María Sánchez Arbós fue una figura destacada en el ámbito de la educación, constituyendo un ejemplo señalado de maestra por vocación. A lo largo de su vida, demostró un profundo compromiso con la enseñanza y dedicó lo mejor de sus afanes y actividad a esta noble labor, siempre impregnados de una inquietud social.
Nacida en el seno de una familia acomodada, su padre ocupaba el cargo de secretario del Ayuntamiento de Huesca, mientras que su madre provenía de una familia terrateniente. A pesar de las expectativas sociales y las ideas tradicionales de género que prevalecían en aquel tiempo, María logró destacarse en sus estudios desde temprana edad. Poseía un marcado afán de conocimiento, una mente brillante y una notable determinación en su trabajo académico.
Inició su formación obteniendo el título de maestra elemental en Huesca, pero su ambición y pasión por la educación la llevaron a continuar sus estudios en la Escuela Normal de Zaragoza, donde finalmente alcanzó el título de maestra superior. Durante todo este proceso, contó con el apoyo incondicional de su padre, quien reconocía y valoraba su talento y vocación, aunque su madre, arraigada en las ideas convencionales de la época, mantenía la visión del papel tradicional de la mujer en la sociedad.
María sobresalió en su labor docente gracias a su dedicación y entrega. Desde el inicio de su carrera, comprendió el impacto transformador que la educación podía tener en la vida de sus alumnos y en la sociedad en general. Con una profunda convicción en la importancia de brindar una educación de calidad, se esforzaba por transmitir conocimientos, fomentar el pensamiento crítico y promover valores como la igualdad, la justicia y la solidaridad.
Su inquietud social se reflejaba en su enfoque educativo, pues consideraba que la educación debía ser un vehículo para la movilidad social y la superación de las desigualdades. María se preocupaba por el bienestar de sus estudiantes, no solo en el aspecto académico, sino también en su desarrollo integral como personas. Era una maestra comprometida con su comunidad, involucrándose en proyectos y actividades que buscaban mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
A lo largo de su trayectoria, María dejó una huella significativa en el campo de la educación. Su ejemplo como maestra por vocación inspiró a otros profesionales de la enseñanza, demostrando que el amor por educar y la entrega pueden marcar la diferencia en la vida de los estudiantes. Su legado perdura como una muestra de cómo la educación puede ser un motor de cambio y un instrumento para construir una sociedad más justa y equitativa.
9 de enero de 1936Hoy me he reunido con las madres. Había yo guardado para estas pobres mujeres algunos dulces de los que sobraron del Sr. Presidente de la República. También las madres merecen dulces. Se quedaron las pobres tan agradecidas y aproveché la ocasión para leerles un capítulo a sus hijas en la vida de las mujeres. De que no deben hacer un misterio de lo que no es más que una función fisiológica. Les conté cómo yo inicio a mis hijas y continuamos hablando de la sinceridad y la discreción que toda madre necesita tener para sus hijos. Tanto les gustó la lectura que cuatro madres me pidieron el libro para leer en su clase esta semana ¡quien sabe si este granito hará un montón!
Sánchez Arbós, María. Huesca, 31.X.1889 – Madrid, 15.VIII.1976. Pedagoga y maestra.