9 de mayo de 2016

El 1º de Mayo de 1931




El 1º de Mayo de 1931 tuvo un carácter especial. El paro fue absoluto, ondeando la bandera de la República desde primera hora en todos los edificios oficiales y en numerosos balcones particulares. Mucho antes de la hora señalada para dar comienzo la manifestación, el lugar aparecía repleto de
trabajadores. A las diez y cuarto, tras el disparo de varios cohetes, la manifestación se puso en marcha. En cabeza, presidiendo la manifestación, iba Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca, con Largo Caballero, ministro de Trabajo, e Indalecio Prieto, ministro de Hacienda, a su lado. También figuraban en primera fila Besteiro, Gómez, Girals, Ovejero y varios miembros del Consejo General de la Federación Sindical Internacional, de la Oficina Internacional del Trabajo de Ginebra, de la Internacional del Transporte, de la Confederación Sindical de Finlandia, etc. Rodeando a la presidencia, un cordón de la Milicia socialista, con dos niñas al frente: una vestida de República, con gorro frigio y terciada en una bandera tricolor, y otra vestida de rojo y con una banda en tercerola en que se leía: “¡Viva el socialismo!”.
Detrás iban los manifestantes, en número superior a 300.000, cantando “La Marsellesa” y “La Internacional”.
A las doce menos cuarto llegó la manifestación a la Presidencia del Consejo, donde se encontraban, entre otros, Alcalá Zamora, Albornoz, Azaña, Maura y Casares Quiroga. Una comisión, formada por Largo Caballero, Trifón Gómez, Muiño, Gana y Victoriana Herreros, entró en la casa presidencial entregando a
Niceto Alcalá Zamora las conclusiones adoptadas. El programa incluía los siguientes puntos:



1) Derecho al voto a los 21 años;
2) ratificación de la jornada de ocho horas y garantías para su cumplimiento;
3) medidas contra el paro y la carestía de la vida;
4) construcción de casas baratas;
5) implantación de seguros sociales;
6) creación de escuelas;
7) creación de una ley que estimule el cooperativismo;
8) legislación agraria;
9) repoblación forestal;
10) ley de control sindical de las industrias.


Tras dirigirse a los manifestantes Alcalá Zamora, tomó la palabra Largo Caballero, pidiendo a los allí congregados se disolvieran con tranquilidad y evitaran “todo incidente que pudiera dar motivo a nuestros enemigos para censurar esta República, que ha nacido en la forma que todos habéis visto y aplaudida por el Mundo entero”.
Antes de las cinco de la mañana empezó a llegar la gente a la Casa de Campo, entregada días antes por la República al pueblo de Madrid, aunque sus puertas no se abrían hasta las ocho y media. Muchos obreros lucían el gorro frigio, de papel o paño, o se lo habían puesto a sus hijos. Como el número de niños era
muy grande no tardarían en perderse algunos, teniendo que organizar la Guardia Civil un servicio para recogerles y entregarles a sus familias.


(El Socialista / Mundo Obrero / Prensa de Madrid)











Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.





El 1º de Mayo de 1931

El 1º de Mayo de 1931 tuvo un carácter especial. El paro fue absoluto, ondeando la bandera de la República desde primera hora en todos los edificios oficiales y en numerosos balcones particulares. Mucho antes de la hora señalada para dar comienzo la manifestación, el lugar aparecía repleto de
trabajadores. A las diez y cuarto, tras el disparo de varios cohetes, la manifestación se puso en marcha. En cabeza, presidiendo la manifestación, iba Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca, con Largo Caballero, ministro de Trabajo, e Indalecio Prieto, ministro de Hacienda, a su lado. También figuraban en primera fila Besteiro, Gómez, Girals, Ovejero y varios miembros del Consejo General de la Federación Sindical Internacional, de la Oficina Internacional del Trabajo de Ginebra, de la Internacional del Transporte, de la Confederación Sindical de Finlandia, etc. Rodeando a la presidencia, un cordón de la Milicia socialista, con dos niñas al frente: una vestida de República, con gorro frigio y terciada en una bandera tricolor, y otra vestida de rojo y con una banda en tercerola en que se leía: “¡Viva el socialismo!”.
Detrás iban los manifestantes, en número superior a 300.000, cantando “La Marsellesa” y “La Internacional”.
A las doce menos cuarto llegó la manifestación a la Presidencia del Consejo, donde se encontraban, entre otros, Alcalá Zamora, Albornoz, Azaña, Maura y Casares Quiroga. Una comisión, formada por Largo Caballero, Trifón Gómez, Muiño, Gana y Victoriana Herreros, entró en la casa presidencial entregando a
Niceto Alcalá Zamora las conclusiones adoptadas. El programa incluía los siguientes puntos:
1) Derecho al voto a los 21 años;
2) ratificación de la jornada de ocho horas y garantías para su cumplimiento;
3) medidas contra el paro y la carestía de la vida;
4) construcción de casas baratas;
5) implantación de seguros sociales;
6) creación de escuelas;
7) creación de una ley que estimule el cooperativismo;
8) legislación agraria;
9) repoblación forestal;
10) ley de control sindical de las industrias.
Tras dirigirse a los manifestantes Alcalá Zamora, tomó la palabra Largo Caballero, pidiendo a los allí congregados se disolvieran con tranquilidad y evitaran “todo incidente que pudiera dar motivo a nuestros enemigos para censurar esta República, que ha nacido en la forma que todos habéis visto y aplaudida por el Mundo entero”.
Antes de las cinco de la mañana empezó a llegar la gente a la Casa de Campo, entregada días antes por la República al pueblo de Madrid, aunque sus puertas no se abrían hasta las ocho y media. Muchos obreros lucían el gorro frigio, de papel o paño, o se lo habían puesto a sus hijos. Como el número de niños era
muy grande no tardarían en perderse algunos, teniendo que organizar la Guardia Civil un servicio para recogerles y entregarles a sus familias.
(El Socialista / Mundo Obrero / Prensa de Madrid)
Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

1º de Mayo de 1932 en Granada.




Discurso del ministro de Instrucción Pública.


Con motivo de la Fiesta del Trabajo cerraron los cafés y cines, excepto uno que ha servido para varios jóvenes de la familia del dueño.
El gobernador prohibió, a última hora la manifestación socialista del primero da mayo. En la Plaza de Toros se celebró el mitin socialista, conmemorativo de la fiesta, hablando entre otros oradores, don Femando de los Ríos, que había llegado exclusivamente para asistir al acto.
Dijo que son atacados sañudamente los logros de los Gobiernos de la República, deteniéndose de una manera especial en las reformas militares, de Instrucción Pública y agraria. Terminado el acto y en el automóvil del alcalde, se dirigió al hotel, cruzando la población a gran velocidad.
Asistieron cinco mil socialistas y comisiones de algunos pueblos con sus respectivas banderas. A la salida del acto un grupo compuesto por unos cincuenta extremistas, en la Gran Via, trataron de deslucir el desfile, cantando la Internacional y llevando una bandera sindicalista.
Un agente de vigilancia le quitó la bandera al que la llevaba y entonces el grupo hizo tres disparos, a los que contestó otro agente, todos ellos sin consecuencias. Fue detenido el portador de la bandera que resultó ser un albañil llamado José Blanca Ortíz y el joven Antonio Morales que le acompañaba. La guardia de seguridad restableció el orden.
El ministro asistió por la tarde la un acto que se celebraba en la Universidad, discurseando en elogio de catedrático de Derecho, jubilado, don José Martos Lafuente, al que se rendía un homenaje.
Visitó la cátedra donde explicaba antiguamente el señor de los Ríos, emocionándose. Fue obsequiado con un lunch. Hoy ha visitado el local del Centro de Estudios Árabes. Mañana regresa a Madrid.
LA VANGUARDIA -Página 24 - Martes 3 de mayo de 1932



(La fotografía, del Archivo de IDEAL, es de 1931 frente a la antigua Plaza de Toros del Triunfo.)











Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.





1º de Mayo de 1932 en Granada.

Discurso del ministro de Instrucción Pública.
Con motivo de la Fiesta del Trabajo cerraron los cafés y cines, excepto uno que ha servido para varios jóvenes de la familia del dueño.
El gobernador prohibió, a última hora la manifestación socialista del primero da mayo. En la Plaza de Toros se celebró el mitin socialista, conmemorativo de la fiesta, hablando entre otros oradores, don Femando de los Ríos, que había llegado exclusivamente para asistir al acto.
Dijo que son atacados sañudamente los logros de los Gobiernos de la República, deteniéndose de una manera especial en las reformas militares, de Instrucción Pública y agraria. Terminado el acto y en el automóvil del alcalde, se dirigió al hotel, cruzando la población a gran velocidad.
Asistieron cinco mil socialistas y comisiones de algunos pueblos con sus respectivas banderas. A la salida del acto un grupo compuesto por unos cincuenta extremistas, en la Gran Via, trataron de deslucir el desfile, cantando la Internacional y llevando una bandera sindicalista.
Un agente de vigilancia le quitó la bandera al que la llevaba y entonces el grupo hizo tres disparos, a los que contestó otro agente, todos ellos sin consecuencias. Fue detenido el portador de la bandera que resultó ser un albañil llamado José Blanca Ortíz y el joven Antonio Morales que le acompañaba. La guardia de seguridad restableció el orden.
El ministro asistió por la tarde la un acto que se celebraba en la Universidad, discurseando en elogio de catedrático de Derecho, jubilado, don José Martos Lafuente, al que se rendía un homenaje.
Visitó la cátedra donde explicaba antiguamente el señor de los Ríos, emocionándose. Fue obsequiado con un lunch. Hoy ha visitado el local del Centro de Estudios Árabes. Mañana regresa a Madrid.
LA VANGUARDIA -Página 24 - Martes 3 de mayo de 1932
(La fotografía, del Archivo de IDEAL, es de 1931 frente a la antigua Plaza de Toros del Triunfo.)
Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

LA GUERRILLA ANTIFASCISTA




En 1937 los ejercitos de la Republica comenzaron una labor de guerrilla en varias zonas de España con ordenes de desestabilizar a las tropas rebeldes. Una de esas compañias estaba acuartelada en Guadix.


"Una vez entrenados, los guerrilleros eran dotados con un equipaje compuesto por “dos fusiles cada uno, dos dotaciones de balas, rancho en frío (conservas u chocolate), pastillas de trilita (parecidas a jabón de fregar), fulminantes, mecha rápida y lenta y propaganda. Los uniformes son los de campaña del extinto ejército español”.
En eptiembre de 1937 los gastos mensuales derivados de la actividad de las compañías de guerrilleros ascendían a 20.000 pesetas, lo que equivalía a 2.000 pesetas por compañía.
A esto debía añadírsele 511.700 pesetas distribuidas en concepto de pagas.
Para ese momento las compañías habían reubicado algunas de sus posiciones y contaban con un número menor de hombres de lo estipulado en teoría, aunque en todas ellas se llegaba a los cien individuos:



1ª cía: Capitán Magín Molina Manzano en Talavera de la Reina; 110 hombres
2ª cía: Capitán José Sines López en Don Benito; 112 hombres
3ª cía: Capitán Miguel Julio Justo en Castuera; 112 hombres
4ª cía: Capitán Raimundo Bárcena en Villanueva de la Serena; 105 hombres
5ª cía: Capitán Segundo García Romero en Villanueva de Córdoba; 115 hombres
6ª cía: Capitán José Carnicer en Alcaudete (Jaén); 114 hombres
7ª cía: Capitán Antonio Buitrago en Guadix (Granada); 100 hombres
8ª cía: Capitán Constantino Esteban en Alfambra (Teruel); 106 hombres
9ª cía: Capitán Antonio Ojeda Ortega en Madrid (Navacerrada); 108 hombres
10ª cía: Capitán Loubomif Tygy en Fiscal (Huesca-Pirineos); 100 hombres











Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.





LA GUERRILLA ANTIFASCISTA

En 1937 los ejercitos de la Republica comenzaron una labor de guerrilla en varias zonas de España con ordenes de desestabilizar a las tropas rebeldes. Una de esas compañias estaba acuartelada en Guadix.
"Una vez entrenados, los guerrilleros eran dotados con un equipaje compuesto por “dos fusiles cada uno, dos dotaciones de balas, rancho en frío (conservas u chocolate), pastillas de trilita (parecidas a jabón de fregar), fulminantes, mecha rápida y lenta y propaganda. Los uniformes son los de campaña del extinto ejército español”.
En eptiembre de 1937 los gastos mensuales derivados de la actividad de las compañías de guerrilleros ascendían a 20.000 pesetas, lo que equivalía a 2.000 pesetas por compañía.
A esto debía añadírsele 511.700 pesetas distribuidas en concepto de pagas.
Para ese momento las compañías habían reubicado algunas de sus posiciones y contaban con un número menor de hombres de lo estipulado en teoría, aunque en todas ellas se llegaba a los cien individuos:
1ª cía: Capitán Magín Molina Manzano en Talavera de la Reina; 110 hombres
2ª cía: Capitán José Sines López en Don Benito; 112 hombres
3ª cía: Capitán Miguel Julio Justo en Castuera; 112 hombres
4ª cía: Capitán Raimundo Bárcena en Villanueva de la Serena; 105 hombres
5ª cía: Capitán Segundo García Romero en Villanueva de Córdoba; 115 hombres
6ª cía: Capitán José Carnicer en Alcaudete (Jaén); 114 hombres
7ª cía: Capitán Antonio Buitrago en Guadix (Granada); 100 hombres
8ª cía: Capitán Constantino Esteban en Alfambra (Teruel); 106 hombres
9ª cía: Capitán Antonio Ojeda Ortega en Madrid (Navacerrada); 108 hombres
10ª cía: Capitán Loubomif Tygy en Fiscal (Huesca-Pirineos); 100 hombres
Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

LAS PRUEBAS DEL HOLOCAUSTO, LAS FOTOS DE BOIX.

Francisco Boix fue un privilegiado. Desde 1940 existía en el campo de Mauthausen un servicio fotográfico, llamado Erkennungsdienst y dedicado a hacer retratos policiales de identificación de los presos, pero también –y sobre todo con el tiempo– a otras actividades.
Boix tuvo la suerte de ser destinado allí a finales de agosto de 1941; con él trabajaron algunos austriacos, alemanes y polacos, además de dos españoles: Antonio García Alonso y José Cereceda. Todos ellos gozaban de unas condiciones de higiene, alojamiento y comida mejores que las de sus compañeros (entre 1944 y 1945 gozó sobre todo de ellas el propio Boix, que en esas fechas fue secretario del servicio); también disponían de una cierta libertad de movimientos por el interior del campo, lo que les permitía llevar a cabo determinadas actividades clandestinas.
Así que, cuando la guerra se acercaba a su fin y los SS de Mauthausen decidieron deshacerse de las fotografías que habían tomado durante años, porque pensaron con razón que podían ser muy comprometedoras, Boix tuvo la audacia de guardarlas y, con la ayuda de un grupo de españoles que trabajaban fuera del campo y de una valiente austriaca llamada Anna Pointner, consiguió esconder una parte de ellas en el pueblo de Mauthausen hasta la llegada de los norteamericanos. Fue entonces, a partir del 5 de mayo de 1945, día de la liberación de Mauthausen, cuando Boix volvió a ejercer su oficio a pleno rendimiento.
Suya es la mayor parte de las fotografías de los primeros días de libertad en el campo, algunas de ellas tan memorables como la que muestra la gran pancarta multilingüe que desplegaron los republicanos españoles para recibir a las tropas libertadoras.
Boix permaneció todavía en Mauthausen hasta principios de junio, momento en que se trasladó a París. En esta ciudad transcurriría el resto de su vida. Ya desde sus primeros tiempos en la capital francesa consiguió que se publicasen muchas de las fotografías que daban fe del horror de Mauthausen, y en 1946 testimonió en dos procesos contra criminales de guerra nazis, celebrados en Nüremberg y Dachau. Murió cinco años después, cuando apenas contaba 30. Nunca volvió a España. Nunca abandonó su militancia comunista.
Estas son algunas de las fotografias publicadas en la Revista REGARDS en Paris en 1945.
Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Foto de Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

1 de mayo de 2016

1º de Mayo de 1931


El director general del Trabajo, Luis Araquistain, del PSOE,
(1º izda); el alcalde de Madrid, Pedro Rico, de Acción Republicana (3º izda);
el ministro de Trabajo y Previsión Social, Francisco Largo Caballero, del PSOE,
(4º izda), el filósofo y diputado independiente, Miguel de Unamuno, (5º
izquierda); el ministro de Hacienda, Indalecio Prieto, del PSOE, (6º izda) y
Mellie Staal, representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
en Ginebra (7º izda), durante la manifestación del Primero de Mayo, primera que
se celebra oficialmente en España.









1º de Mayo de 1931

El director general del Trabajo, Luis Araquistain, del PSOE, (1º izda); el alcalde de Madrid, Pedro Rico, de Acción Republicana (3º izda); el ministro de Trabajo y Previsión Social, Francisco Largo Caballero, del PSOE, (4º izda), el filósofo y diputado independiente, Miguel de Unamuno, (5º izquierda); el ministro de Hacienda, Indalecio Prieto, del PSOE, (6º izda) y Mellie Staal, representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra (7º izda), durante la manifestación del Primero de Mayo, primera que se celebra oficialmente en España.