguiente:

La mision protestante de Alomartes fue fundada por José Alhama Teba (como verás,
nada inglés, sus apellidos más andaluces no pueden ser), un granadino
nacido en Guadix en 1823, que fue el fundador y dirigente de la
comunidad evangélica en Granada y que ya en tiempos de Isabel II fue
encarcelado durante 7 años, en 1860, parte de esta pena le fue
conmutada por una deportación a Gibraltar. Cuando regresa en 1868
funda las misiones evangélicas de Pinos Puente, Alomarte y Santa Fé. 
 
(Gracias Belén) 

17 de septiembre de 2010

FRAY BENITO DE ILLORA

Me comenta un buen amigo y pariente lo siguiente:

Fray Benito de Illora, era primo segundo de mi abuela Bárbara Ibañez Gutierrez y su hermana Antonia Ibañez Gutierrez (de la Loma de Taura) y fue el que casó a mi tío Guillermo Cadenas Ibañez el 12 de Octubre de 1955 en la Iglesia de San Matías de Granada, a ruego de mi abuela y a cuya Boda asistí. Por cierto, Fr. Benito era muy alto y tenía una barba alargada y fina parecida a la de San Alfonso María de Ligorio.
Como tú sabes, en la Orden Francisca existen hermanos legos (no sacerdotes) y hermanos que son sacerdotes, aunque todos llevan el título de Fray seguido del nombre que se le impone al momento de prestar los Votos perpetuos. La Orden Franciscana está dividida entre los Franciscanos Menores y los Capuchinos, a los que pertenecían Fray Leopoldo y Fray Benito. Esta escisión data de los años 1500. El actual cardenal-arzobispo emérito de Sevilla Fray Carlos Amigo, pertenece a esta Orden pero a la facción de Menores. El hábito es idéntico, a excepción de que sólo los Capuchinos llevan sandalias en invierno y verano.
Recuerdo perfectamente la figura de Fr.Leopoldo y me acuerdo del día de su entierro que fue multitudinario.

PARAPANDA, web, dia 12 de Julio de 2010

La finca del Duque de Wellington, un Gibraltar en Íllora


image Imagen de la ocupación que fue portada en el año 1.982

La reciente publicación en EL PAÍS, el periódico nacional de más tirada, de un reportaje poniendo en duda la legalidad de la propiedad de la “Torre de los Ingleses”, ha levantado una enorme polvareda mediática. Televisiones, radios, periódicos andaluces e incluso el Daily Mirror inglés se han hecho eco de una situación atípica que sorprende a propios y extraños: Según las recientes investigaciones la finca podría ser de propiedad municipal. Parece se ser que al Duque se le regaló la finca del Soto de Roma, en Fuentevaqueros, y nunca, la Dehesa Baja de Íllora, conocida ahora como la “Torre de los Ingleses”.
La prueba más contundente con la que cuenta Íllora fue proporcionada por Pascual Madoz, que entre 1843 y 1854 fue diputado, presidente de las Cortes y ministro de Hacienda. Madoz realizó un diccionario geográfico e histórico de España en el que decía lo siguiente: "Una vez adquirida por el duque la propiedad, dio sus poderes amplios al brigadier José Olaulor (O'Lawlor); y este, al tomar posesión de su cargo pretendió que se incluyese la donación de la dehesa de Íllora, separada a 1 1/2 del Soto. Consultado el Gobierno, declaró que hallándose tan distantes no se le considera como parte de la donación". Sin embargo, afirma Madoz, "por razones que se ignoran", el apoderado se posesionó de la nueva finca. Aunque añade, que la Dehesa Baja de Íllora fue devuelta al pueblo en tres ocasiones  distintas: el 4 de febrero de 1814, el 19 de mayo de 1820 y el 11 de mayo de 1941. Según parece el primer administrador, el brigadier José Olaulor (O'Lawlor) aprovechó la donación del Soto de Roma para agregarle sin motivo estas tierras. A partir de ahí comenzó la leyenda negra sobre sus actuaciones caciquiles con los jornaleros; Por el 1819, el diputado Vicente de Zea afirma en una carta al Rey: "No debiendo ocultar a V. M. que el precioso y fructífero terreno de la Dehesa Baja de Íllora del vuestro real patrimonio lo está disfrutando... (ilegible en el original) lord, sin estar declarado por las Cortes en la donación". De Zea relata que desde que fueron donados, los terrenos fueron empeorando con la tala de árboles, la ruina de sus costosos edificios y "el yugo insoportable de sus honrados y bien establecidos labradores". "¡Ah, que transmutación tan lamentable! Un dueño avaro, unos dependientes crueles y una Administración despótica", finaliza el diputado.Hay algún dato más que nos sirve para acreditar la percepción de que la finca de la Dehesa Baja no fue nunca donada al Duque Inglés, y que si hace uso de ella es por que se la apropiaron indebidamente: en el primer testamento del duque de Wellington no se incluye la finca de Íllora, y en el testamento del segundo duque, se habla de ciertos problemas para la inscripción en el Registro de la Propiedad.Ahora falta encontrar los archivos de Madoz donde se dice que es propiedad municipal. Si así fuese, estos tienen la condición de inembargables, imprescriptibles e inalienables, de conformidad con el Código Civil de 1889". Y por tanto, según afirman desde el Ayuntamiento, se tomarán las acciones y medidas legales oportunas para que la “Torre de los ingleses” se convierta de nuevo en la “Dehesa Baja del municipio de Íllora”, con titularidad pública.

10 de septiembre de 2010

Fray Leopoldo de Alpandeire y Fray Benito de Illora

Nació en Alpandeire (Málaga), el 24 de junio de 1864. En 1899 vistió el hábito capuchino en Sevilla y poco después se trasladó hasta el convento de los capuchinos de Granada. Durante más de medio siglo residió en nuestra ciudad postulando para su convento y para las misiones de la orden, así como para los pobres de Granada, repartiendo, a su vez, la limosna espiritual de sus oraciones, consejos y ejemplo de su vida austera y ejemplar. Fray Leopoldo es uno de los más personajes más conocidos, populares y queridos de la Granada de la primera mitad del siglo XX.

A pocas horas de su beatificación es bueno que se conozca que el primer fraile que lucho por ese reconocimiento fue su Confesor FRAY BENITO DE ILLORA

Alguien sabe mas sobre Fray Benito?, se agradecen los comentarios.

Ocupada tambien la finca de los Duques de Wellington en Alomartes (Granada)


El pasado 31 de julio unos 20 militantes del SAT ocupamos simbólicamente la finca de los duques de Wellington en Alomartes (Granada). Esta finca es uno de los más sangrantes reductos de privilegios medievales en una de las comarcas más empobrecidas de Granada, y los señores duques la usan principalmente para traer de cacería a sus amiguetes de la aristocracia europea.
Paradójicamente, el único incidente ocurrió con el vigilante de la finca, que nos amenazó y advirtió de fuertes multas contra el sindicato. Posteriormente, mientras repartíamos propaganda por el pueblo, arrancó nuestras pancartas e intentó desesperadamente borrar las pintadas, estropajo en mano.
Esta patética situación de sumisión y miedo al señorico nos demuestra que, ahora más que nunca, es necesaria una organización sindical directa, independiente y combativa, que revitalice la vieja y cada vez más necesaria reivindicación de "la tierra pa quien la trabaja": si la tierra sigue en manos privadas, nuestras vidas seguirán privatizadas.

ELPAIS.com - JUAN DIEGO QUESADA

REPORTAJE: EL PUEBLO CONTRA EL DUQUE

¡Abajo Wellington!

La antigua sospecha de que el legendario general irlandés, aliado de España contra Napoleón, se hizo con una inmensa finca de manera sospechosa enoja al pueblo de Íllora (Granada). El Ayuntamiento, ayudado por un historiador, pretende reclamar las tierras a sus herederos 

Paco, apodado El Teresillo, un comunista convencido, y una ristra de campesinos se pusieron a zarandear la verja de hierro forjado que da paso a las tierras del duque de Wellington, en Íllora (Granada). Era a principios de los años ochenta. En el interior de la finca, coto de caza de nobles y personajes importantes, se daba de beber agua a las perdices, pero no se dejaba buscar espárragos silvestres a los obreros del campo. La muchedumbre consiguió entrar en el terreno y se enfrentó a la Guardia Civil, como demuestra una foto en sepia en la que se ven volando tricornios y algún que otro cetme. Meses después, El Teresillo no le hizo caso a su abogado y aseguró ante el juez que había entrado a las bravas en la finca. "Si encarta voy a ir más veces", añadió, y lo corrobora hoy en día. Porque esa tierra, piensa, también es suya: más concretamente, de su pueblo.
El extenso paraje de olivos, atravesado por un acueducto, y con un molino para moler la aceituna, se encuentra en el centro del término municipal de este pueblo, situado a 30 kilómetros de la capital granadina. El Teresillo no es el único que piensa que esas tierras, hoy propiedad de los descendientes del general Wellington, le pertenecen. Un historiador, Miguel Ángel Espejo, está recabando datos para demostrar su hipótesis de que el general se hizo ilegalmente con la finca en 1814. En la comarca se le sigue conociendo a este terreno como el Gibraltar granadino. La idea de expropiar a los herederos del duque ha entusiasmado al Ayuntamiento, que ha llevando hasta ahora el asunto con el máximo sigilo.
Esta hacienda, de más de 850 hectáreas según la Junta de Andalucía -similar a 850 estadios como el del Real Madrid-, perteneció antes a Manuel Godoy, ministro de Carlos IV. Por la enorme influencia que tenía ante la reina María Luisa, se le donó El Soto de Roma, situado en Fuente Vaqueros, y la Dehesa Baja de Íllora. Godoy mandó construir aquí el acueducto e hizo un gran plantío de olivos que aún perdura. Cuando Godoy cayó en desgracia se le incautaron todos los bienes. Años después, en pago por los servicios militares prestados por el duque de Wellington a la causa española contra los franceses en la guerra de la Independencia, las Cortes de Cádiz acordaron donar al general irlandés el Soto de Roma. En el decreto no se dice nada de Íllora.
Espejo, que baja hoy por una de las cuestas empinadas del pueblo, es un personaje incómodo para los poderosos. Se enfrentó hace años al Arzobispado por la herencia que había dejado un vecino con la idea de construir una residencia de ancianos y que la Iglesia quería vender. "No lo consiguió", aclara con orgullo. Hace un par de años realizó una investigación sobre la historia de su pueblo que después acabaría plasmada en un libro que fue prologado por el juez Baltasar Garzón. En ese tiempo, tras revisar cientos de documentos de la época, creyó encontrar pruebas que demuestran que la Dehesa Baja, conocida por los vecinos como Torre de los Ingleses, pertenece a su pueblo. "El primer apoderado nombrado por Wellington, Josef O'Lawlor, añadió estas tierras por su cuenta, sin ningún decreto real, algo que en la época no era tan extraño. Muchos nobles se aprovecharon de la dejadez en la Administración de las tierras regias y ampliaron arbitrariamente sus lindes", explica de paseo por la localidad, que recuerda por sus calles empinadas y estrechas al barrio del Sacromonte, el tradicional arrabal de los gitanos granadinos.
El rumor de que O'Lawlor había incrementado notablemente su fortuna después de hacerse cargo de las fincas llegó a Londres. Él justificaba su patrimonio con las minas de plomo que su esposa, Dionisia Caballero de Gracia, había heredado en Berja (Almería). Los ingleses Richard Ford y Martin Haverty se hicieron eco de las habladurías en sus cuadernos de viaje, entre 1830 y 1843, y en una ocasión fueron a visitar los inmensos campos de olivo que gestionaba O'Lawlor. "Cosas de España", respondió con desdén cuando le preguntaron por el tema. "Calumnias de la plebe".
O'Lawlor era un hombre detallista con los nobles, de hecho, felicitó en 1829 por carta a Fernando VII por su enlace matrimonial con María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, pero bastante áspero con el común de los mortales. Al poco de llegar a Íllora se negó a pagar un sueldo a la maestra Josefa Torres, que llevaba sin cobrar desde la entrada de las tropas francesas. Los colonos de la zona, como consta en el Archivo General de Palacio, se quejaron de su nombramiento porque había subido los arrendamientos y más tarde presentaron una serie de quejas y recursos donde le acusaban de ser un tirano.
El historiador cree que O'Lawlor aprovechó la donación del Soto de Roma para agregarle sin motivo estas tierras. Es curioso, dice, el documento redactado por el diputado Vicente de Zea en 1819: "No debiendo ocultar a V. M. que el precioso y fructífero terreno de la Dehesa Baja del vuestro real patrimonio lo está disfrutando... (ilegible en el original) lord, sin estar declarado por las Cortes en la donación". De Zea relata que desde que fueron donados, los terrenos fueron empeorando con la tala de árboles, la ruina de sus costosos edificios y "el yugo insoportable de sus honrados y bien establecidos labradores". "¡Ah, que transmutación tan lamentable! Un dueño avaro, unos dependientes crueles y una Administración despótica", finaliza.
En el primer testamento del duque de Wellington no se incluye la finca de Íllora, pero sí se precisa en el testamento del segundo duque, aunque se habla de ciertos problemas para la inscripción en el Registro de la Propiedad. Nada nuevo en el lugar: ya en 1670 hubo de hacerse un deslinde y amojonamiento en la finca ante la usurpación del conde de la Masequilla y de varios vecinos. Los problemas de límites han sido una constante que aún permanecen hoy en día, con varios pleitos abiertos entre propietarios colindantes.
La prueba más contundente con la que cuenta Íllora fue proporcionada por Pascual Madoz, político de la época que llegó a ser en 1868 presidente de la Junta Revolucionaria. Madoz realizó un diccionario geográfico e histórico de España y sus posesiones de ultramar en el que decía lo siguiente: "Una vez adquirida por el duque la propiedad, dio sus poderes amplios al brigadier José Olaulor (O'Lawlor); y este, al tomar posesión de su cargo pretendió que se incluyese la donación de la dehesa de Illora, separada a 1 1/2 del Soto. Consultado el Gobierno, declaró que hallándose tan distantes no se le considera como parte de la donación". Sin embargo, prosigue Madoz, "por razones que se ignoran", el apoderado se posesionó de la nueva finca. Y añade que fue devuelta al pueblo en las distintas épocas de 4 de febrero de 1814, 19 de mayo de 1820 y 11 de mayo de 1941.
Se le escapa una sonrisa a Espejo cuando cita las fechas. Señala con el dedo la finca, a lo lejos, cuando está a punto de anochecer. "Hay que encontrar esos archivos de Madoz donde se dice que es propiedad municipal. Si así fuese, estos tienen la condición de inembargables, imprescriptibles e inalienables, de conformidad con el Código Civil de 1889", afirma.
Lo que es seguro es que esos documentos no están en el Ayuntamiento. Quizá se quemaron durante la guerra, sugiere un trabajador. El alcalde de Íllora, el socialista Francisco Domene, ha llevado en secreto todo este asunto. Sólo están enterados sus más cercanos colaboradores. Sabe que es un tema delicado. En un pueblo de agricultores como este, que ha llegado a registrar este año una de las tasas de paro más altas del país, sería un impulso importante que unas tierras tan fértiles se pudiesen explotar en beneficio de los vecinos de la localidad. "Sería algo que podría cambiar nuestra historia", afirma Domene en su despacho. Algo parecido a lo que ocurrió en Marinaleda, un pueblo de Sevilla que hizo suyos los terrenos del duque del Infantado y que a día de hoy ha alcanzado el pleno empleo.
En el archivo general del Palacio Real, que reúne la documentación de la Real Casa y del Patrimonio de la Corona, se encuentra un inventario a cargo del anterior gobernador del Soto de Roma que sí incluía la hacienda en 1914. Diecisiete años después se puede leer, con ruido de tambores de fondo por el cambio de guardia en el palacio, que el administrador solicitaba al Rey que confirmase la donación de las Cortes de Cádiz, al parecer por los rumores de apropiación ilegal. "No existe una respuesta real, una confirmación, que es lo que quería obviamente Wellington", cuenta un experto en el archivo. "Aunque lo podía haber hecho de facto o de palabra, lo que también es totalmente válido. Lo que es seguro es que han tenido unos problemas de linde desde siempre", añade.
El jurista Fernando Cos-Gayón, en su Historia jurídica del Patrimonio Real, incluye un decreto de la regencia con las escrituras y una carta de Fernando VII a Wellington: "Duque de Ciudad Rodrigo, mi primo, general de mis ejércitos. He sabido de las distinciones que en mi ausencia os han hecho llegar las Cortes del reino; y he visto que han sabido apreciar el especial mérito singular de vuestra persona". Años después, el propio Fernando VII derogaría muchos de los decretos de las Cortes, de ahí la importancia de la carta que O'Lawlor se afanó tanto en buscar y nunca llegó a encontrar.
¿Qué opinarán de todo esto en la finca? No se puede saber. Las puertas de entrada están coronadas por una W de Wellington, y una C y una R, de Ciudad Rodrigo, los dos títulos más importantes del duque. Un largo camino lleva a una torre donde vive el administrador, Gonzalo Zuleta, don Gonzalo, para la gente del pueblo, un hombre del norte que choca con el carácter sureño de la gente del lugar. Pero allí no quieren decir nada. "No hablamos con la prensa", dirá Zuleta. La explotación de la finca está a cargo del marqués del Douro, heredero del octavo duque de Wellington, que en su día heredará también el ducado. Este periódico propuso al marqués mantener una conversación sobre la historia de la finca, pero en toda la semana no ha habido respuesta.
La relación de Íllora con la hacienda no es nada agradable. "Con el duque es nula, cero contacto, y con el actual administrador, nefasta", declara el alcalde, un ex funcionario de 33 años que ganó las últimas elecciones contra todo pronóstico. No hace mucho, 200 alumnos de un colegio fueron a plantar álamos en los alrededores del municipio. Zuleta montó en cólera, según los dirigentes del Ayuntamiento, porque supuestamente se estaba haciendo en sus límites. También se convirtió en un problema organizar un campeonato de mountain bike que por fuerza tenía que acceder por uno de los caminos de la hacienda: el administrador se negó.
El último conflicto se abrió por culpa de dos dólmenes neolíticos que se utilizan como mojón en la finca del duque. El Ayuntamiento se los pidió, a cambio de sustituirlos por otros de cemento o piedra, para contribuir al museo que se planea abrir en honor al historiador Manuel Argüelles, obsesionado por recopilar piedras, tumbas y restos milenarios en la comarca. Zuleta se negó.
Aquí, a principios de los setenta, venía a cazar Carlos de Inglaterra. En los periódicos locales se decía entonces que los Wellington pretendían casar al heredero de la Corona británica con su hija, Ana. La pareja visitó la Alhambra iluminada, como recuerda el periodista Antonio Ramos Espejo. Íllora se llenó de paparazzi. Aunque se casó con Diana de Gales, el príncipe siguió visitando la hacienda. En el pueblo es raro que alguien diga no haber visto a Carlos acompañado de una mujer que todos identifican como Camilla Parker Bowles, su actual esposa. El churrero asegura que incluso hizo cierta amistad con Camilla, muy habitual de su establecimiento los domingos.
Cada año se celebra en esta finca una de las mejores cacerías nacionales. Las ilustres escopetas esperan en los puestos a que los jaleadores, agricultores que se ganan un jornal espantando a las perdices con hoyas y cacerolas, acerquen las presas. En uno de los extremos de la hacienda se colocan cinco o seis chicas llamativas que ondean unas banderas blancas para impedir que las perdices salgan fuera. Los guardas, por si acaso, vigilan la alambrada. Todo queda dentro de los dominios de los Wellington.

 

6 de septiembre de 2010

3 de septiembre de 2010

La Imagen falsa de Alomartes (2)



El 1 de Junio de 1958 se publicó esta noticia en el ABC de Madrid, se les olvido decir que esta tierra es muy rica en "astrakanes".

Diccionario tabarrico:
Astrakán: político de cualquier signo que se olvida para lo que fue elegido y se pliega a los intereses de los poderosos, de su partido, su jefe jerárquico, su autonomía y su gobierno, dedicándose a pastar como un borrego.

La Imagen falsa de Alomartes (1)

Diario ABC de Sevilla
Martes 5 de Mayo de 1992
Noticia:

El periodista, que por cierto era de Granada, y la Agencia EFE en un despliegue de incompetencia y desconocimiento de la zona, escribiendo de oído sin visitarnos y sin confirmar la extensión de la finca ni sus cultivos, no sabia que la Finca estaba dedicada a Olivos, Cebada y Trigo en su parte cultivable y no se de donde se ha sacado "las legumbres".




Censo de 1940 en Alomartes

Censo de la población de España según el empadronamiento hecho en la peninsula e islas adyacente y posesiones del norte y costa occidental de Africa el 31 de diciembre de 1940

Entidad singular: Alomartes

Categoria: Lugar

Distancia: 4,1 kilometros a Illora

Edificaciones: 433 para vivienda y 6 otros usos

De una planta: 33

De dos Plantas: 366

De tres plantas: 19

Poblacion de derecho: 2.153 habitantes

Poblacion de hecho: 2.123 habitantes

Entidad singular: Loma de Tabora (Taura)

Categoria: Cortijada

Distancia: 7 kilometros a Illora

Edificaciones: 19 para vivienda y 0 otros usos

De dos plantas: 19

Poblacion de derecho: 101 habitantes

Poblacion de hecho: 101 habitantes