27 de septiembre de 2018

Federación Española de Deportados e Internados Políticos Víctimas del Fascismo

Federación Española de Deportados e Internados Políticos Víctimas del Fascismo

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Otras formas Fechas de existencia:desde 1945-10-13 hasta 2006



Historia:

La Federación Española de Deportados e Internados Políticos Víctimas del Fascismo (FEDIP), se funda el día trece de octubre de 1945 cuando Emilio Moret, José Domenech, Victor Gómez, Francisco Foyo, Fernando Quero, José Ester y Juan Salvador, entre otros, firman los primeros Estatutos de la Federación en la Rue des Arts de Toulouse (Francia). Los objetivos de la FEDIP, según sus propios Estatutos, son: “ayudar a los deportados, internados políticos y sus familias por medio de la ayuda mutua entre los mismos, y particularmente apoyar, coordinar y controlar la ayuda oficial de los organismos creados a tal efecto”: Capítulo 1º Art. I de los Estatutos. La FEDIP mantiene la unión entre los deportados e internados españoles mediante diversos tipos de actividades: conmemoraciones, ediciones de discos con canciones referidas a la lucha antifascista, creación de un monumento "a los españoles muertos por la libertad en la Guerra 1.939-1.945" (que se produce el trece de abril de 1.969 en el parisino Cementerio de Pére-Lachaise y que fue resultado del empeño, durante varios años, de todos los afiliados, cuyas donaciones son el único sostén económico del proyecto), convocatorias de congresos, ayudas a afiliados o a familiares de éstos en situación especialmente delicada, etc.. Cimiento fundamental de la FEDIP y fórmula que une a sus miembros es la solidaridad que existe entre todos los deportados. Reflejo de esta influencia, y de un pasado trágico en común vivido por todos los afiliados es la continua mención de estos temas en la Revista Hispania (boletín interno de la Asociación): relatos referidos a los campos de concentración; celebraciones por el fin de la guerra, por la caída de Hitler y por la liberación de los campos; críticas al régimen franquista y a la comunidad internacional de países democráticos por permitir su existencia y su relación con países concretos y con organismos internacionales (estas críticas se extenderán, a la muerte de Franco, al Gobierno de Suárez), etc. Esta solidaridad une tanto a los antiguos deportados como a sus familias y a las de los caídos en el cautiverio: "Consecuentes con el principio solidario y con la vista fija en los intereses morales y materiales de las viudas y huérfanos de los que a nuestro lado cayeron" (2): Preámbulo de los Estatutos. La consecuencia de este planteamiento es que la principal función de la FEDIP va a ser gestionar y tramitar las pensiones e indemnizaciones de los familiares de los deportados y de los propios deportados disminuidos. La última sede de la Federación estuvo situada en París en la rue Leningrad (después llamada rue Saint Petersbourg) y su cierre en 2006 representó la disolución de la FEDIP.

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Otras formas Fechas de existencia:desde 1945-10-13 hasta 2006

Historia:
La Federación Española de Deportados e Internados Políticos Víctimas del Fascismo (FEDIP), se funda el día trece de octubre de 1945 cuando Emilio Moret, José Domenech, Victor Gómez, Francisco Foyo, Fernando Quero, José Ester y Juan Salvador, entre otros, firman los primeros Estatutos de la Federación en la Rue des Arts de Toulouse (Francia). Los objetivos de la FEDIP, según sus propios Estatutos, son: “ayudar a los deportados, internados políticos y sus familias por medio de la ayuda mutua entre los mismos, y particularmente apoyar, coordinar y controlar la ayuda oficial de los organismos creados a tal efecto”: Capítulo 1º Art. I de los Estatutos. La FEDIP mantiene la unión entre los deportados e internados españoles mediante diversos tipos de actividades: conmemoraciones, ediciones de discos con canciones referidas a la lucha antifascista, creación de un monumento "a los españoles muertos por la libertad en la Guerra 1.939-1.945" (que se produce el trece de abril de 1.969 en el parisino Cementerio de Pére-Lachaise y que fue resultado del empeño, durante varios años, de todos los afiliados, cuyas donaciones son el único sostén económico del proyecto), convocatorias de congresos, ayudas a afiliados o a familiares de éstos en situación especialmente delicada, etc.. Cimiento fundamental de la FEDIP y fórmula que une a sus miembros es la solidaridad que existe entre todos los deportados. Reflejo de esta influencia, y de un pasado trágico en común vivido por todos los afiliados es la continua mención de estos temas en la Revista Hispania (boletín interno de la Asociación): relatos referidos a los campos de concentración; celebraciones por el fin de la guerra, por la caída de Hitler y por la liberación de los campos; críticas al régimen franquista y a la comunidad internacional de países democráticos por permitir su existencia y su relación con países concretos y con organismos internacionales (estas críticas se extenderán, a la muerte de Franco, al Gobierno de Suárez), etc. Esta solidaridad une tanto a los antiguos deportados como a sus familias y a las de los caídos en el cautiverio: "Consecuentes con el principio solidario y con la vista fija en los intereses morales y materiales de las viudas y huérfanos de los que a nuestro lado cayeron" (2): Preámbulo de los Estatutos. La consecuencia de este planteamiento es que la principal función de la FEDIP va a ser gestionar y tramitar las pensiones e indemnizaciones de los familiares de los deportados y de los propios deportados disminuidos. La última sede de la Federación estuvo situada en París en la rue Leningrad (después llamada rue Saint Petersbourg) y su cierre en 2006 representó la disolución de la FEDIP.

AMARO-ARROYO GÁLVEZ, MANUEL

AMARO-ARROYO GÁLVEZ, MANUEL. Natural y vecino de Turro-Cacin (Granada), de 25  años, soltero, campesino. Afiliado a la UGT. Miliciano.








Por aquellos días ya se encontraban en Málaga gran cantidad de refugiados de los pueblos tomados, familias enteras a las que había que realojar. Estos grupos de refugiados venían encabezados por los lideres y militantes de los grupos políticos locales, los cuales venían armados, y una vez lejos del frente no se consideraban derrotados, pasando a formar patrullas con los consiguientes problemas con las patrullas locales, que les reprochaban haber abandonado sus puestos, por lo que los Comités les instaban a alistarse como acto patriótico.


         A este grupo armado se le denominó “Batallón Pablo Iglesias”.








         Mal armados y peor adiestrados, eran pocos los que tenían verdadera experiencia militar. A este respecto hemos de tener en cuenta lo que nos dice Gerard Brenan, que durante el mes de septiembre visitó aquel frente como corresponsal internacional; la opinión de este señor es digna de tener en cuenta ya que era veterano de la primera guerra mundial con el grado de capitán y medalla al mérito militar, además de no verse regido por los triunfalismos típicos de la prensa malagueña.

AMARO-ARROYO GÁLVEZ, MANUEL

AMARO-ARROYO GÁLVEZ, MANUEL. Natural y vecino de Turro-Cacin (Granada), de 25  años, soltero, campesino. Afiliado a la UGT. Miliciano.


Por aquellos días ya se encontraban en Málaga gran cantidad de refugiados de los pueblos tomados, familias enteras a las que había que realojar. Estos grupos de refugiados venían encabezados por los lideres y militantes de los grupos políticos locales, los cuales venían armados, y una vez lejos del frente no se consideraban derrotados, pasando a formar patrullas con los consiguientes problemas con las patrullas locales, que les reprochaban haber abandonado sus puestos, por lo que los Comités les instaban a alistarse como acto patriótico.
         A este grupo armado se le denominó “Batallón Pablo Iglesias”.



         Mal armados y peor adiestrados, eran pocos los que tenían verdadera experiencia militar. A este respecto hemos de tener en cuenta lo que nos dice Gerard Brenan, que durante el mes de septiembre visitó aquel frente como corresponsal internacional; la opinión de este señor es digna de tener en cuenta ya que era veterano de la primera guerra mundial con el grado de capitán y medalla al mérito militar, además de no verse regido por los triunfalismos típicos de la prensa malagueña.

24 de septiembre de 2018

Los intelectuales cubanos a favor de la España Republicana

El Frente Popular en España despertó simpatías en Cuba. Cuando se produjo el levantamiento fascista, la mayoría de los cubanos expresó su solidaridad con los agredidos. Obreros, campesinos, profesionales, intelectuales respaldaron a la República. Muestras de ello fueron la incorporación a las unidades combativas que la defendieron, los actos públicos realizados, la ayuda material y las obras de numerosos intelectuales. La participación de los cubanos en el II Congreso Internacional Antifascista realizado en España fue muy destacada. Sobre este tema versa este trabajo investigativo.

Los intelectuales cubanos a favor de la España Republicana  
Dra.Caridad Massón Sena

Investigadora Auxiliar. Instituto Cubano de Investigación de la Cultura "Juan Marinello"

Resumen
El Frente Popular en España despertó simpatías en Cuba. Cuando se produjo el levantamiento fascista, la mayoría de los cubanos expresó su solidaridad con los agredidos. Obreros, campesinos, profesionales, intelectuales respaldaron a la República. Muestras de ello fueron la incorporación a las unidades combativas que la defendieron, los actos públicos realizados, la ayuda material y las obras de numerosos intelectuales. La participación de los cubanos en el II Congreso Internacional Antifascista realizado en España fue muy destacada. Sobre este tema versa este trabajo investigativo.
Palabras claves: Frente Popular,República Española,Fascismo, intelectuales
Summary:
The Popular Front in Spain aroused sympathy in Cuba. At the time of the fascist uprising, most Cubans expressed solidarity with the attacked. Workers, farmers, professionals, intellectuals supported the Republic. Signs of this were the incorporation into the fighting units that defended, public acts, material aid and works of many intellectuals. The participation of Cubans in the Second Antifascist International Congress held in Spain was very prominent. On this issue addressed in this research work.

Keywords: Popular Front, Spanish Republic, fascism, intellectuals.


La II República Española, surgida en 1931, tuvo relevantes simpatías en el pueblo cubano especialmente después del triunfo del Frente Popular (FP) en las elecciones de 1936. Cuando los sectores más retrógrados de la oligarquía y las fuerzas armadas se levantaron contra ella y en sus afanes de derrotarla buscaron apoyo moral, material y logístico de los gobiernos de Italia y Alemania, destacadas personalidades del mundo intelectual cubano se manifestaron públicamente a su favor. La política cultural republicana, breve pero intensa, contribuyó en gran medida a la reconciliación con la exmetrópoli y despertó la conciencia de muchos hombres de letras que hasta ese momento se mantenían en los “límites” del no compromiso. Aunque es preciso señalar y analizar que también hubo sectores minoritarios simpatizantes con los franquistas.
Actividades públicas en defensa de la República
Una de las primeras acciones realizadas para organizar las actividades de apoyo a las fuerzas leales fue la creación del Comité de Ayuda al Pueblo Español, en el mes de octubre de 1936, el cual estuvo integrado por personas de proyecciones políticas esencialmente de izquierda, pero pertenecientes a organizaciones de diversas tendencias como Unión Revolucionaria (UR), PCC, Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), Hermandad de Jóvenes Cubanos, los sindicatos obreros, las logias masónicas, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), etc. Así mismo ellas pertenecían a sectores sociales proletarios, profesionales, intelectuales como José López Rodríguez Chaquetón, Ramiro Valdés Daussá, Sarah Pascual, Rogelio Barrios, Gustavo Aldereguía , entre otros. El comité llegó a tener filiales en todas las provincias, recaudó dinero, medicinas y alimentos para enviar fuerzas leales y contó con el apoyo de organizaciones Su labor de difusión pudo llevarla a efecto en publicaciones como Bohemia, Mediodía, Carteles, Revista Bimestre Cubana, Noticias de Hoy, Pueblo, El Mundo, Información y El Mundo Masónico.
A inicios de 1937 también se fundó la Asociación de Auxilio al Niño Español (AANPE), cuyo comité de honor estuvo integrado por Fernando Ortiz, Rodolfo Méndez Peñate, Emilio Roig de Leuchsering, Juan Marinello, Camila Henríquez, Teté Casuso, Enriqueta C. de Marrero, José Bisbé, Roberto Agramonte, Angélica Busquet, Juan B. Kourí, Francisco Domenech, Alejandro Vergara, Jesús González Scarpetta, Mercedes Pintó y Luis Álvarez Tabío. El Comité directivo presidido por el profesor universitario Ramiro Valdés Daussá, y la maestra Rosa Pastora Leclerc lo constituían Eduardo Chibás, Matilde Betancourt, Guillermo M. Cancio, entre otros.
Durante los años de la guerra civil fueron numerosos los actos públicos solidarios con la República. Podemos destacar por la masiva participación de personas en los mismos los realizados el 14 de abril, el 17 de julio y 7 de agosto de 1937 en los predios del parque Hatuey en la capital cubana, así como los mítines efectuados en el Stadium de la cervecería La Polar el 9 de enero, el 16 de julio, 5 de noviembre y 18 de diciembre de 1938. Este movimiento de respaldo moral estuvo unido a la recaudación de dinero, medicinas, alimentos y tabacos para las fuerzas leales y la población civil hispana, al tiempo que centenares de cubanos decidieron participar directamente en la contienda.
Cubanos en combate
Los cubanos que se incorporaron a las fuerzas militares republicanas tuvieron diferentes procedencias. Miles de cubanos vivían en España al producirse el levantamiento fascista. Algunos de ellos pidieron al gobierno de la Isla que le prestara auxilio financiero para regresar. Sin embargo, cientos de exiliados políticos y estudiantes, la mayoría vinculados al Partido Comunista Español y a otras organizaciones como el Comité Antimperialista de la Revolución Cubana, el Círculo Antonio Guiteras, la Federación Universitaria Hispanoamericana, la Asociación de Amigos de América Latina y el Socorro Rojo Internacional resolvieron incorporarse a las milicias primero y más tarde en el 5to Regimiento dirigido por Enrique Líster. Una parte de estos combatientes pasaron posteriormente a la 11ª división comandada por el propio Líster y a la 46ª bajo las órdenes de Valentín González, Campesino. Paralelamente se estaba produciendo la organización de las Brigadas Internacionales a las que también se afiliaron los cubanos. A partir del 14 de octubre de 1936 llegaron sus primeros integrantes a la península, el 22 de ese mes se establecieron en Albacete bajo la dirección del comunista francés André Marty y el 8 de noviembre se iniciaron sus acciones combativas (Baumann, 1997).
La escasez de documentos oficiales hace muy difícil llegar a conocer las cifras exactas de los cubanos que fueron brigadistas. El escritor Alejo Carpentier atestigua que fueron mil en total y dirigente comunista Ramón Nicolau más de mil. Un dossier elaborado por la Agrupación de Veteranos Internacionalistas Cubanos en España 1936-1939 señala que han sido identificados alrededor de 900 cubanos que combatieron en el Ejército Popular de la República algunos de los cuales alcanzaron grados importantes. Recientemente una investigación realizada por la licenciada María Mercedes Sánchez Dotres y Enrique Cirules a partir de los archivos de la Comintern dice haber listado alrededor de 1225, mientras que la francesa Denise Urcelay-Maragnés afirma que fueron 1101 los voluntarios cubanos en la guerra de España.
El dirigente comunista cubano desterrado en los Estados Unidos Joaquín Ordoqui fue uno de los encargados, por orientación de la Comintern, para iniciar la movilización de sus compatriotas hacia España. Se le pidió el envío fundamentalmente de personas que tuvieran preparación militar o sanitaria. Entre los primeros revolucionarios del exilio que marchó a la contienda estuvo el periodista Pablo de la Torrriente Brau quien lo hizo en calidad de corresponsal de guerra. El Club Julio Antonio Mella de Nueva York desarrolló un gran trabajo de reclutamiento y logró enrolar a cientos de cubanos que marcharon a los campos de batalla a fines de 1936 y primer trimestre de 1937 para integrar la XV Brigada Internacional.
Dentro de esa brigada había cuatro batallones. El número 17 era el Batallón Lincoln compuesto por dos compañías de infantería y una de ametralladora. A la Primera Compañía destinada a los choques más violentos pertenecían las secciones americana, irlandesa y cubana. Esta última formada por los miembros de la Centuria Guiteras, que se constituyó oficialmente al llegar a Barcelona el 17 de enero de 1937, pero la cual tuvo su génesis en el trayecto marítimo de EEUU a España en el vapor Champlain (Vera Jiménez, 1999: 295-321). La Centuria estaba al mando del luchador antimachadista Rodolfo de Armas, quien murió heroicamente unos días después, en febrero de 1937 en la batalla de Jarama, donde además varios de sus integrantes resultaron muertos y heridos. Ante las numerosas bajas la Brigada fue reorganizada y el Batallón tuvo que ser reestructurado, y las tres secciones de la primera compañía quedaron unidas en la Compañía Guiteras-Connolly. Para abril se incorporó a la Brigada Lincoln el Spanish Battalion a la que pertenecían otros cubanos y latinoamericanos.
Por su parte, en Cuba, fue Ramón Nicolau del Comité Central del PCC el encargado de dirigir la comisión de reclutamiento y ayuda a los republicanos creada al efecto con integración multipartidista. La misma estuvo compuesta por los comunistas Víctor Pina Cardoso y Luis Álvarez Tabío, los militantes del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) Emilio Laurent y José A. Martínez Méndez, los políticos tradicionales Juan R. O' Farrill y Jacinto Llacas y sin filiación partidaria Gastón Fernández (quien militó posteriormente en el PCC). Dicha comisión tenía dos niveles, uno político dirigido por Nicolau y otro ejecutivo al que pertenecieron Víctor Pina Cardoso, Silvio Cardoso y Mario Morales Mesa de diferentes organizaciones. El trabajo se hizo de manera clandestina, con numerosas dificultades y gastos mínimos. Asela Jiménez, la viuda de Rubén Martínez Villena, guardaba en su casa los fondos recaudados.
El 15 de abril de 1937 salió el primer grupo hacia España, iban en calidad de especialistas, militares de academia con un expediente limpio y cuadros de las fuerza armadas disueltas en 1933 como los capitanes Andrés González Lanuza, Miguel de la Llera Gafas y Pedro Dalmau, los tenientes Julio Valdés Cofiño y Rafael Fernández Martén, así como el alférez de fragata Jorge Agostini. Para evitar un deterioro de las fuerzas políticas internas, el PCC solo permitió que sus voluntarios fueran el 20 % de la militancia. Posteriormente, desde toda la Isla se brindaron personas para combatir por la República, llegando a la cifra de aproximada de 850 voluntarios (Pina Tabío, 2011). Estos fueron enrolados dentro de la XIV Brigada y en el Spanish Battalion de la número XV.
Entre los nacidos en España que vivían en ese momento en Cuba y se fueron a pelear a su patria estaban Amador Blanco, Andrés González Lanuza, Rafael Suárez, Manuel Huerta. Este último además le costeó el viaje a 11 voluntarios cubanos. Pero también se destacó en la contienda, Policarpo Candón Guillén, un español que había vivido y luchado en la Isla por más de 20 años, quien llegó al cargo de comandante de brigada. Y un caso muy particular fue el militante de la juventud comunista hebrea, el jovencito ruso Moisés Raigorodozki que había participado en las luchas estudiantiles cubanas y en ese momento estaba exiliado en España, donde pertenecía al PCE, fue fundador del Sindicato de Artistas y Escritores y del Comité Antifascista de la Revolución Cubana. Tanto Candón como Raigorodozki murieron en combate.
Si analizamos la composición del contingente de cubanos combatientes por la República nos damos cuenta que fue muy heterogénea. Estuvo integrada por militares de carrera, estudiantes, profesionales, obreros, campesinos, empleados de distintos sectores, artistas e intelectuales orgánicos (revolucionarios profesionales), que además procedían de las corrientes políticas más diversas (auténticos, guiteristas, liberales, abecedarios, demócratas revolucionarios, comunistas y sin partido). Por cuestación pública y con el aporte de la colonia española republicana se consiguió medio millón de pesos para el avituallamiento y transporte de los futuros combatientes, que fueron trasladados a Francia con documentación legal y luego tuvieron que atravesar la frontera pirenaica casi siempre a pie, hasta llegar a España.
Es importante destacar que también hubo cubanos involucrados directamente en el conflicto español por ser ciudadanos de ese país y haber estado relacionados con la política desde mucho antes que este se desatara. Son los casos más conocidos el de la dirigente comunista de Cataluña, la santiaguera Caridad del Río Hernández por parte de los republicanos y el del general Emilio Mola del lado de los rebeldes, quien era natural de Placetas en Villa Clara.
A finales de 1937, el PCC le encargó la tarea a Nicolau de recorrer los campos de batalla. Allí se entrevistó con el Primer Ministro Juan Negrín y el Ministro de Defensa Nacional Indalecio Prieto y transitó por el frente donde estaban atrincherados los cubanos. En febrero de 1938 también se fue a la península otro miembro del comité de reclutamiento el exmilitar revolucionario Emilio Laurent.
A mediados de 1938, se reactivaron las gestiones del Comité de No Intervención para que fueran retiradas las tropas extranjeras de la contienda. La propuesta fue aceptada por el gobierno de Negrín el 26 de julio de 1938, mientras que Franco hizo caso omiso de la misma. El 21 de septiembre la Sociedad de Naciones acordó crear un Comité Internacional para la retirada de los voluntarios y el 16 de octubre llegó una comisión para monitorear el proceso. Ese propio mes se constituyó la Unidad Cuba dentro de las Brigadas Internacionales. Ulteriormente, Nicolau, quien se mantuvo en España hasta fines de 1938, aprobó la idea de incorporar al ejército regular español a la mayoría de los cubanos. El hecho de hablar el mismo idioma era muy importante para que pasaran inadvertidos ante los observadores de la Sociedad de Naciones. Cuando el 2 de noviembre comenzó la evacuación, el dirigente comunista participó en las primeras gestiones de repatriación de sus compatriotas que estaban en campos de concentración en Argelés, Sur Mer, Guas y Saint Ciprian en Francia, o se hallaban en manos de Franco en prisiones de Cerdeña, Burgos, La Coruña, Gijón y Canarias (IHMCRSC, 1981). Alrededor de unos 150 combatientes cubanos necesitaban de un crédito del gobierno cubano para poder lograr su retorno a la Isla. El comandante Jorge Agostini era uno de ellos y estuvo a cargo de organizar la evacuación. El Comité de Repatriación desarrolló una amplia campaña pública en la Isla para conseguir sus propósitos. Al escritor Félix Pita Rodríguez, quien residía en Francia, se le encomendó la atención a los concentrados y, con asistencia de una organización mexicana solidaria y del PC Francés, obtuvo ropas, zapatos y medicinas para auxiliarles.
Como podemos apreciar si, revisamos los nombres y las biografías de los voluntarios cubanos, entre ellos podemos encontrar la presencia de un conjunto importante de personas cuyas labores estaban marcadas por el peso del trabajo intelectual y que decidieron dar su esfuerzo directo defendiendo el republicanismo español. Por solo poner algunos ejemplos están los casos de los estudiantes Alberto Sánchez Menéndez, Jaime Santiago Bofill, Enamorado Cuesta, Rodolfo de Armas, Arturo Ferrer, José López Sánchez, Antonio Martínez López, Moisés Raigorodsky Suria, Manuel Rivera, Leonardo Fernández Sánchez, los hermanos Ernesto y Juan Pablo Valdés Laguardia; los artistas Ernesto Grenet y Julio Cuevas (músicos), Pelayo Cordero (cantante), Francisco Hernández Maydagán (escultor), Wifredo Lam (pintor) y Mari Valero (actriz); la maestra Rosa Pastora Lechere; el traductor Oscar Solís; los médicos Rafael de la Vega, Luis Díaz Soto, Julián Fernández; los militares José Jorge Agostini, Santiago Agüero, Alberto Bayo, Francisco Castillo, Andrés González Lanuza, Policarpo Candón; el ingeniero Homero Meruelo; y los periodistas, escritores y corresponsales de guerra Pablo de la Torriente Brau, Carlos Montenegro, Lino Novás Calvo, Tomás Servando Gutiérrez, Félix Pita Rodríguez, Alejo Carpentier, Nicolás Guillén y Juan Marinello. Algunos de ellos los pudiéramos considerar como intelectuales orgánicos por el peso de su labor en el plano de la política nacional.
Participación en el II Congreso de Escritores Antifascistas
La inteligencia española en los años 30 se caracterizó por su actitud revolucionaria y antifascista. Ello se hizo patente en su actitud de repudio a la dictadura de Primo de Rivera y su oposición a la guerra de Marruecos. Se fue creando una pléyade de intelectuales “orgánicos” ligada las ideas socialistas y comunistas que ayudaron a concientizar y difundir las obras de los clásicos, abonaron el terreno del compromiso político, la necesidad de convertir individualismos pequeño burgueses en sentimientos colectivistas, planteándole al intelectual una nueva función. Es así que en julio de 1933 aparece Commune, órgano de la AEAR con un grupo de escritores comunistas (Rafael Alberti, María Teresa León) que hacen un llamamiento contra el fascismo.
El levantamiento franquista produjo una radicalización entre esos sectores intelectuales. Muy pocos se vincularon al fascismo y es por ello que los falangistas odiaban a los escritores. Entre sus primeras víctimas estuvieron el poeta Federico García Lorca y el catedrático Leopoldo García-Alas. Sin embargo, la política cultural de la República continuó atrayendo sus simpatías, pues luchó contra el analfabetismo, se abrieron miles de escuelas e institutos obreros, intensificó el trabajo de protección y desarrollo de las artes y la literatura (Aznar Soler, 1978).
A partir de los acuerdos I Congreso de Escritores efectuado en París en 1935, surgió la Alianza de Intelectuales Antifascistas en Defensa de la Cultura cuya sede estuvo en Madrid un año después. Su primer presidente fue Ricardo Baeza, pero muy pronto ese cargo fue ocupado por escritor católico de izquierda José Bergamín y su secretaría general por el poeta comunista Rafael Alberti. Entre sus propósitos estaba proteger el tesoro artístico español de la furia fascista y muchos de sus miembros escritores y artistas fueron combatientes al lado de la República como Miguel Hernández, Pedro Garfias, Juan Chabás, Juan Aparicio, Adolfo Sánchez Vázquez (Álvarez, 1986).
Sobre esa organización escribió el poeta cubano Nicolás Guillén:
Ciertamente, la guerra en España no está únicamente en las trincheras. Este vasto sacudimiento absorbe todas las posibilidades humanas, arrastra en su torbellino todas las fuerzas del alma y las refleja sobre el gran lienzo de dolor y esperanza que es aquí la lucha del pueblo contra sus enemigos. En una contienda de menor profundidad habríase mantenido en el angosto marco de las trifulcas caudillistas que ya nos son conocidas, sin más actores que los hombres de partidodevorándose en plena calle, a los ojos de la multitud. Por el contrario, la guerra tiene hoy dimensiones insospechadas. Su enorme profundidad cubre todas las alturas y hace que en su gran seno se agiten, junto a los soldados que agarran el fusil o hacen vibrar las ametralladoras, aquellos hombres que antes se movían lentamente al margen de acontecimientos que en realidad les eran distantes. No basta la actitud simpática, hace falta el esfuerzo directo; no es suficiente la tibia adhesión que nada compromete, sino que es necesaria la militancia activa, vital, que todo lo arriesga, todo lo sacrifica, que todo lo ofrece y lo da todo. Intelectuales de este tipo son los que forman la Alianza: es decir, de los que tienen un sentido humano de la vida y saben que a su cargo se halla la tremenda responsabilidad de velar por la cultura en un momento en que muchas fuerzas poderosas conspiran contra ella (Guillén, 1975: 102).
La Alianza se encargó de la organización del II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura que se inauguró el 4 de julio de 1937, en vísperas de la batalla de Brunete. El presidente Negrín hizo su apertura en el Palacio del Ayuntamiento de Valencia ante los ojos abiertos de una nutrida representación de los hombres y mujeres de pensar progresista de todo el mundo:
El gobierno de España se encontró de pronto ante una revuelta militar -dijo. Lo que era una rebelión militar se transformó en una lucha por la independencia nacional. En el fondo de todo esto, lo que hay en realidad es una lucha de un orden más alto, de un carácter universal: una lucha por la libertad y la independencia de la Humanidad. Es una lucha de tendencias distintas, en la que se enfrentan las unas con las otras.
Estoy bien seguro que todos los que estáis aquí, y otros que no han podido asistir, estáis íntimamente identificados con la causa que España defiende. En los frentes tendréis ocasión de comprobar el elevado espíritu que anima a nuestros soldados. Ellos saben que defienden una noble causa, la causa de España; pero también saben que luchan por la causa de la Humanidad (Schneider, 1978).
Foto 1: Cartel de propaganda del Congreso
La delegación cubana estuvo integrada por Félix Pita Rodríguez, Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, Leonardo Fernández Sánchez y Juan Marinello quien, a su vez, presidía al contingente de los hispanoamericanos presentes en el cónclave. Dada esta responsabilidad, Marinello habló en sus comienzos:
El hombre que viene a Madrid –dice- es dueño de una experiencia decisiva, madre de su evidencia y sustento de una fe explicada por los hechos. No es hombre de partido, sino de justicia. Viene a Madrid –a España- porque siente en sí mismo el caso español; porque ve en la obra de los sitiadores, de los opresores, un ademán contra el hombre; está con los sitiados heroicos de Madrid, con los defensores de España, porque ha descubierto que su batallar es un esfuerzo para realizar al hombre (...)
Para los hispanoamericanos, unidos a España por un fortísimo vínculo sanguíneo e histórico, la experiencia de agónicos siglos de injusticia fortalecen el entendimiento carnal que se ha ido produciendo. “¿Quién podrá entender mejor la razón del campesino de Andalucía que el indio de Bolivia? ¿Quién podrá saber de agresiones del poder económico mejor que el negro antillano? ¿Quién podrá sentir más de cerca la injusticia de un pueblo ofendido y maltratado por castas reaccionarias que quien es maltratado y ofendido por tiranías torpes y crueles? “– se preguntaba Marinello. “Nada une como la desdicha común” –se contesta. Hay algo indiscutible, España es el destino del mundo; más cercano, más preciso, más enérgico, el destino de Hispanoamérica. Madrid se había convertido en la capital verdadera de nuestras patrias (Marinello, 1939, 126-131).
Bajo el fragor de los bombardeos participaron de aquellos debates Louis Aragon, Julien Bendá, Tristan Tzara , André Malraux, (franceses); Alexei Tolstoi, Alexander Dadéev, Ilia Ehrenburg, (soviéticos); Anna Seghers, Heinrich Mann, Ludwig Renn, Willy Bredel (alemanes); Stephen Spendler, Ralph Bates, Silvia Towsend Warner (ingleses); Ambroggio Donini, Niccolo Petenza, (italianos); José Mancisidor, Octavio Paz, Silvestre Revueltas, Chávez Morado, Carlos Pellicer, (mexicanos), Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Alberto Romero (chilenos); César Vallejo, (peruano); John Dos Pasos, Ernest Heminway, Langston Hughes (norteamericanos); Antonio Machado, Corpus Barga,José Bergamín, Rafael Alberti, Juan Chabás(españoles); entre otros (Ibarruri, 1971).
Las sesiones del congreso serían en Valencia (capital del gobierno republicano), Madrid (límite geográfico entre los dos ejércitos contendientes), Barcelona (capital de la Generalitat y especie de estado asociado al gobierno) y París (para irradiar sus objetivos hacia el exterior). El 5 de julio los delegados partieron hacia Madrid. El martes 6, al mediodía volvieron al trabajo en los salones de la Residencia de Estudiantes. Marinello que se encontraba en la presidencia con una decena de destacados delegados de varios países, propuso como miembros de honor la misma a los caídos en batalla, al pueblo de Madrid y al General José Miaja. En la otra sesión que comenzó al atardecer de ese mismo día, entre el grupo de participantes que intervinieron estuvo el poeta negro Nicolás Guillén, quien había escrito en México meses antes su libro España, poema en cuatro angustias y una esperanza.
Tiene el fascismo entre sus diversas direcciones antidemocráticas, una que acaso sea la que contribuya a definirlo con más enérgico perfil –señaló el poeta: la dirección racial, que parte de un punto de vista restrictivo y que divide a la Humanidad en planos arbitrarios, el primero de los cuales estaría ocupado por una pretendida raza superior, seguramente blanca y posiblemente rubia. Para el fascismo, colocado siempre de espaldas a la vida, o, mejor dicho, frente a la vida, esa raza ha de tener el dominio del espíritu y de la fuerza y ha de aplastar toda otra manifestación que tienda a la unidad humana como cifra de armonía, de cultura y de paz.”
(…)
Pues, bien; yo vengo aquí, camaradas, a traer la voz de uno de los grupos humanos que se encuentran encerrados en ese círculo; que ha sufrido, acaso más que ningún otro, la injusticia de los hombres, que ha visto durante siglos paralizados sus músculos por las cadenas de la esclavitud y que ha tenido paralizada durante siglos la inteligencia, lejos de toda cultura que pudiera liberarla y esclarecerla; vengo, os digo, como explotado, como perseguido, como acorralado; pero también como hombre que cuida de su libertad y sabe, como sus hermanos de raza, que sólo derribando las murallas que hay entre el presente y el futuro podrá obtenerla cabalmente.
(…)
Vengo de un país, Cuba, donde el negro representa una porción muy importante del pueblo, a cuya formación espiritual ha contribuido desde el fondo de trescientos años de esclavitud con elementos que son fácilmente reconocibles en la psicología nacional, y puedo deciros que allá el negro siente la tragedia española y está junto a España porque sabe que este momento dramático que vivimos es sólo un episodio de la lucha que está planteada entre las fuerzas democráticas, de las que él, negro, y por tanto pueblo, forma parte, y las clases conservadoras que ya lo esclavizaron una vez y que han de seguir esclavizándolo siempre.
Por otra parte, el negro cubano es también español, porque junto con los signos infamantes del siervo, recibió y asimiló los elementos de una cultura, mucho más parcos desde luego que los azotes del amo, pero que han ido acaudalándose cada vez que la más pequeña mejoría de sus tristes condiciones de vida lo ha permitido, hasta culminar a veces en hombres de poderosa y recia formación.
Es con alma de pueblo, pues, y con alma de español como el negro de Cuba está junto al pueblo de España, y es así también como comprende que el humilde miliciano que hoy lucha y muere en las trincheras no es ya el instrumento ciego del egoísmo, la proyección imperialista del conquistador, la máquina, en fin, para robar tierras, sino un hombre, nada más que un hombre, y nada menos, que tiene los pies poderosamente afincados en el suelo, y que no quiere para su porvenir , para el de todos, más que hombres sobre el Mundo: hombres ya sin colores, sin guerras, sin prejuicios y sin razas (Guillén, 1937).
El 7 de julio luego de hacer un periplo por algunos frentes de batalla, las intervenciones del evento comenzaron en Madrid. Días después, los delegados partieron hacia Valencia, donde tuvieron lugar las sesiones finales. Allí el poeta chileno Pablo Neruda leyó la “Apelación desde Madrid a los Escritores Hispano-americanos”, que fue publicada en Facetas de Actualidad Española, (octubre-noviembre de 1937). El manifiesto señalaba: “Estamos en días en que el escritor no puede rehuir su deber de hombre -decía. Su decisión en la pugna española no puede producirse sino a favor de un pueblo noble y entero y contra el ataque de la barbarie mundial (…) Exaltar los aspectos de la lucha, definir su naturaleza y significado, ofrecer la más fiel y actual información sobre los sucesos militares y políticos, deben ser labores diarias de nuestro escritor (…)”
Por su parte, Marinello hizo un discurso que fue interrumpido varias veces por los aplausos de los oyentes. Al final fue ovacionado, cuando el embajador español en los Estados Unidos, Fernando de los Ríos lo abrazó fuertemente. Una de las intervenciones más importantes fue la del bardo Antonio Machado con su ponencia “El poeta y el pueblo”:
(...)Cuando alguien me preguntó, hace ya muchos años, ¿piensa usted que el poeta debe escribir para el pueblo, o permanecer encerrado en su torre de marfil –era el tópico al uso de aquellos días- consagrado a una actividad aristocrática, en esferas de la cultura solo accesibles a la minoría selecta? Yo contesté con estas palabras, que a muchos parecen un tanto evasivas e ingenuas: “Escribir para el pueblo –decía mi maestro- ¡qué más quisiera yo! Deseoso de escribir para el pueblo, aprendí de él cuanto pude, mucho menos –claro está- de lo que él sabe. Escribir para el pueblo es, por de pronto, escribir para el hombre de nuestra raza, de nuestra tierra, de nuestra habla, tres cosas de inagotable contenido que no acabaremos nunca de conocer. Y es mucho más, porque escribir para el pueblo nos obliga a rebasar las fronteras de nuestra patria, escribir también para los hombres de otras razas, de otras tierras, de otras lenguas. Escribir para el pueblo es llamarse Cervantes, en España, Shakespeare, en Inglaterra, Tostói en Rusia. Es el milagro de los genios de la palabra. Tal vez, alguno de ellos, lo realizó sin saberlo, sin haberlo deseado siquiera. Día llegará en que sea la más consciente y suprema aspiración del poeta (...)
Mi respuesta era de un español consciente de su hispanidad, que sabe, que necesita saber cómo en España casi todo lo grande es obra del pueblo o para el pueblo, como en España lo esencialmente aristocrático en cierto modo, es lo popular (...) (Ibarruri, 1971: 159)
Por su parte el escritor soviético Mijail Koltsov, explicó los motivos que lo inducían a estar presente:
La sinceridad de una serie de escritores antifascistas les ha impulsado a participar de manera directa en esta lucha en calidad de voluntarios. Encerraron en el armario de su casa sus manuscritos y se fueron enseguida como soldados de las Brigadas Internacionales y del Ejército Popular español ... ¿Cómo ha de conducirse un escritor, en contacto con la guerra civil de España? Desde luego, tienen razón quienes sostienen que el escritor ha de luchar contra el fascismo con las armas que mejor domina, es decir, con su palabra. Byron hizo más con su vida por la liberación de toda la humanidad que con su muerte para la sola liberación de Grecia. Pero hay momentos en que el escritor –me refiero a algunos escritores- se ve obligado a convertirse él mismo en personaje activo de su obra... (Ibarruri, 1971: 161)
El 11 de julio partieron hacia Barcelona e hicieron un alto en Peníscola donde usaron de la palabra entre otros, Marinello. El presidente de la Generalitat Luis Companys los recibió al llegar a su destino. Entre los oradores nuevamente Marinello y esta vez en catalán para expresar que había recibido tres lecciones: que el momento de la liberación llega cuando los pueblos adquieren conciencia de sus necesidades, que el pueblo es el verdadero defensor y creador de la cultura y que todas las energías del pueblo han de ir encaminadas a la destrucción de sus enemigos económicos y políticos.
En la última reunión del congreso efectuada en España al día siguiente Marinello exhortó a todos los hombres de sensibilidad y pensamiento a estar juntos ante el espectáculo inesperado de la revolución española, donde se construía un mundo de paz y superación. “Mundo de paz, porque en él no puede hallar puesto la ira que enciende el mando injusto. Y un mundo de superación, porque en su seno puede darse el hombre entero a la búsqueda de sí mismo y a la proyección liberatoria de sus potencias (...)”
Y desde esa ciudad, Marinello le cuenta a su amigo Manuel Navarro Luna sobre el congreso:
(...) Excelente. No porque en él se debatieran cosas fundamentales ni se aclararan derroteros para la mejor creación artística y su servicio; no podía ser; fue lo único que podía ser: una adhesión encendida, plena, a un pueblo que lucha por todos los hombres en estos momentos. Además ¿podía esperarse otra cosa cuando desde los salones de discusión se oían las bombas destrozando casas y gentes y desde las ventanas se veían los combates entre nuestros aviones y los contrarios? ( Navarrro Luna, s/f: 583)
El día 13 se despiden los delegados que siguieron a las conclusiones en París. El viernes 16 bajo la batuta de Heinrich Mann continuaron los discursos. En esa oportunidad, Guillén tomó la palabra para contar cómo había visto a un niño pobre que llevaba grabados en sus brazos las frasesMueran los fascistas y No pasarán. La actitud combativa del pequeño le había hecho concluir que aun siendo pobres, tendrían que matar a todos los españoles para aplastar la República, pues el hombre español había aprendido bajo las bombas que sus huesos estaban cubiertos por la misma carne dolorosa que los demás humildes del mundo, que era preciso juntarse para defenderse.
(...) Siempre se ha hallado España presta a morir, y toda su historia no es más que un toreo a la muerte, un juego dramático con lo desconocido, con lo peligroso; pero ahora está más presta que nunca, porque es su más profunda sustancia lo que ha sido pisoteada, de modo que el hombre de la tierra española, el que realmente vive con ella y sobre ella, no de ella, el hombre humilde y humillado, ha aprendido en las bombas de Hitler y de Mussolini que sus huesos están cubiertos por la misma carne dolorosa que los demás hombres humildes del mundo, y que solo juntándose y apretándose y defendiéndose, hay en España, mañana en cualquier otro sitio del planeta, será posible arribar a una verdadera humanidad.
(…)
Yo quiero, pues, afirmar aquí esta noche una triple causa de adhesión en mí al pueblo español: como escritor, porque estoy convencido de que nadie puede serlo honradamente sin poner su esfuerzo al servicio de la defensa de la cultura; como cubano, porque mi país se halla también en lucha contra el fascismo, representado por una minoría que lo esclaviza y explota, minoría que tiene la misma calidad que la que alzó sus armas contra el gobierno legítimo de España; y como negro, porque el fascismo supone un dique a la universalización del espíritu humano, una frontera de la difusión de las más puras normas democráticas y un estúpido regreso a etapas que se hallan en vía de superación por el desarrollo de la sociedad (Guillén, 1975: 83).
El Congreso se clausuró al día siguiente. El llamamiento de los delegados de veintiocho naciones para la despedida proclamó: que la cultura que se habían comprometido a defender, tiene por enemigo principal al fascismo; que estaban dispuestos a luchar con todos los medios de que disponen contra él; que en la guerra efectiva que el fascismo ha abierto contra la cultura, la democracia la paz, y en general, la felicidad y el bienestar de la Humanidad, ninguna neutralidad era posible (Schneider, 1978).
Foto 2: Nicolás Guillén y Juan Marinello en España
Marinello, que se había quedado en tierras iberas, y Guillén, que regresó de París a estas, hicieron un recorrido por diferentes lugares en combate y de sus encuentros con los soldados, sus jefes y el pueblo surgió el libro Hombres de la España Leal en 1938. En solitario, Juan compiló varios de sus artículos sobre lo que había visto y vivido para otro volumen titulado Momento Español, cuya primera edición se hizo en ese país en 1937 y luego tuvo una segunda en 1939 en Cuba.
Por su parte, Alejo Carpentier quien había visitado Madrid, por primera vez, en 1933, a propósito de la publicación de su novela " ¡Ecue- Yamba-O" y regresado al año siguiente para asistir al estreno de un obra de Lorca, durante en el II Congreso en Defensa de la Cultura no presentó informes ni realizó intervención alguna. Pero al terminar el mismo, envió a Cuba para que fueran publicadas en la revista Carteles entre el 12 de septiembre y el 31 de octubre de 1937, 4 crónicas con el título "España bajo las bombas"(Acosta Matos, 2004).   Con anterioridad el 5 de junio de 1937 Repertorio Americano, de Costa Rica, publicó su artículo "Los defensores de la cultura"; y posteriormente Mediodía del 18 de julio de 1938, “¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!”. Años más tarde volvería sobre el tema en su libro La Consagración de la Primavera.
Me di cuenta que para hablar de la España que contemplaban nuestros ojos de hombres – afirma Carpentier en 1937-, era imposible permanecer en un plano meramente crítico o especulativo. Pascal decía que existían dos lógicas: una lógica del pensamiento y otra del corazón. Y ante espectáculos tan humanos-tan pletóricos de sangre y alma, de lágrimas e intensidad-como los que hemos presenciado en estos veinte días de viaje a una tierra sometida a imperativo telúricos y agentes de muerte, a fuerzas de terror y fuerzas de júbilo y amor a la vida, nuestra «lógica del pensamiento» se ha roto ante nuestra «lógica del corazón». Por ella sentimos y vibramos, por ella lloramos ante los niños de Minglanilla y supimos dormir a pierna suelta bajo los feroces bombardeos de Madrid. ¡Porque hace falta mucho más valor para resistir a los espectáculos conmovedores que nos presenta la España de hoy, que para vivir con sus hijos, momentos de intenso peligro!” (Carpentier, 1976: 207)
Félix Pita Rodríguez también residía en París al comienzo de la contienda y la guerra de España le hizo cambiar su visión sobre los asuntos políticos y sociales de su tiempo. Primero comenzó a editar el boletín Nuestra España y más tarde sirvió de conexión a los voluntarios cubanos que llegaban a ese país en tránsito hacia España. Después de participar en el II Congreso y haber constatado la experiencia de la guerra comenzó a “madurar por dentro”, según sus propias palabras. Así incrementa su labor antifascista y a través de la revista Facetas de Actualidad Española, en febrero de 1938, denuncia como las bombas facciosas tiene por objetivo los puestos de socorro, las ambulancias, los hospitales.
(…) Donde quiera que levantaba su aviso de dolor y protección una cruz roja, aparecía inevitablemente un avión fascista, que, dejando aparte los objetivos militares, se ensañaba contra ella. Rematar al herido, destruir al mutilado, no por necesidades bélicas de ninguna especie, sino como método guerrero, semilla de desmoralización de la retaguardia.
(…)
Antifascistas o no; amigos de regímenes políticos diversos o contrarios, lo que todos los hombres honrados no deben olvidar nunca, porque es ataque contra el hombre mismo, contra su más pura esencia, es éste atacar sin piedad a la cruz roja, allí donde ella está para decir que bajo ella se cobijan los hombres dolientes. Y no deben olvidar que siempre, la bomba asesina que tiene por destino un herido o un enfermo, trae grabada en su espalda la cruz gamada o el haz fascista, los signos de la muerte (Pita Rodríguez, 1938b: 28).
Foto 3: Félix Pita Rodríguez participó en el II Congreso en Defensa de la Cultura
El poeta fue nombrado corresponsal del periódico Voz de Madrid que se comenzó a editarse en Francia en 1938. Allí publicó un artículo dedicado a exaltar el libro España en el corazón del chileno Pablo Neruda, en el cual señala que España es “Madre natal” y que los hispanoamericanos se había dado cuenta de ello precisamente con la guerra:
(…) Fue necesario (…) que nos vinieran a tocar a la puerta la sangre de los hombres y los millares de manecitas de niños asesinados, que vinieran a gritar en una vecindad de corazones la angustia de las madres españolas, para que sintiéramos, cerca y desconocida, lejana y amiga, la presencia querida e ignorada de nuestra “madre natal”. Que nos llegara el turno dulce de descubrir a España. Ah, pero entonces, ¡qué sorprendentemente “nuestra” la tarea! ¡Cómo nos tocaba allí donde nos dolía, en el vértice mismo de la entraña, la indagación! Nos habíamos separado con el gesto hosco, la impresión de que habíamos dado con la puerta en las narices a los españoles de nuestras guerras. De que nos habíamos dado mutuamente el portazo. De que había “ellos” y “nosotros” en un delimitado campo sin equivocaciones. Un español era sin posibilidad de reivindicación, un “gallego” o un “gachupín”. Y nada más. Y fuera de este calificar, España era una cosa, más allá del Atlántico.
(…)
(…) Desde Méjico hasta la Argentina, el gran mensaje de Madrid encontró ecos que sobrepasan todas las esperanzas. El indio mejicano, el llanero venezolano, el cauchero colombiano, el salitrero chileno, el negro de los centrales azucareros de Cuba, dieron pruebas de una solidaridad que hundía sus raíces bastante más profundamente que una simple, humanitaria razón (…) (Pita Rodríguez, 1938a: 28).
En febrero de 1939 Pita Rodríguez fue enviado por la redacción de la revista a la frontera catalana en el momento en que se estaba produciendo la evacuación del gobierno republicano.
Indudablemente el II Congreso en Defensa de la Cultura constituyó un aldabonazo a la conciencia de los intelectuales del mundo y no solo por los temas abordados ni las ilustradas intervenciones, sino por el choque frontal con aquella realidad pavorosa que vivía España y resultaba preludio de lo que podía esperar al mundo en manos del fascismo.
Fue necesario que la agonía fascista penetrara en España para que se comprendiese hasta qué punto aquella cultura occidental era ya apenas una posibilidad y amenazaba convertirse en un recuerdo –escribió el estudiante comunista Carlos Rafael Rodríguez. Ateridos de emoción ante el espectáculo de un pueblo que a pulso de sí mismo detenía tres ejércitos extranjeros, artistas y escritores, sintiendo la exaltación de quienes se saben pendientes de aquel coraje insobornable acudieron al mismo escenario en que se ventila una contienda universal por su tamaño histórico (…) (Rodríguez, 1937: 19)
Conclusiones
Si hacemos un balance cualitativo y cuantitativo de la postura de los intelectuales cubanos ante la República Española, fácilmente podemos darnos cuenta que la inmensa mayoría asumió posiciones de simpatías hacia la misma. Solo un grupo muy reducido se sumó al bando de los franquistas. Al mismo tiempo, la defensa de la causa republicana permitió a los sectores de izquierda cubanos desplegar una amplia campaña política a favor de sus propios derechos democráticos e involucrar a la inmensa mayoría de los ciudadanos en una empresa que, a nivel mundial, iba a responder a la lucha contra el fascismo en sus diversas variantes. Con ello también fueron ganando espacios públicos y fuerzas para sus propias demandas a favor de la legalización de sus organizaciones sociales y políticas, de sus órganos de prensa y por la convocatoria a una Asamblea Constituyente libre y soberana. Los hombres y mujeres de pensamiento jugaron un rol fundamental en esos logros al poner su pluma y su palabra al servicio de una causa tan justa y humana.

Bibliografía
Acosta Matos, Eliades (2004): “Alejo Carpentier y la defensa de la República Española, en http://www.cubadebate.cu/opinion/2004/06/01/alejo-carpentier-y-la-defensa-de-la-republica-espanola/#.VFABNleGmuI, consultado el 28 de octubre de 2014
Álvarez, Santiago (1986): Memorias II. La guerra civil de 1936/1939, Ediciós Do Castro, A Coruña.
“Apelación desde Madrid a los Escritores Hispano-americanos”, en Facetas de Actualidad Española, 7, octubre-noviembre de 1937.
Ana Suárez, op. cit., p. 583.
Aznar Soler, Manuel (1978): “Pensamiento literario y compromiso antifascista de la Inteligencia Española Republicana”, II Congreso de Escritores Antifascistas (1937), Vol II, Editorial LAIA, Barcelona.
Baumann, Geroldo Gino (1997): Los voluntarios latinoamericanos en la Guerra Civil Española, San José de Costa Rica, 1ra edición, Editorial Guayacán SA.
Carpentier, Alejo (1976): España bajo las bombas; Editorial Arte y Literatura, La Habana.
“Cuba, el país con más voluntarios en la Guerra Civil española, según un estudio” en http://noticias.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/historia/cuba-el-pais-con-mas-voluntarios-en-la-guerra-civil-espanola-segun-un-estudio_r0Oudg5eB7vr9VGRCMSFF2/
Guillén, Nicolás (1975): “Discurso en el Congreso Internacional de escritores en Defensa de la Cultura”, en su Prosa de prisa 1929-1972, Tomo I, Editorial de Arte y Literatura, La Habana.
Guillén, Nicolás (1937): “La brutal teoría de las razas”, en El Mono Azul, 24, Madrid, 15 de julio de 1937.
Guillén, Nicolás (1975): “La Alianza de los Intelectuales Españoles”, en su Prosa de prisa 1929-1972, Tomo I, Editorial de Arte y Literatura, La Habana.
Ibarruri, Dolores y otros (1971): Guerra y Revolución en España 1936-1939, Tomo III, Editorial Progreso, Moscú.
IHMCRSC (1981): Cuba y la defensa de la República Española 1936-1939, Editora Política, La Habana.
Marinello, Juan (1939): “Discurso en el II Congreso Internacional de escritores para la defensa de la Cultura”, en su Momento Español, 2da edición, Imprenta La Verónica, La Habana.
Navarrro Luna, Manuel s/f: “Carta de Juan Marinello a Manuel Navarro Luna”, Barcelona, s/f, Ana Suárez (2004) Cada tiempo trae una faena…, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello y Editorial José Martí, La Habana, 2004.
Nicolau, Ramón: Aporte del pueblo cubano a la lucha del pueblo español contra el fascismo, inédito.
Pina Tabío, Víctor (2011) Víctor Manuel Pina Cardoso. Alas y sombras (1910-1958), Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.
Pita Rodríguez, Félix (1938) : “El corazón en España”, en Voz de Madrid, París, I, (4), 6 de agosto de 1938.
Pita Rodríguez, Félix (1938): “La Guerra a la Cruz Roja”, en Facetas de Actualidad Española, I, (10), Febrero de 1938.
Rodríguez, Carlos Rafael (1937): “Hombres en Congreso”, en Mediodía, (29), La Habana, 17 de agosto de 1937.
Schneider, Luis Mario (1978): II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas (1937), Vol I: Inteligencia y guerra civil en España, Editorial LAIA, Barcelona.
Vera Jiménez, Fernando (1999): “Cubanos en la Guerra Civil española. La presencia de voluntarios en las Brigadas Internacionales y el Ejército Popular de la República”, Revista Complutense de Historia de América, 25, 1999.

18 de septiembre de 2018

ERNEST HEMINGWAY "Sobre los muertos estadounidenses en España"

ERNEST HEMINGWAY
"Sobre los muertos estadounidenses en España"
(1939)
Los muertos duermen fríos en España esta noche. La nieve sopla a través de los olivares, cerniéndose sobre las raíces de los árboles. La nieve se desplaza sobre los montículos. Los olivos son delgados, movidos por el viento frío porque sus ramas más bajas fueron cortadas una vez para cubrir tanques, y los muertos duermen fríos en las pequeñas colinas sobre el río Jarama. Hacía frío ese mes de febrero cuando murieron allí y desde entonces los muertos no han notado los cambios de las estaciones.
#MemoriayDignidad



14 de septiembre de 2018

Lorca y Neruda, unidos para siempre en Fuente Vaqueros


Federico Garcia Lorca y Pablo Neruda han quedado hermanados para 


siempre en Fuente Vaqueros. 


Revista TRIUNFO, 14 de Junio de 1980


Antonio Ramos Espejo







El poeta granadino ya tiene un monumento en su pueblo, inaugurado en el ochenta y dos aniversario de tu nacimiento. El poeta chileno será recordado con su nombre en una calle. Isabel Garcia Lorca y Laura de los Ríos, Rafael Alberti y el presidente de la Junta de Andalucia, Rafal Escuredo, actuaron de testigos. Por primera vez asiste a un acto lorquiano el gobernador civil de Granada, que al final se vería rodeado de una multitud de puños en alto, cantando “El pueblo unido. Jamás sera vencido" con el grupo Quilapayum, mientras dos jóvenes ondeaban, junto al monumento de Lorca las banderas andaluza y chilena.








No pudo desplazarse a Fuente Vaqueros, desde Santiago de Chile, Matilde Urrutia, viuda de Neruda por haber sufrido recientemente un accidente. Matilde envió un mensaje que fue leído por un miembro de Quilapayun: "No olvidamos que para Neruda, Federico fue siempre el gran caído, la voz silenciada, la gran ausencia de su España en el corazón". 


....................



"Neruda nunca olvidó la muerte de Federico, nunca dejó de sufrir su alegre voz silenciada brutalmente. En nuestro homenaje. viva la esperanza de que nunca más suceda la muerte injusta del poeta. que nunca más sea acallada la voz libre y transparente de los poetas...".








Lorca y Neruda, unidos para siempre en Fuente Vaqueros

Federico Garcia Lorca y Pablo Neruda han quedado hermanados para 
siempre en Fuente Vaqueros. 
Revista TRIUNFO, 14 de Junio de 1980
Antonio Ramos Espejo


El poeta granadino ya tiene un monumento en su pueblo, inaugurado en el ochenta y dos aniversario de tu nacimiento. El poeta chileno será recordado con su nombre en una calle. Isabel Garcia Lorca y Laura de los Ríos, Rafael Alberti y el presidente de la Junta de Andalucia, Rafal Escuredo, actuaron de testigos. Por primera vez asiste a un acto lorquiano el gobernador civil de Granada, que al final se vería rodeado de una multitud de puños en alto, cantando “El pueblo unido. Jamás sera vencido" con el grupo Quilapayum, mientras dos jóvenes ondeaban, junto al monumento de Lorca las banderas andaluza y chilena.


No pudo desplazarse a Fuente Vaqueros, desde Santiago de Chile, Matilde Urrutia, viuda de Neruda por haber sufrido recientemente un accidente. Matilde envió un mensaje que fue leído por un miembro de Quilapayun: "No olvidamos que para Neruda, Federico fue siempre el gran caído, la voz silenciada, la gran ausencia de su España en el corazón". 
....................
"Neruda nunca olvidó la muerte de Federico, nunca dejó de sufrir su alegre voz silenciada brutalmente. En nuestro homenaje. viva la esperanza de que nunca más suceda la muerte injusta del poeta. que nunca más sea acallada la voz libre y transparente de los poetas...".



RAFAEL FERNANDEZ GARCIA.

Condenado a muerte y ejecutado por los fascistas.



CAPITAN DON RAFAEL FERNANDEZ GARCIA.

Dos de Marzo de mil novecientos treinta y nueve.

Ante el Sr. Delegado Instructor y presente Fedatario comparece el anotado al margen, quien advertido que fué en forma legal, promete por su honor decir verdad en cuanto supiere y fuese preguntado y al serlo por las generales de la ley dice:

Llamarse como queda anotado, de veinte y cinco años de edad, de estado soltero, de profesión albañil , natural de Guadix (Granada) en la actualidad presta sus servicios como Capitan de la Compañía del 587 Batallón, con instrucción, las demás no le comprenden.






RAFAEL FERNANDEZ GARCIA.

Condenado a muerte y ejecutado por los fascistas.

CAPITAN DON RAFAEL FERNANDEZ GARCIA.
Dos de Marzo de mil novecientos treinta y nueve.
Ante el Sr. Delegado Instructor y presente Fedatario comparece el anotado al margen, quien advertido que fué en forma legal, promete por su honor decir verdad en cuanto supiere y fuese preguntado y al serlo por las generales de la ley dice:
Llamarse como queda anotado, de veinte y cinco años de edad, de estado soltero, de profesión albañil , natural de Guadix (Granada) en la actualidad presta sus servicios como Capitan de la Compañía del 587 Batallón, con instrucción, las demás no le comprenden.


3 de septiembre de 2018

Mujeres Libres


Propaganda política : Antonio Alorda conocido anarquista valenciano en un acto apoyando a la organización ácrata Mujeres Libres
Propaganda política : imagen femenina en la Presidencia del acto público organizado por Mujeres
Propaganda política : F. Vidal ideóloga del movimiento anarquista femenino Mujeres


Positivo. Valencia : Biblioteca Valenciana, entre 1936 y 1939. Dos juegos: 24 x 18 cm y 13 x 9 cm.
Disponible también en positivo.
Fondo











Finezas.

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