27 de febrero de 2023

AGUILERA GISBERT, Emilio

 

AGUILERA GISBERT, Emilio. Nació el 14 de enero de 1913 en La Calahorra (Granada). Procedente del stalag o prisión B-B (Sandbostel) fue deportado al campo de concentración de Mauthausen-Gusen (Austria) el 3 de marzo de 1941, con el número 3.168. Falleció en este campo el 3 de noviembre de 1941. BERMEJO, Benito y CHECA, Sandra, 2006, 76



26 de febrero de 2023

Efemérides destacadas relacionadas con la Segunda República española que ocurrieron en la fecha de hoy, 26 de febrero:

Efemérides destacadas relacionadas con la Segunda República española que ocurrieron en la fecha de hoy, 26 de febrero:

  • 1936: Las elecciones generales en España dan la victoria al Frente Popular, coalición de partidos de izquierda y republicanos que agrupa a socialistas, comunistas, republicanos de izquierda y nacionalistas vascos y catalanes. La victoria del Frente Popular será el preludio de la Guerra Civil española.

  • 1937: En plena Guerra Civil, el Gobierno de la Segunda República establece el Consejo de Defensa de Madrid, presidido por el general José Miaja, para coordinar la defensa de la capital española, que se encontraba sitiada por las fuerzas franquistas.

  • 1939: El gobierno republicano presidido por Juan Negrín y los principales líderes políticos abandonan España tras la caída de Cataluña en manos de las fuerzas franquistas. Es el final de la Guerra Civil española y el comienzo de una larga dictadura franquista que durará 36 años.

Fernando de los Rios y el Ateneo madrileño


 El golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923 fue un intento de acabar con la inestabilidad política y social que existía en España en ese momento. Tras años de conflictos políticos y sociales, la monarquía española estaba en crisis y los militares comenzaron a ejercer una mayor influencia en la política del país. El 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera lideró un golpe de Estado y asumió el poder como jefe de gobierno, estableciendo una dictadura militar que duraría hasta 1930.

Miguel de Unamuno, escritor y filósofo español, fue uno de los líderes de la oposición intelectual y liberal contra la dictadura de Primo de Rivera. En su discurso de inauguración del curso académico en la Universidad de Salamanca en 1936, Unamuno pronunció una famosa frase: "Venceréis, pero no convenceréis", en la que denunció la represión y la falta de libertades en la España de la época.

El Ateneo de Madrid, una institución cultural y literaria fundada en 1835, se convirtió en un lugar de discusión y debate de las políticas del Directorio Militar de Primo de Rivera. Fernando de los Ríos, político y escritor español, presidió la Sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo y fue uno de los líderes intelectuales de la oposición contra la dictadura. El Ateneo organizó debates, conferencias y reuniones para discutir y criticar las políticas del régimen de Primo de Rivera, lo que contribuyó a mantener viva la oposición política y a fomentar el pensamiento crítico en la sociedad española.

Fernando de los Ríos fue un destacado político y escritor español, que desempeñó un papel importante en la oposición intelectual y política durante la dictadura de Primo de Rivera. Nacido en Ronda en 1879, de los Ríos se educó en la Universidad Central de Madrid, donde estudió filosofía y letras. Fue un miembro destacado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y en 1931 fue nombrado Ministro de Justicia en el primer gobierno republicano de España.

Antes de ocupar un cargo en el gobierno republicano, de los Ríos había sido presidente de la Sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo de Madrid. Durante la dictadura de Primo de Rivera, el Ateneo se convirtió en un centro de resistencia intelectual contra el régimen, y de los Ríos desempeñó un papel importante en la organización de debates, conferencias y reuniones para discutir y criticar las políticas del régimen.

Junto con otros intelectuales y políticos de la época, de los Ríos fundó la revista "España Libre" en 1918, que se convirtió en un importante órgano de la oposición intelectual y política en España. La revista publicó artículos críticos sobre la dictadura de Primo de Rivera y promovió el pensamiento liberal y progresista en la sociedad española. Después de la proclamación de la Segunda República española en 1931, de los Ríos se convirtió en uno de los líderes políticos del gobierno republicano. Desempeñó un papel importante en la redacción de la Constitución española de 1931, y como Ministro de Justicia, introdujo importantes reformas en el sistema judicial español.

Después del estallido de la Guerra Civil española en 1936, de los Ríos fue nombrado embajador de la República española en Washington, pero murió repentinamente en 1949 en Nueva York, donde se encontraba como profesor en la Universidad de Columbia. Su legado como intelectual y político liberal y progresista sigue siendo recordado en España hoy en día.

22 de febrero de 2023

La muerte de Antonio Machado


 La muerte de Antonio Machado fue una pérdida lamentable para la literatura y la cultura de España. Machado es considerado uno de los poetas más importantes de la Generación del 98, un grupo de escritores españoles que se caracterizó por su preocupación por la identidad nacional y la búsqueda de una nueva forma de expresión literaria.

Machado, nacido en 1875, fue un poeta comprometido con su época y su entorno social y político. En sus obras se puede percibir su preocupación por los problemas de su tiempo, como la crisis económica, la Guerra Civil y la opresión de las clases más desfavorecidas. Además, su poesía se caracteriza por un lenguaje sencillo y cercano al habla popular, lo que le otorga un gran valor literario y cultural.

La muerte de Antonio Machado tuvo lugar en el exilio, en Collioure, Francia, en el año 1939 y un día como Hoy, en plena Guerra Civil española. Este hecho hace aún más trágica su partida, ya que su exilio simboliza la pérdida de una de las figuras más representativas de la cultura española de su tiempo, supuso una gran pérdida para la literatura y la cultura españolas. 

Sus obras continúan siendo un referente de la poesía en lengua española y su legado sigue siendo un ejemplo de compromiso y lucha por la libertad y la justicia.

16 de febrero de 2023

Martha Gellhorn

 




En
una carta a Eleonor Roosevelt fechada en Barcelona en 1938,
Martha Gellhorn escribió:


Este
país es demasiado bello como para que los fascistas lo hagan suyo.
Ya han convertido Alemania, Italia y Austria en algo tan repugnante
que incluso el paisaje es feo. Cuando conduzco por las carreteras de
aquí y veo las montañas de piedra y los campos áridos a ambos
lados, los parasoles clavados en la arena de las playas, los pueblos
del color de la tierra y los lechos de grava de los ríos, la cara de
sus agricultores, pienso: ¡hay que salvar España para la gente
decente, es demasiado hermosa como para desperdiciarla!


Martha
Gellhorn fue una de las corresponsales de guerra más destacadas del
siglo XX y su cobertura de la Guerra Civil española fue muy valorada
por su enfoque en la población civil y su estilo personal y gráfico.
Su implicación con la causa republicana se debió a su conciencia
política y su preocupación por la pobreza y el ascenso del fascismo
en Europa.


En
sus crónicas, Gellhorn se centró en las consecuencias de la guerra
en la población civil, documentando el hambre, las casas
bombardeadas, las mujeres que se habían convertido en el único
sustento de la familia, y la crudeza de las mutilaciones y heridas de
los soldados y voluntarios internacionales.


Además,
su cobertura de la Guerra Civil española fue una novedad en el
periodismo de guerra, ya que se enfocó en la vida de los civiles y
no solo en las batallas y la intervención extranjera.


En
este artículo hablamos sobre Martha Gellhorn, una periodista
estadounidense que cubrió la Guerra Civil Española en 1937 como
corresponsal de guerra para Collier's Weekly. Gellhorn se involucró
profundamente en la causa republicana y sus crónicas bélicas
destacan por su enfoque en la población civil, a diferencia de la
mayoría de los hombres periodistas de guerra que se centraban en las
batallas y la intervención extranjera.


En
sus crónicas, Gellhorn describió el hambre y los niños heridos por
balas perdidas, la vida en casas bombardeadas y cómo las ciudades se
esforzaban por recuperar la normalidad pese al asedio de los obuses.
También destacó el papel de la mujer española, que se había
convertido en el único sostén de la familia a la espera de que
regresaran del frente los maridos, hijos o hermanos.


Gellhorn
creó un estilo personal que daba cabida a aquello que, por lo
general, no merecía más que un breve apunte en el periodismo de
guerra: los niños, las mujeres, los ancianos y los heridos
protagonizaron sus escritos.


En
sus textos, que recorren los lugares más emblemáticos de Madrid,
desde Callao y la plaza Mayor a la Gran Vía, desde el hotel Florida
(donde se fraguó su relación amorosa con Ernest Hemingway) y el
Palace al Chicote, se respira el mismo aire viciado y polvoriento que
dejaba tras sí un bombardeo.


Gellhorn
es considerada una de las grandes corresponsales de guerra de la
historia, y su carrera la llevó a cubrir buena parte de los
conflictos que sacudieron el pasado siglo. Sus reportajes sobre la
Segunda Guerra Mundial, Cuba, Kenia, México, Vietnam y Centroamérica
la convirtieron en la reportera más reconocida de su época. Pero es
en la Guerra Civil Española donde Gellhorn dejó una huella
imborrable como periodista y como defensora de la causa republicana.


Fue
la única mujer, que se sepa, que desembarcó en Normandía el Día D
cubriendo como reportera la Segunda Guerra Mundial, al igual que
antes había hecho con la Guerra Civil española y después haría
con otras. Sin embargo, sus méritos suelen quedar relegados a un
segundo plano cuando se la presenta simplemente como la esposa de
Ernest Hemingway.


Paco
Robles

DE LA DESBANDÁ AL EXILIO


 DE LA DESBANDÁ AL EXILIO

La historia que os voy a relatar refleja una parte del terror y el dolor que se vivió durante la Guerra Civil Española y cómo afectó a la vida de las personas. La huida, “La Desbandá” desde Malaga hacia Almería y desde alli hasta el Levante y Cataluña, en algunos casos hasta Francia y el exilio y en algun caso extremo hasta el Holocausto, llena de incertidumbre y miedo, es un retrato de la desesperación que sentían aquellos que buscaban escapar de la guerra. La descripción de la carretera regada de cadáveres y objetos personales es un recordatorio de la brutalidad y la violencia que se vivió durante esos años. La búsqueda de los padres por parte de Ramón es un ejemplo de la determinación y la fuerza de voluntad de las personas que lucharon por sobrevivir en medio de la adversidad. La Guerra Civil Española es un capítulo oscuro de la historia de España y sus consecuencias siguen siendo sentidas hasta el día de hoy.

Es la historia de Antonio (o como tú le quieras llamar) contada a retazos por su nieto, llegó a Chile escapando del desastre de la batalla de Málaga y trajo marcado a fuego el terror y la desazón de la guerra. La herida nunca cicatrizó bien. El joven se alistó en las milicias del sindicato de estibadores de la CNT y en defensa de sus ideales tuvo que enfrentar a los “camisas negras italianos” en las cercanías de Colmenar, al norte de Málaga. Tenía veintidós años y aguantó bien los primeros asaltos del Corpo Truppe Volontarie. No fue lo mismo cuando aparecieron los carros blindados Fiat L3/33, que por los pueblos de la costa les flaquearon.

Tenía miedo, quería huir, salir por piernas, más la imagen de su madre y de su padre, en su casa de Málaga, que acudió a su mente, le detuvo. Hizo de tripas corazón y apretó los dientes dispuestos a no ceder un metro a los fascistas. No obstante, la dura retirada fue la constante ese día y el siguiente, y también el día que siguió al siguiente. Primero se replegaron a Alfarnate, luego a Alfarnatejo, luego a Riogordo, luego a Colmenar, y cuando estuvieron a la altura del puerto del León, Ramón decidió irse a su casa; con el armamento y los materiales que tenían entre las manos era imposible detener a las fuerzas italianas unidas a los moros, la aviación alemana y los barcos franquistas. Se intentó, pero no se pudo, se dijo para sus adentros, se echó el fusil al hombro y enfiló hacia Málaga, aprovechando la pendiente, corriendo como alma que lleva el diablo.

La ciudad, conforme era de esperar, estaba sumida en el caos. Tiros, voces y rezos llenaban el aire, especialmente plegarias. Todo el mundo, oportunamente empapado de ardor religioso, imploraba la acción de la Divina Providencia (es sabido que la desesperación del hombre es la oportunidad de Dios). Es más, ni la razón ni el socialismo, ni tan siquiera la visión de una revolución que cambiara el mundo servían de consuelo. Rostros despavoridos, desencajados, que parecían desprendidos de las pinturas negras de Goya, se echaban a la carretera con destino a Almería, la única puerta de escape. Una salida, en todo caso, envenenada.

Ramón no encontró a nadie en su casa ni a algún vecino que le pudiera indicar el paradero de sus padres. Caminó sin rumbo, consciente hasta que la corriente de pánico, que corría como la pólvora, le apresó. Los rumores ponían a Queipo montado en un caballo negro y encabritado en los alrededores de la catedral. Al rato, voces anónimas avisaban que los moros mataban y violaban a mansalva en Torremolinos y que los italianos entraban por el norte.Sabiendo lo que le esperaba si caía en manos fascistas, Ramon siguió al tropel de desdichados que caminaban por la Costa, primero hacia la provincia de Granada, Almuñecar, Salobreña, Motril, Castell, hacia Almería. Una romería lastrada por los negros pensamientos que cargaban sobre sus espaldas.
En la carretera a Almería, el torrente de desdichados era acribillado por la Legión Cóndor y bombardeado por la escuadra nacionalista. Cuando los aviones caían en picada o los estruendos de los cañones navales rompían el cielo, la gente salía del camino corriendo y buscaba refugio entre los arbustos y plantaciones o en cualquier agujero que les sirviera de abrigo. El camino se hallaba regado de cadáveres y objetos personales, desde ajuares de boda hasta máquinas de coser, espejos y maletas.

Antonio siguió la carretera buscando a sus padres en Torox, luego en Nerja, en Almuñécar, en Motril; en Torrenueva, amparado en la noche y cuidando que nadie le viera, dejó su fusil en la puerta del ayuntamiento y prosiguió su búsqueda de civil. Buscó en Castell de Ferro, en Adra, en Almería, en Garrucha; cruzó la sierra de Las Moreras y les buscó en Mazarrón, en Cartagena, en Alicante, en Altea, en Calpe, en Jávea, en Dénia y en Valencia. En los primeros pueblos buscó entre la gente que descansaba amontonada. Más adelante, cuando todo el mundo encontró su destino, o su pena, o su alegría, o una mezcla de ambos, pues el hallazgo de un ser querido puede ser portador de noticias aún peores que la muerte, les buscó en los ayuntamientos y en la cruz roja. Pero la guerra los engulló. De esta suerte, en silencio y recluido en sus demonios, continuó viaje a Barcelona.

Las noticias sobre la masacre de la carretera de Almería, la desbandá que le llamaban, que llegaban a Barcelona y a toda la república en forma de gritos de horror, no le permitían albergar ilusión alguna, así que Ramón decidió hacer las Américas. En enero de 1938, una mañana de lluvia fina y fría, embarcó con destino a Buenos Aires. Viajó en el War Mollow; un carguero de bandera inglesa que cubría una ruta entre el Cairo y Buenos Aires.
Según cuenta Andres, el nieto de Antonio,llegó a Buenos Aires sin grandes novedades. Estuvo malviviendo unos meses en las calles de la capital argentina hasta que decidió continuar viaje. En cuanto pudo, embarcó con destino a Valparaíso; según decían las lenguas ásperas y secas, de los refugiados que rondaban los muelles del Mar del Plata, allí había oportunidades de trabajo. Los vientos de guerra, el fascismo había anexionado Austria a Alemania y atacaba Checoslovaquia, soplaban cada vez más fuerte en los cuatro rincones del planeta y el precio de las exportaciones chilenas: los minerales, el vino, las legumbres, estaban por el cielo. El puerto de Valparaíso no daba abasto y la mano de obra cualificada en esos oficios escaseaba.

No le fue difícil conseguir trabajo. Las cosas le iban relativamente bien, incluso, una gran alegría: sus padres estaban vivos y consiguió contactar con ellos (el mundo de los refugiados era una red de informadores). Al fin consiguió saber por carta y le contaron que pasaron un tiempo con la familia política de su tío, que eran falangistas, falangistas reconocidos, “pero de los buenos”. También le pidieron que no volviera. No vuelva, hijo, decía la carta, aquí las cosas están muy mal. Los falangistas malos, los señoritos, son ahora los amos, los patrones. A los que pelearon no les perdonan, les fusilan donde los encuentran o los encierran en los campos de concentración, o no les queda otra que echarse al monte, a vivir como bestias, usted me entiende. Haga su vida allá, hijo.



Este fragmento de texto describe la odisea de un hombre llamado Ramón durante la Guerra Civil Española. Ramón, que ha estado buscando a sus padres, se une a un grupo de desdichados que caminan hacia Almería. Durante su viaje, la carretera está sembrada de cadáveres y objetos personales debido a los ataques de la Legión Cóndor y la escuadra nacionalista. Ramón continúa buscando a sus padres en varias ciudades y pueblos, pero sin éxito. La guerra parece haberlos engullido. Al final, Ramón continúa su viaje hacia Barcelona, en silencio y recluido en sus pensamientos y su dolor. Es un relato triste y emotivo que muestra la brutalidad y la injusticia de la guerra y su impacto en la vida de las personas.



(Fue curioso el destino del vapor War Mollow: meses más tarde, el barco pasó a manos de una naviera italiana que le rebautizó con el nombre de Fausto. Los italianos, por esas cosas del destino, utilizaron el carguero para repatriar material y tropas desde España; quizá, las mismas personas que Ramón combatió. Al poco tiempo que comenzó la segunda guerra mundial, el Fausto buscó refugio en Montevideo donde fue requisado por el gobierno uruguayo que le cambió el nombre a Maldonado. Finalmente, en agosto del 42, el mercante fue hundido en las cercanías de Haití por el submarino alemán U-510. No hubo muertos, solo fue hecho prisionero el Capitán del barco, Mario Giambruno).