...Respeto
a la santidad del templo.- Puede seguirse tolerándose la costumbre
que ha prevalecido de que las mujeres entre en los templos con ¿los
brazos y piernas desnudos?
Es cuestión difícil de resolver si
se trata de señalar
límites. Se deben dar normas como las publicadas en Pamplona hace años,
señalando lo que es decente y modesto, lo que es menos decente y lo que
es indecente, despidiendo de la Iglesia a las mujeres que vistan
indecentemente y
negando la Comunión a estas y a las menos decentes. Lo más importante
es formar criterio y hacer propaganda, de lo cual debe encargarse la
Acción Católica Femenina con las Juventudes Católicas y las
Asociaciones piadosas
de la Parroquia.
Véase
concretamente lo que se lee en la Exhortación Pastoral, que
publica el
Boletín Oficial Eclesiástico de la Archidiócesis de Granada de 1
de agosto
de 1938; y que al final dicta algunas normas preceptivas que dicen:
1º
No permitiréis la entrada en el templo a las mujeres de cualquier edad
que sean, que no vayan vestidas con cristiana modestia.
2º No van
vestidas con
cristiana modestia las que llevan trajes: a) de tal manera ceñidos
al cuerpo,
que acentúan los contornos y formas que manda velar el pudor; b) o que
no cubran el pecho hasta el cuello, los brazos hasta el pulso y las
piernas hasta
cerca de los tobillos; c) o que estén confeccionados con encaje blanco o de
tela transparente que dejen ver lo que debe estar oculto.
3º Lo
mismo decimos de
aquellas que no llevan medias, aun bajo el pretexto de carestía.
4º Si
alguna se introdujese en el templo faltando a estas normas, la
invitaréis cortés
y privadamente, a retirarse de él por no acomodarse a lo que exigen
la santidad
del lugar sagrado y la debida reverencia al mismo.
5º No admitiréis en
las reuniones de asociaciones piadosas, ni de Acción Católica, ni
menos en
devotas procesiones, a las que no vistan con irreprochable modestia
cristiana.
6º
Los confesores negarán la absolución a las que, faltando a la
modestia en el vestir, según estas normas, no prometieren
seriamente enmendarse; y
los sacerdotes que administren la sagrada comunión, privarán de ella
a toda mujer que se acercase al comulgatorio inmodestamente vestida, pasando
de largo, por el momento, como si no estuviese allí tal persona.
7º Declaramos
que no es honesto el vestido de las niñas –nos referimos a las menores–
siempre y cuando no les cubra las rodillas, el pecho y los brazos hasta
el codo inclusive.
8º Urgimos a las superioras de colegios dirigidos
por religiosas,
y también a las maestras de escuelas católicas, gravando en ello su
conciencia, que exijan a sus alumnas o a los padres de estas, el
cumplimiento por
parte de los mismos de las normas anteriores sin admitir excusa de
ningún género; y si alguna, después de advertidas, no vistiese
honestamente, será
despedida del colegio o escuela, sin miramiento alguno».
¿Es
aconsejable solicitar la cooperación de los jefes de Falange Española Tradicionalista para
evitar estos
abusos en ambos sexos?
No sabemos en otras partes lo que ocurrirá.
Aquí en Granada son ellas, las de falange, las que van con los
brazos y
piernas desnudos; y los varones con los brazos desnudos. ¿Qué
se va a conseguir
de ellos? Debe procurarse que los jefes den órdenes terminantes prohibiendo
esos excesos.