30 de octubre de 2017

La Barraca en la casa de Federico



http://www.ideal.es/hemerotecadegranada/barraca-actuo-fuente-20171017120406-nt.html



Entre el bullicio de los niños, que afanosamente dibujaban a Lorca en la plaza del Prado, una persona mayor, con voz entrecortada, dijo: "Hacer esto ha costado mucha sangre". El 9 de octubre de 1982, Fuente Vaqueros homenajeó a Federico y al grupo de teatro "La Barraca" en el cincuenta aniversario de la primera función de la compañía. Para recordarlos, el pueblo de la vega granadina invitó a los 'barracos' María del Carmen García Lasgoyti, Miguel González Quijano, José Obradors, Carmen García Antón, Julia Rodríguez Mata, Julián Risoto, Carmen Galán y Luis Ruiz-Salinas, todos ellos compañeros del poeta con el que compartieron la labor de llevar el teatro a todos los rincones de España.



El acto comenzó con un pasacalles en el que participaron todos ellos junto a los miembros de "La Barraca del Teatro Itinerante de Aranjuez". Juntos cantaron y bailaron canciones musicadas por Lorca: "Vito, vito", "Los cuatro muleros", "Anda jaleo", "La Tarara", "Los Peligrinitos" y el "Zorongo". En medio de la alegría y el chiquillerío, llegaron hasta la casa natal del que fue su amigo, donde escucharon sus poemas de la voz emocionada de Alicia Hermida, actriz y codirectora de la compañía madrileña, que recitó acompañada por la guitarra de Antonio Losada.



"A parte del 5 de junio, este día es uno de los más importantes que ha tenido Fuente Vaqueros –explicaba el alcalde del municipio granadino Francisco Martín a Alfonso Alcalá, responsable de la crónica publicada por este periódico– Es la cosa más bonita que he visto hasta ahora. Ver a los niños cantando sus canciones de Lorca, aprendiendo más sobre él, ha sido impresionante".



A las cinco de la tarde, Isabel García Lorca, hermana del poeta, abrió la puerta de la casa donde nació, un 5 de junio de 1899 Federico y que, por cierto, había sido adquirida por Diputación en enero de aquel 1982 y aún faltarían 4 años (hasta el 29 de julio de 1986) para que abriera sus puertas como casa museo. Una curiosidad más, aquella era la primera vez que Isabel pisaba esa casa ya que ella era hija del segundo matrimonio del padre de Federico y, cuando ella nació, la familia ya no vivía allí.

"Estoy muy contenta, pero todo es una mezcla de emoción, alegría y pena. Fuente Vaqueros es un pueblo extraordinario con una gente magnífica en donde Federico se mantiene tremendamente vivo", le contó Isabel a Alfonso.




"Estoy muy contenta, pero todo es una mezcla de emoción, alegría y pena. Fuente Vaqueros es un pueblo extraordinario con una gente magnífica en donde Federico se mantiene tremendamente vivo", le contó Isabel a Alfonso.






Federico Rodeado por mienbros de La Barraca / 

ARCHIVO DE IDEAL

En nombre de todos los "barracos" tomó la palabra Carmen García Lasgoyti: ""La Barraca" representó nuestra juventud y hoy nos sentimos todos rejuvenecidos con este homenaje. Federico era una persona que emanaba alegría, esperanza, belleza. El pueblo era lo que más le gustaba..." Algunos de ellos estuvieron en Granada hacía 50 años, en la primera representación del grupo en esta tierra (su primera función fue en Burgo de Osma, el 10 de julio de 1932) durante los días 7 y 8 de octubre de aquel año con motivo de la celebración del IV Centenario de la fundación de la Universidad de Granada. Entonces la lluvia les impidió montar su escenario en el Corral del Carbón y se trasladaron al Isabel la Católica para representar "La vida es sueño". Fue todo un éxito y el público, que pagó cinco pesetas de entrada, pudo ver interpretar a Federico el personaje de "Sombra". Al día siguiente, en el patio del antiguo cuartel de Santo Domingo representaron entremeses de Cervantes en una función para niños de escuelas públicas y familias de obreros.






'La vida es Sueño' por La Barraca / 

TORRES MOLINA/ARCHIVO DE IDEAL

El 6 de junio de 1992, los de "La Barraca" volvieron a la "casa madre" del poeta para hermanarse con él durante el tradicional "Cinco a las cinco" e inauguraron una exposición sobre el grupo teatral. María del Carmen García Lasgoity, Carmen Galán, María Fernanda Thomas de Carranza, José Obradors, Arturo Ruiz del Castillo, Pedro Miguel González Quijano, Eduardo Rodríguez Huéscar y Luis Saenz de la Calzada acudieron al encuentro. De los casi setenta componentes, vivían una veintena. La mayoría murieron en el exilio o durante la Guerra Civil.




Supervivientes de La Barraca en el '5 a las 5' / 

JUAN ORTIZ. ARCHIVO DE IDEAL

En 1998, dentro del Año Lorca, la compañía "Federico García Lorca", una cantera de diez jóvenes actores dirigidos por MIguel A. Butler, estrenó un "Homenaje a La Barraca" en el Teatro Alhambra.






Actores de la compañía 'Federico García Lorca' en un descaso de los ensayos / 

ALFREDO AGUILAR

En 2012 y durante cuatro temporadas, "Teatro para un Instante" recuperó aquella aventura teatral y llevó el alma del poeta granadino a muchos rincones de la provincia.




Teatro para un Instante, una vez más 'La Barraca' en la casa de Lorca / 

RAMÓN L. PÉREZ

La Barraca en la casa de Federico

http://www.ideal.es/hemerotecadegranada/barraca-actuo-fuente-20171017120406-nt.html

Entre el bullicio de los niños, que afanosamente dibujaban a Lorca en la plaza del Prado, una persona mayor, con voz entrecortada, dijo: "Hacer esto ha costado mucha sangre". El 9 de octubre de 1982, Fuente Vaqueros homenajeó a Federico y al grupo de teatro "La Barraca" en el cincuenta aniversario de la primera función de la compañía. Para recordarlos, el pueblo de la vega granadina invitó a los 'barracos' María del Carmen García Lasgoyti, Miguel González Quijano, José Obradors, Carmen García Antón, Julia Rodríguez Mata, Julián Risoto, Carmen Galán y Luis Ruiz-Salinas, todos ellos compañeros del poeta con el que compartieron la labor de llevar el teatro a todos los rincones de España.

El acto comenzó con un pasacalles en el que participaron todos ellos junto a los miembros de "La Barraca del Teatro Itinerante de Aranjuez". Juntos cantaron y bailaron canciones musicadas por Lorca: "Vito, vito", "Los cuatro muleros", "Anda jaleo", "La Tarara", "Los Peligrinitos" y el "Zorongo". En medio de la alegría y el chiquillerío, llegaron hasta la casa natal del que fue su amigo, donde escucharon sus poemas de la voz emocionada de Alicia Hermida, actriz y codirectora de la compañía madrileña, que recitó acompañada por la guitarra de Antonio Losada.

"A parte del 5 de junio, este día es uno de los más importantes que ha tenido Fuente Vaqueros –explicaba el alcalde del municipio granadino Francisco Martín a Alfonso Alcalá, responsable de la crónica publicada por este periódico– Es la cosa más bonita que he visto hasta ahora. Ver a los niños cantando sus canciones de Lorca, aprendiendo más sobre él, ha sido impresionante".

A las cinco de la tarde, Isabel García Lorca, hermana del poeta, abrió la puerta de la casa donde nació, un 5 de junio de 1899 Federico y que, por cierto, había sido adquirida por Diputación en enero de aquel 1982 y aún faltarían 4 años (hasta el 29 de julio de 1986) para que abriera sus puertas como casa museo. Una curiosidad más, aquella era la primera vez que Isabel pisaba esa casa ya que ella era hija del segundo matrimonio del padre de Federico y, cuando ella nació, la familia ya no vivía allí.
"Estoy muy contenta, pero todo es una mezcla de emoción, alegría y pena. Fuente Vaqueros es un pueblo extraordinario con una gente magnífica en donde Federico se mantiene tremendamente vivo", le contó Isabel a Alfonso.

"Estoy muy contenta, pero todo es una mezcla de emoción, alegría y pena. Fuente Vaqueros es un pueblo extraordinario con una gente magnífica en donde Federico se mantiene tremendamente vivo", le contó Isabel a Alfonso.
Federico Rodeado por mienbros de La Barraca / 
ARCHIVO DE IDEAL
En nombre de todos los "barracos" tomó la palabra Carmen García Lasgoyti: ""La Barraca" representó nuestra juventud y hoy nos sentimos todos rejuvenecidos con este homenaje. Federico era una persona que emanaba alegría, esperanza, belleza. El pueblo era lo que más le gustaba..." Algunos de ellos estuvieron en Granada hacía 50 años, en la primera representación del grupo en esta tierra (su primera función fue en Burgo de Osma, el 10 de julio de 1932) durante los días 7 y 8 de octubre de aquel año con motivo de la celebración del IV Centenario de la fundación de la Universidad de Granada. Entonces la lluvia les impidió montar su escenario en el Corral del Carbón y se trasladaron al Isabel la Católica para representar "La vida es sueño". Fue todo un éxito y el público, que pagó cinco pesetas de entrada, pudo ver interpretar a Federico el personaje de "Sombra". Al día siguiente, en el patio del antiguo cuartel de Santo Domingo representaron entremeses de Cervantes en una función para niños de escuelas públicas y familias de obreros.
'La vida es Sueño' por La Barraca / 
TORRES MOLINA/ARCHIVO DE IDEAL
El 6 de junio de 1992, los de "La Barraca" volvieron a la "casa madre" del poeta para hermanarse con él durante el tradicional "Cinco a las cinco" e inauguraron una exposición sobre el grupo teatral. María del Carmen García Lasgoity, Carmen Galán, María Fernanda Thomas de Carranza, José Obradors, Arturo Ruiz del Castillo, Pedro Miguel González Quijano, Eduardo Rodríguez Huéscar y Luis Saenz de la Calzada acudieron al encuentro. De los casi setenta componentes, vivían una veintena. La mayoría murieron en el exilio o durante la Guerra Civil.
Supervivientes de La Barraca en el '5 a las 5' / 
JUAN ORTIZ. ARCHIVO DE IDEAL
En 1998, dentro del Año Lorca, la compañía "Federico García Lorca", una cantera de diez jóvenes actores dirigidos por MIguel A. Butler, estrenó un "Homenaje a La Barraca" en el Teatro Alhambra.
Actores de la compañía 'Federico García Lorca' en un descaso de los ensayos / 
ALFREDO AGUILAR
En 2012 y durante cuatro temporadas, "Teatro para un Instante" recuperó aquella aventura teatral y llevó el alma del poeta granadino a muchos rincones de la provincia.
Teatro para un Instante, una vez más 'La Barraca' en la casa de Lorca / 
RAMÓN L. PÉREZ

19 de octubre de 2017

13 de octubre de 2017

García Lorca, el duende en Rosario.















Investigación histórica, búsqueda detectivesca de fuentes esquivas, a veces fantasmáticas, y un discurso autorreflexivo, metaliterario, se combinan en García Lorca, el duende en Rosario.





El texto es una suerte de viaje que conduce al lector a través de un entramado de datos, historias, anécdotas y asombros.





EN SU VISITA SE RELACIONÓ CON LAS "FUERZAS VIVAS" DE LA CIUDAD Y VIVIÓ LA NOCHE ROSARINA INTENSAMENTE


La investigación de Daniel Feliu constituye un trabajo de memoria histórica que nos muestra a Federico García Lorca en un momento de plenitud creativa, tres años antes de ser asesinado.





El libro construye una memoria conmovedora y conmovida, que va tras los pasos del poeta granadino que pasó por Rosario como un sueño de una noche de verano.





Es una memoria polifónica, formada por distintas voces, pero que no se agota en datos y documentos, sino que también transmite la fuerza de una pasión que se contagia a los lectores.





Federico García Lorca llegó a Rosario el 22 de diciembre de 1933. Tenía 35 años. Sus libros de poemas Romancero gitano (1928) y Poeta en Nueva York (1930) eran ya conocidos. Poco antes de su llegada, en septiembre de 1933, su obra de teatro Bodas de sangre había sido estrenada con gran éxito por la compañía de Lola Membrives.





El poeta vino a pronunciar la conferencia Juego y teoría del duende. El enigma del alma española en el teatro Colón. El texto completo de la conferencia se incluye en la edición.





El autor estuvo menos de dos días en Rosario (llegó el viernes 22 de diciembre de 1933 al mediodía, y volvió a Buenos Aires el sábado por la tarde), pero su paso quedó reflejado en crónicas periodísticas y en la memoria de testigos. El trabajo de Feliu rescata estos hechos del olvido.





Publicado por el sello rosarino Baltasara Editora, sus páginas incluyen fotos periodísticas, facsímiles, recortes de diarios, cartas, programas de funciones de teatro, carteleras y manuscritos.





La visita fue breve pero intensa. Y contó además con la participación de una compleja trama de personajes que incluyó empresarios, actores, periodistas, y representantes de diversas instituciones: las pomposamente denominadas "fuerzas vivas" de la ciudad de entonces.





Como sucede en algunas obras teatrales, a veces hay una trama principal y otra secundaria, no menos importante. La investigación de Feliu descubre esa trama secundaria en la que se mueven personajes que pertenecen a la propia historia familiar de García Lorca, personajes secretos que develan otros motivos, ocultos y sorprendentes, del viaje del poeta.





Y además, más allá de las tramas primaria y secundaria, entre bambalinas, se produjo en aquella visita un recorrido valleinclanesco, iluminado por luces de bohemia, un derrotero a través de la noche rosarina, por bares y restaurantes para artistas, intelectuales, revolucionarios y periodistas.





Ya nada de eso existe en la ciudad que recibió al poeta. Acaso una misma sensación de melancolía atraviese a los lectores de Rosario, o de España, o de cualquier lugar del mundo, al recorrer esas páginas.





Pero además, la investigación del autor presenta otros matices. Genera lecturas diversas, e invita a ensayar diferentes formas de construir sentidos por parte de los lectores.





Como trabajo de reconstrucción de la memoria histórica, en el texto se entrecruzan y conjugan dos maneras de concebir el pasado.





Por un lado, el hecho cotidiano, la historia de la vida cotidiana, de los detalles. Por el otro, el hecho extraordinario, las acciones de los personajes sobresalientes destinados a ocupar el canon.





Esas dos maneras de enfocar la historia, que dan lugar a sendas corrientes historiográficas, se combinan y conjugan con naturalidad en el trabajo de Feliu, que sigue los pasos del poeta granadino por Rosario.





Este hecho, contado desde el detalle minimalista, y también como acontecimiento histórico trascendente, está además puesto en contexto.





Y es a partir de esta recuperación de los datos contextuales que el trabajo de Feliu adquiere una nueva dimensión y valoración.





El campo cultural de Rosario en 1933 aparece retratado con precisión. Los distintos agentes que componen el campo, las distintas posiciones dentro del mismo, las tensiones y, sobre todo, la relación del campo cultural con el contexto político y social de la época, de la Argentina y de Europa, forman parte de la minuciosa descripción de Feliu.





El mundo de la bohemia, de los bares para noctámbulos, de los teatros (muchos de ellos ya desparecidos) y del periodismo cultural desfilan por las páginas de García Lorca, el duende en Rosario. Los viejos fantasmas del teatro rosarino de aquellos años adquieren carnadura y se pasean por las páginas del libro.





Y aquí también es legible un trabajo de recuperación de la memoria histórica de un sector del campo cultural que, por distintos motivos, ha permanecido muchas veces en el olvido.





García Lorca, el duende en Rosario es resultado de más de tres años de investigación, y ese trabajo es recuperado no solo en el espesor y la precisión de los datos, sino que también se convierte en materia narrativa, metaliteraria.





El texto nos cuenta cómo fue concebido. El proceso y las condiciones de su producción son también parte del tema, y se despliegan como una suerte de novela de detectives: la búsqueda de los indicios, de las huellas, de los vestigios, de los testimonios y de los documentos de los pasos de Lorca por Rosario constituyen una historia dentro de la historia.





La dimensión metaliteraria convierte la obra de Feliu en un texto autoconsciente, con autorreferencialidad reflexiva, autocrítica, y carácter lúdico con relación al trabajo de escritura y las condiciones de su propia construcción.





La investigación misma es uno de los referentes del libro. El proceso de creación se despliega ante los ojos del lector a medida que se desarrolla su lectura.





"Desde el estribo del vagón, el poeta agitó su mano en señal de despedida. Aquel ademán debe estar dormido en la atmósfera de Sunchales. Es cosa de advertirlo para que sea respetado por todos los que lo sepan…", señala el periodista rosarino Horacio Correas en Estampa de Federico García Lorca en Rosario.





Y el libro de Feliu, que reproduce como epígrafe el texto de Correas, retoma la advertencia del periodista, y la expande. El autor de García Lorca, el duende en Rosario sale a buscar otros tantos ademanes lorquianos dormidos en la atmósfera de Rosario, y los despierta, y los hace desfilar ante los ojos del lector.





Además de investigador y escritor, Feliu es actor. Su relación con la palabra posee un aspecto performativo, corpóreo. Y el texto logra estar acorde a la materia que trata. Tiene el tono, la cadencia y, sobre todo, la pasión necesaria para describir el siempre etéreo, inasible paso de un duende.

García Lorca, el duende en Rosario.



Investigación histórica, búsqueda detectivesca de fuentes esquivas, a veces fantasmáticas, y un discurso autorreflexivo, metaliterario, se combinan en García Lorca, el duende en Rosario.

El texto es una suerte de viaje que conduce al lector a través de un entramado de datos, historias, anécdotas y asombros.

EN SU VISITA SE RELACIONÓ CON LAS "FUERZAS VIVAS" DE LA CIUDAD Y VIVIÓ LA NOCHE ROSARINA INTENSAMENTE
La investigación de Daniel Feliu constituye un trabajo de memoria histórica que nos muestra a Federico García Lorca en un momento de plenitud creativa, tres años antes de ser asesinado.

El libro construye una memoria conmovedora y conmovida, que va tras los pasos del poeta granadino que pasó por Rosario como un sueño de una noche de verano.

Es una memoria polifónica, formada por distintas voces, pero que no se agota en datos y documentos, sino que también transmite la fuerza de una pasión que se contagia a los lectores.

Federico García Lorca llegó a Rosario el 22 de diciembre de 1933. Tenía 35 años. Sus libros de poemas Romancero gitano (1928) y Poeta en Nueva York (1930) eran ya conocidos. Poco antes de su llegada, en septiembre de 1933, su obra de teatro Bodas de sangre había sido estrenada con gran éxito por la compañía de Lola Membrives.

El poeta vino a pronunciar la conferencia Juego y teoría del duende. El enigma del alma española en el teatro Colón. El texto completo de la conferencia se incluye en la edición.

El autor estuvo menos de dos días en Rosario (llegó el viernes 22 de diciembre de 1933 al mediodía, y volvió a Buenos Aires el sábado por la tarde), pero su paso quedó reflejado en crónicas periodísticas y en la memoria de testigos. El trabajo de Feliu rescata estos hechos del olvido.

Publicado por el sello rosarino Baltasara Editora, sus páginas incluyen fotos periodísticas, facsímiles, recortes de diarios, cartas, programas de funciones de teatro, carteleras y manuscritos.

La visita fue breve pero intensa. Y contó además con la participación de una compleja trama de personajes que incluyó empresarios, actores, periodistas, y representantes de diversas instituciones: las pomposamente denominadas "fuerzas vivas" de la ciudad de entonces.

Como sucede en algunas obras teatrales, a veces hay una trama principal y otra secundaria, no menos importante. La investigación de Feliu descubre esa trama secundaria en la que se mueven personajes que pertenecen a la propia historia familiar de García Lorca, personajes secretos que develan otros motivos, ocultos y sorprendentes, del viaje del poeta.

Y además, más allá de las tramas primaria y secundaria, entre bambalinas, se produjo en aquella visita un recorrido valleinclanesco, iluminado por luces de bohemia, un derrotero a través de la noche rosarina, por bares y restaurantes para artistas, intelectuales, revolucionarios y periodistas.

Ya nada de eso existe en la ciudad que recibió al poeta. Acaso una misma sensación de melancolía atraviese a los lectores de Rosario, o de España, o de cualquier lugar del mundo, al recorrer esas páginas.

Pero además, la investigación del autor presenta otros matices. Genera lecturas diversas, e invita a ensayar diferentes formas de construir sentidos por parte de los lectores.

Como trabajo de reconstrucción de la memoria histórica, en el texto se entrecruzan y conjugan dos maneras de concebir el pasado.

Por un lado, el hecho cotidiano, la historia de la vida cotidiana, de los detalles. Por el otro, el hecho extraordinario, las acciones de los personajes sobresalientes destinados a ocupar el canon.

Esas dos maneras de enfocar la historia, que dan lugar a sendas corrientes historiográficas, se combinan y conjugan con naturalidad en el trabajo de Feliu, que sigue los pasos del poeta granadino por Rosario.

Este hecho, contado desde el detalle minimalista, y también como acontecimiento histórico trascendente, está además puesto en contexto.

Y es a partir de esta recuperación de los datos contextuales que el trabajo de Feliu adquiere una nueva dimensión y valoración.

El campo cultural de Rosario en 1933 aparece retratado con precisión. Los distintos agentes que componen el campo, las distintas posiciones dentro del mismo, las tensiones y, sobre todo, la relación del campo cultural con el contexto político y social de la época, de la Argentina y de Europa, forman parte de la minuciosa descripción de Feliu.

El mundo de la bohemia, de los bares para noctámbulos, de los teatros (muchos de ellos ya desparecidos) y del periodismo cultural desfilan por las páginas de García Lorca, el duende en Rosario. Los viejos fantasmas del teatro rosarino de aquellos años adquieren carnadura y se pasean por las páginas del libro.

Y aquí también es legible un trabajo de recuperación de la memoria histórica de un sector del campo cultural que, por distintos motivos, ha permanecido muchas veces en el olvido.

García Lorca, el duende en Rosario es resultado de más de tres años de investigación, y ese trabajo es recuperado no solo en el espesor y la precisión de los datos, sino que también se convierte en materia narrativa, metaliteraria.

El texto nos cuenta cómo fue concebido. El proceso y las condiciones de su producción son también parte del tema, y se despliegan como una suerte de novela de detectives: la búsqueda de los indicios, de las huellas, de los vestigios, de los testimonios y de los documentos de los pasos de Lorca por Rosario constituyen una historia dentro de la historia.

La dimensión metaliteraria convierte la obra de Feliu en un texto autoconsciente, con autorreferencialidad reflexiva, autocrítica, y carácter lúdico con relación al trabajo de escritura y las condiciones de su propia construcción.

La investigación misma es uno de los referentes del libro. El proceso de creación se despliega ante los ojos del lector a medida que se desarrolla su lectura.

"Desde el estribo del vagón, el poeta agitó su mano en señal de despedida. Aquel ademán debe estar dormido en la atmósfera de Sunchales. Es cosa de advertirlo para que sea respetado por todos los que lo sepan…", señala el periodista rosarino Horacio Correas en Estampa de Federico García Lorca en Rosario.

Y el libro de Feliu, que reproduce como epígrafe el texto de Correas, retoma la advertencia del periodista, y la expande. El autor de García Lorca, el duende en Rosario sale a buscar otros tantos ademanes lorquianos dormidos en la atmósfera de Rosario, y los despierta, y los hace desfilar ante los ojos del lector.

Además de investigador y escritor, Feliu es actor. Su relación con la palabra posee un aspecto performativo, corpóreo. Y el texto logra estar acorde a la materia que trata. Tiene el tono, la cadencia y, sobre todo, la pasión necesaria para describir el siempre etéreo, inasible paso de un duende.

11 de octubre de 2017

Antonio Garrido Noble




GARRIDO NOBLE, Antonio. Comunista, fue uno de los 8 guerrilleros que, al mando de Enrique Robles,  pasaron a España el 21 de agosto de 1945, a bordo de una barca denominada “Pasionaria”. 





Sin mayores contratiempos, desembarcaron en las cercanías de Castell de Ferro (Granada), teniendo como objetivo llegar a Sierra Tejada “por la parte de arriba”.  Según Eusebio Rodríguez Padilla, desembarcaron “en el punto denominado Era de Juan Vargas, de la playa de Guardias Viejas (Almería), continuando por la carretera de Balerma (Almería) a Tarambana, siguiendo en dirección a Benínar (Almería), por donde entraron a la provincia de Granada” (RODRÍGUEZ, E., 2004, 472). 





El 31 de agosto de 1945 en un enfrentamiento con la guardia civil que tuvo lugar en el término de Órgiva (Almería) murió uno de los guerrilleros del grupo, José Alonso López. El 21 de septiembre de 1945, en “el lugar conocido como Los Aguaderos, término municipal de Alhama de Granada, en la Sierra de Tejeda. 


Enfrentamiento de la Guardia Civil, fuerzas de Regulares del Tercer Tabor de Alhucemas y la Guerrilla, resultando muertos seis guerrilleros. Sobre las 15:00 horas el jefe de puesto de la Guardia Civil de Alhama de Granada tuvo noticias de la existencia de una partida guerrillera compuesta por siete hombres en la Sierra de Tejeda y, más concretamente, en las inmediaciones de Los Aguaderos, por lo que se puso en contacto con la Comandancia de Málaga y tropas de Regulares de Alhucemas, con la intención de tratar de cercarlos, lo que lograron sobre las 18:00 horas, y establecido el cerco, inició la Fuerza de Málaga y Regulares iniciaron el ataque para localizar la partida guerrillera, objetivo que se consiguió cuando éstos rompieron el fuego contra las fuerzas atacantes, repeliendo los de Málaga el ataque con las armas que portaban y consiguiendo que tres de los guerrilleros retrocedieran, haciéndolo en la dirección donde se encontraba apostada la fuerza de la Guardia Civil de Alhama de Granada, abrieron fuego contra los guerrilleros, resultando los tres muertos. 





Otros tres miembros de la partida murieron en la acción realizada por la Fuerza de Málaga, y uno de ellos logró escapar”.  (RODRÍGUEZ, E., 2004, 472). Al encontrarse indocumentados y no ser reconocidos por los vecinos del lugar, el 23 de septiembre de 1945 fueron enterrados como desconocidos en el cementerio de Alhama de Granada. 





AHPCE, Informes sobre camaradas, jacques 653-654 y 836; RODRÍGUEZ, Eusebio, 2010, 472

Antonio Garrido Noble

GARRIDO NOBLE, Antonio. Comunista, fue uno de los 8 guerrilleros que, al mando de Enrique Robles,  pasaron a España el 21 de agosto de 1945, a bordo de una barca denominada “Pasionaria”. 

Sin mayores contratiempos, desembarcaron en las cercanías de Castell de Ferro (Granada), teniendo como objetivo llegar a Sierra Tejada “por la parte de arriba”.  Según Eusebio Rodríguez Padilla, desembarcaron “en el punto denominado Era de Juan Vargas, de la playa de Guardias Viejas (Almería), continuando por la carretera de Balerma (Almería) a Tarambana, siguiendo en dirección a Benínar (Almería), por donde entraron a la provincia de Granada” (RODRÍGUEZ, E., 2004, 472). 

El 31 de agosto de 1945 en un enfrentamiento con la guardia civil que tuvo lugar en el término de Órgiva (Almería) murió uno de los guerrilleros del grupo, José Alonso López. El 21 de septiembre de 1945, en “el lugar conocido como Los Aguaderos, término municipal de Alhama de Granada, en la Sierra de Tejeda. 
Enfrentamiento de la Guardia Civil, fuerzas de Regulares del Tercer Tabor de Alhucemas y la Guerrilla, resultando muertos seis guerrilleros. Sobre las 15:00 horas el jefe de puesto de la Guardia Civil de Alhama de Granada tuvo noticias de la existencia de una partida guerrillera compuesta por siete hombres en la Sierra de Tejeda y, más concretamente, en las inmediaciones de Los Aguaderos, por lo que se puso en contacto con la Comandancia de Málaga y tropas de Regulares de Alhucemas, con la intención de tratar de cercarlos, lo que lograron sobre las 18:00 horas, y establecido el cerco, inició la Fuerza de Málaga y Regulares iniciaron el ataque para localizar la partida guerrillera, objetivo que se consiguió cuando éstos rompieron el fuego contra las fuerzas atacantes, repeliendo los de Málaga el ataque con las armas que portaban y consiguiendo que tres de los guerrilleros retrocedieran, haciéndolo en la dirección donde se encontraba apostada la fuerza de la Guardia Civil de Alhama de Granada, abrieron fuego contra los guerrilleros, resultando los tres muertos. 

Otros tres miembros de la partida murieron en la acción realizada por la Fuerza de Málaga, y uno de ellos logró escapar”.  (RODRÍGUEZ, E., 2004, 472). Al encontrarse indocumentados y no ser reconocidos por los vecinos del lugar, el 23 de septiembre de 1945 fueron enterrados como desconocidos en el cementerio de Alhama de Granada. 

AHPCE, Informes sobre camaradas, jacques 653-654 y 836; RODRÍGUEZ, Eusebio, 2010, 472

10 de octubre de 2017

Rafael Martínez Esteve








Rafael
Martínez Esteve (Valencia, 1894-Madrid, 1965), fue detenido en
Tablada el día 19 de julio de 1936, juzgado en consejo de Guerra y
condenado a muerte, pena que posteriormente le fue conmutada por la
de 20 años de prisión, que tampoco cumplió íntegra gracias a las
gestiones de su hija. Una vez en libertad, se trasladó a Madrid
donde murió en 1965, con 71 años de edad, rodeado de sus
familiares. Martínez Estéve fue una gloria de la Aeronáutica
española con vuelos históricos internacionales antes de la Guerra
Civil.


Nadie pensó
en aquellos días de julio de 1936, que sin la posesión de Sevilla
por el general Queipo de Llano y su reducido grupo de seguidores, la
sublevación  hubiera fracasado en la Península. Pero así fue.
Y para que Queipo de Llano triunfara en Sevilla tuvieron que ocurrir
nada menos que veinte hechos insólitos, increíbles, irrepetibles…
Providenciales como había profetizado el humanista Alejandro Pérez
Lugín el día 15 de mayo de 1923 en el Ateneo hispalense.







Rafael Martínez Esteve


Rafael Martínez Esteve (Valencia, 1894-Madrid, 1965), fue detenido en Tablada el día 19 de julio de 1936, juzgado en consejo de Guerra y condenado a muerte, pena que posteriormente le fue conmutada por la de 20 años de prisión, que tampoco cumplió íntegra gracias a las gestiones de su hija. Una vez en libertad, se trasladó a Madrid donde murió en 1965, con 71 años de edad, rodeado de sus familiares. Martínez Estéve fue una gloria de la Aeronáutica española con vuelos históricos internacionales antes de la Guerra Civil.
Nadie pensó en aquellos días de julio de 1936, que sin la posesión de Sevilla por el general Queipo de Llano y su reducido grupo de seguidores, la sublevación  hubiera fracasado en la Península. Pero así fue. Y para que Queipo de Llano triunfara en Sevilla tuvieron que ocurrir nada menos que veinte hechos insólitos, increíbles, irrepetibles… Providenciales como había profetizado el humanista Alejandro Pérez Lugín el día 15 de mayo de 1923 en el Ateneo hispalense.


José Fernández de Villa-Abrille y Calivara




José
Fernández de Villa-Abrille y Calivara (Madrid, 1878-1946) fue dado
de baja en el Ejército a finales de 1936, el día 23 de diciembre,
víspera de la Nochebuena. Luego fue sometido a consejo de Guerra en
1937 y condenado a seis años de prisión correccional, que cumplió
en Sevilla íntegramente en el chalet del Ave María, en Nervión,
que fue una de las cárceles militares de Sevilla durante la Guerra
Civil. Puesto en libertad en 1942 marchó a Madrid donde falleció en
1946, con 68 años de edad, en una pensión madrileña, solo, pobre y
abandonado.





La brutal rebelión militar-fascista de julio de 1936 y el asesinato de generales leales a la Republica.


una parte de los Generales y otros Oficiales del Ejército y la Marina que llevaban largo tiempo conspirando contra la República se sublevaron frente al legítimo Gobierno de la misma, cuyo Presidente era Don Manuel Azaña Díaz. Fue una traición a la Ley, a la legitimidad y a sus propios juramentos, que aquellos rebeldes ultraderechistas y sus "herederos" actuales han tratado siempre de edulcorar y abaratar mediante vocablos como "alzamiento" o "movimiento". Poco han hablado y hablan, igualmente, de que, verbigracia, Calvo Sotelo estaba metido en la gestación del golpe de estado, o de que destacados monárquicos negociaban con Mussolini la entrega de armas y dinero para la sublevación. Lo cierto es que exprimieron al máximo el brutal asesinato de Calvo Sotelo como apología y coartada para su rebelión.

José Fernández de Villa-Abrille y Calivara

José Fernández de Villa-Abrille y Calivara (Madrid, 1878-1946) fue dado de baja en el Ejército a finales de 1936, el día 23 de diciembre, víspera de la Nochebuena. Luego fue sometido a consejo de Guerra en 1937 y condenado a seis años de prisión correccional, que cumplió en Sevilla íntegramente en el chalet del Ave María, en Nervión, que fue una de las cárceles militares de Sevilla durante la Guerra Civil. Puesto en libertad en 1942 marchó a Madrid donde falleció en 1946, con 68 años de edad, en una pensión madrileña, solo, pobre y abandonado.

La brutal rebelión militar-fascista de julio de 1936 y el asesinato de generales leales a la Republica.
una parte de los Generales y otros Oficiales del Ejército y la Marina que llevaban largo tiempo conspirando contra la República se sublevaron frente al legítimo Gobierno de la misma, cuyo Presidente era Don Manuel Azaña Díaz. Fue una traición a la Ley, a la legitimidad y a sus propios juramentos, que aquellos rebeldes ultraderechistas y sus "herederos" actuales han tratado siempre de edulcorar y abaratar mediante vocablos como "alzamiento" o "movimiento". Poco han hablado y hablan, igualmente, de que, verbigracia, Calvo Sotelo estaba metido en la gestación del golpe de estado, o de que destacados monárquicos negociaban con Mussolini la entrega de armas y dinero para la sublevación. Lo cierto es que exprimieron al máximo el brutal asesinato de Calvo Sotelo como apología y coartada para su rebelión.

Sevilla fue la clave. 19 de Julio de 1936




Sin el triunfo de Queipo de Llano en Sevilla el 18 de julio de 1936 no hubiera logrado el Alzamiento triunfar a su vez en España. Sevilla fue la clave. 





Pero lo fue doblemente gracias a las actitudes sorprendentemente positivas de dos jefes militares republicanos. De manera que a las dieciocho ocasiones límites que determinaron el éxito de Queipo de Llano entre los días 17 y 25 de julio de 1936, hay que añadir dos más: veinte hechos providenciales a favor de los sublevados.


Resulta que en los últimos días anteriores al 18 de julio de 1936, el jefe de la II División Orgánica, general de División José Fernández de Villa-Abrille y Calivara, conoció en al menos cuatro ocasiones la conspiración de Queipo de Llano y de tres de sus hombres de confianza en la División, el comandante José Cuesta Monereo y los capitanes Manuel Escribano Aguirre y Manuel Gutiérrez Flores, todos afectos al Estado Mayor  de la II División Orgánica de Andalucía. 





Fueron muy significativos tantos los encuentros como los resultados de total rechazo del general Fernández de Villa-Abrille a las repetidas propuestas de los conspiradores, pero nunca denunció los gravísimos hechos a sus jefes superiores, el director general de Aeronáutica ni al ministro del Ejército. Queda claro que su denuncia hubiera supuesto la detención inmediata de Queipo de Llano y sus colaboradores y por tanto la paralización del Alzamiento en Sevilla. Y en España…





Todavía el mismo 18 de julio de 1936 se produjo otro hecho trascendental a favor de los sublevados como fue la actitud del jefe del Aeródromo de Tablada, comandante Rafael Martínez Esteve, cuando desobedeció la orden del gobernador civil republicano de Sevilla, José María Varela Rendueles, para que bombardeara las plazas Nueva y de San Francisco donde estaban actuando los dos únicos cañones con que contaba la Primera Batería del Regimiento de Artillería Ligera mandados por los capitanes artilleros Vicente Pérez de Sevilla y Fernando Barón Mora-Figueroa, éste solo con fusileros. El comandante Martínez Estéve aceptó la orden, decidió que una escuadrilla fuese cargada con bombas y quedara en línea de despegue en Tablada, pero no dio la orden final de que levantara el vuelo y bombardeara el centro de la ciudad.Hubiera sido una catástrofe: el final del alzamiento y la muerte de decenas de personas civiles.





También este hecho hubiera abortado el triunfo de Queipo de Llano la tarde del 18 de julio de 1936. Y no hubiera habido Alzamiento en España, como bien reconoció Ramón Serrano Suñer, que no fue precisamente amigo del general Queipo de Llano.





Estos dos hombres claves en la historia española no fueron fusilados como otros compañeros militares, pero sí sufrieron las humillaciones de ser encarcelados y expulsados del Ejército, pese a las brillantes Hojas de Servicios de ambos. Y a los testimonios a su favor de Queipo de Llano, Cuesta Monereo, Gutiérrez Flores y Escribano Aguirre. Al menos, salvaron la vida.





Desde la prevista voladura de la presa de Cala que hubiera inundado la ciudad el mismo 18 de julio y el ataque de los mineros de Río Tinto, hasta los hechos protagonizados por Fernández de Villa-Abrille y Martínez Estéve, un rosario de circunstancias excepcionales ayudaron a Queipo de Llano a salir triunfante.

Sevilla fue la clave. 19 de Julio de 1936

Sin el triunfo de Queipo de Llano en Sevilla el 18 de julio de 1936 no hubiera logrado el Alzamiento triunfar a su vez en España. Sevilla fue la clave. 

Pero lo fue doblemente gracias a las actitudes sorprendentemente positivas de dos jefes militares republicanos. De manera que a las dieciocho ocasiones límites que determinaron el éxito de Queipo de Llano entre los días 17 y 25 de julio de 1936, hay que añadir dos más: veinte hechos providenciales a favor de los sublevados.
Resulta que en los últimos días anteriores al 18 de julio de 1936, el jefe de la II División Orgánica, general de División José Fernández de Villa-Abrille y Calivara, conoció en al menos cuatro ocasiones la conspiración de Queipo de Llano y de tres de sus hombres de confianza en la División, el comandante José Cuesta Monereo y los capitanes Manuel Escribano Aguirre y Manuel Gutiérrez Flores, todos afectos al Estado Mayor  de la II División Orgánica de Andalucía. 

Fueron muy significativos tantos los encuentros como los resultados de total rechazo del general Fernández de Villa-Abrille a las repetidas propuestas de los conspiradores, pero nunca denunció los gravísimos hechos a sus jefes superiores, el director general de Aeronáutica ni al ministro del Ejército. Queda claro que su denuncia hubiera supuesto la detención inmediata de Queipo de Llano y sus colaboradores y por tanto la paralización del Alzamiento en Sevilla. Y en España…

Todavía el mismo 18 de julio de 1936 se produjo otro hecho trascendental a favor de los sublevados como fue la actitud del jefe del Aeródromo de Tablada, comandante Rafael Martínez Esteve, cuando desobedeció la orden del gobernador civil republicano de Sevilla, José María Varela Rendueles, para que bombardeara las plazas Nueva y de San Francisco donde estaban actuando los dos únicos cañones con que contaba la Primera Batería del Regimiento de Artillería Ligera mandados por los capitanes artilleros Vicente Pérez de Sevilla y Fernando Barón Mora-Figueroa, éste solo con fusileros. El comandante Martínez Estéve aceptó la orden, decidió que una escuadrilla fuese cargada con bombas y quedara en línea de despegue en Tablada, pero no dio la orden final de que levantara el vuelo y bombardeara el centro de la ciudad.Hubiera sido una catástrofe: el final del alzamiento y la muerte de decenas de personas civiles.

También este hecho hubiera abortado el triunfo de Queipo de Llano la tarde del 18 de julio de 1936. Y no hubiera habido Alzamiento en España, como bien reconoció Ramón Serrano Suñer, que no fue precisamente amigo del general Queipo de Llano.

Estos dos hombres claves en la historia española no fueron fusilados como otros compañeros militares, pero sí sufrieron las humillaciones de ser encarcelados y expulsados del Ejército, pese a las brillantes Hojas de Servicios de ambos. Y a los testimonios a su favor de Queipo de Llano, Cuesta Monereo, Gutiérrez Flores y Escribano Aguirre. Al menos, salvaron la vida.

Desde la prevista voladura de la presa de Cala que hubiera inundado la ciudad el mismo 18 de julio y el ataque de los mineros de Río Tinto, hasta los hechos protagonizados por Fernández de Villa-Abrille y Martínez Estéve, un rosario de circunstancias excepcionales ayudaron a Queipo de Llano a salir triunfante.