6 de septiembre de 2024

Salvador Estrada Dilmer, el teniente mosquiro.

El legado de los héroes que lucharon por la libertad durante períodos oscuros de la historia a menudo queda relegado al silencio del olvido. Uno de estos héroes es Salvador Estrada Dilmer, un resistente que, a pesar de las adversidades, se destacó en la lucha contra la opresión. Nacido el 30 de noviembre de 1914 en Barcelona, España, Estrada Dilmer se convirtió en un importante miembro de las Fuerzas Francesas del Interior (FFI) y dejó su huella en Lamagistère, Tarn-et-Garonne, donde cayó en combate el 16 de agosto de 1944.

La vida de Salvador Estrada Dilmer estuvo marcada por la Guerra Civil Española, donde sirvió como capitán de artillería en el ejército republicano. Tras resultar herido, se encontró en una situación desesperada, recluido en campos de concentración en los Pirineos Orientales, junto a otros republicanos. Sin embargo, su determinación lo llevó a reconstruir su vida en Francia, donde se trabajó como obrero agrícola en Luzech, en el departamento del Lot.

En 1943, ante la creciente opresión del régimen nazi, Estrada Dilmer se unió al maquis de Montcuq, que más tarde sería conocido como Montcuq-en-Quercy-Blanc. Su experiencia y habilidades especiales en el sabotaje lo hicieron destacar. Fue asignado por su superior, el teniente del FTPF De Goudusson, a un grupo de comando estadounidense con la misión de interrumpir las líneas de comunicación entre Burdeos y Toulouse.

El 15 de agosto de 1944, Salvador y su grupo de 21 soldados estadounidenses, junto con un grupo de FTP, se encontraron con residentes de la localidad que aconsejaron contra la operación. Sin embargo, decidido a cumplir su misión, Estrada Dilmer, conocido cariñosamente como "Mosquito" por su valentía, se adentró solo en la zona para reconocer el terreno. En la mañana del 16 de agosto, siendo consciente de los riesgos, fue abatido por una ráfaga de metralleta alemana que le atravesó el pecho, cayendo en el puente de ferrocarril sobre la Barguelonne.

La noticia de su muerte conmocionó a sus compañeros y a la comunidad local. Su verdadero nombre permaneció en el anonimato durante muchos años, hasta que la perseverancia de Charles Farreny y otros ciudadanos, como Michèle Landois y Marie-Amélie Farreny-Rey, logró revelar su identidad completa. En reconocimiento a su valentía y sacrificio, el 23 de abril de 2019, el ONAC de Caen le otorgó la mención honorífica de "Muerto por Francia".