11 de marzo de 2020

El Teatro Cervantes.


El acto social de ir al teatro constituía la diversión más importante de la vida cultural urbana. Los granadinos asistían a ver representaciones de comedias, dramas, baile, ballet, funciones
de máscaras, canciones, tonadillas, magia, hípica y, sobre todo, ópera. Todas estas actividades tuvieron lugar, durante más de un siglo, en el único espacio que se adaptaba a las  características necesarias para llevarlas a cabo: El Teatro Cervantes.
Además de ofrecer 900 localidades, un café y un “salón de descanso”, este espacio escénico era un lugar de tertulia para la burguesía de la ciudad los días en los que había función.
Por tanto, el Teatro Cervantes tuvo gran influencia en el desarrollo de la vida cultural granadina en la época contemporánea. En este sentido, se desarrolló en los establecimientos y entornos del Teatro un amplio movimiento cultural de cafés y tertulias, que se extendió a las calles colindantes a la Plaza del Campillo y La Manigua.
Esta actividad cultural e intelectual, sin duda, contribuyó al desarrollo de la vida musical de Granada de fines del siglo XIX y principios del XX. Por aquel entonces, los cafés tenían una consideración más amplia que un simple local en el que se consumían bebidas que constituían una institución social y cultural. En ellos se reunía un público heterogéneo, agrupado
en peñas o tertulias muy animadas.

Miguel de Unamuno llegó a decir en una ocasión que: “La verdadera universidad popular
española ha sido el café”.