21 de febrero de 2021

TESORO ARTÍSTICO ESPAÑOL

TESORO ARTÍSTICO ESPAÑOL

El motivo de escribir este articulo es agradecer a D. Manuel Azaña, su gobierno y todos los que colaboraron en el salvamento de las obras del Tesoro Artístico Español, tanto en Madrid como en toda España. Al poco de comenzar la guerra, el Gobierno de la República nombró al pintor y cartelista valenciano Josep Renau director general de Bellas Artes. Al frente del Museo del Prado colocaron a un ya célebre Pablo Picasso. Rafael Alberti quedó al cargo del Museo Romántico. Pero el verdadero protagonista de esta historia fue el pintor Timoteo Pérez Rubio, elegido para presidir la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico.

Por que fue una labor absolutamente meritoria y ejemplo para los países europeos que unos pocos años después vieron atracados sus Museos, sus Palacios, sus Universidades, sus Bibliotecas, sus casas señoriales y robadas las obras de arte, destruidos sus libros y fondos documentales.

El dieciséis de noviembre de 1936, los Junkers alemanes de la Legión Cóndor se cebaban con Madrid y las bombas alcanzaron al Museo del Prado. El presidente de la República, Manuel Azaña, decide que ha llegado el momento de completar la evacuación de la obras que ya estaba iniciada tímidamente bajo la dirección de Rafael Alberti. Su argumento es claramente el de un Político de talla: “Puede haber más repúblicas o incluso regresar la Monarquía, pero un tesoro como éste sólo hay uno.” A los pocos días comienza el largo viaje que acabaría con la llegada a Ginebra en febrero de 1939 de más de 20.000 obras maestras. Esta formidable aventura, que contó con involuntarios protagonistas de la talla de Rembrandt, Velázquez, Goya, Tiziano, Rubens o El Greco, pudo haber sido escrito por el mejor guionista de la más insuperable película de suspense.


Según reza en el BOLETÍN MENSUAL DE LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES en su Vol. XIX, No 3 Sección de Información, editado en español en Ginebra (Suiza) y correspondiente al periodo de 1 al 31 de Marzo de 1939, el inventario de los cuadros, tapices y objetos de arte   españoles, que comenzaron entre los días 4 y 24 de febrero, quedó terminado el mismo mes.

Para proceder al inventario fue preciso abrir 190 cajas de tapices, 142 cajas de objetos de arte y más de 300 cajas de cuadros. Esas operaciones permitieron a los especialistas comprobar el perfecto estado del contenido de las mismas, así como el cuidado, el impecable esmero y el sumo interés puestos por los miembros de la Junta Nacional del Tesoro Artístico del Gobierno de la II República en el embalaje y colocación en las cajas.

Los trabajos del inventario, dirigidos por el Sr. Jaujard, Director Adjunto de los Museos Nacionales de Francia, auxiliado por el Sr. Pérez Rubio y por el Sr. Giner Pantoja, Presidente y miembro, respectivamente, de la Junta Nacional del Tesoro Artístico, fueron ejecutados por los Sres. Vergent-Ruiz, del Museo del Louvre, Mr. Maclaren de la National Gallery, y el Sr. Gielly, del Museo de Arte e Historia de Ginebra, especialistas para la pintura; por los Sres. W. Deonna, Director del Museo de Arte e Historia de Ginebra, Carie Dreyfus, del  Museo del Louvre, y Sr. Michael Stewart, del Victoria and Albert Museum, especialistas para los tapices y objetos de arte. 

Asistieron igualmente al inventario el pintor y Delegado del Gobierno español, D José María Sert Badía  que durante la Segunda República fue agregado cultural para las artes en la embajada española en París y el Sr. J. Vallery-Radot, Bibliotecario de la Sociedad de las Naciones, designado por el Sr. Avenol para que le representase a ese efecto.

Así se hizo el inventario de casi todas las obras maestras más célebres del Prado, del Escorial, del Palacio Nacional y de la Academia de San Fernando.

Entre esas obras inventariadas pueden citarse : Pentecostés, el Bautismo de Cristo, la Trinidad, el Sueño de Felipe II, del Greco; Santa Isabel, el Sueño del Patricio, el Patricio revelando su sueño al Papa, de Murillo; las Meninas, las Hilanderas, la Fragua de Vulcano, la serie de Bufones, de Velazquez; la Familia de Carlos IV, los cartones de tapicería (el resguardo de tabacos, el pelele, la Gallina Ciega, etc.), la Maja Vestida, la Maja Desnuda, los retratos y la serie de la Academia de San Fernando, de Goya; la Virgen del Pez y el Retrato del Cardenal, de Rafael; Carlos Quinto, la Ofrenda a Venus, la Colocación en el Sepulcro, del Ticiano; Moisés salvado de las aguas, del Veronés; la Batalla naval y terrestre, de Tintoreto; el Descendimiento de la Cruz, de Van der Weyden; la Adoración de los Magos, de Memling y la de Bosch; el Triunfo de la Muerte, de Breughel; el Juicio de París, las Tres Gracias, el retrato de María de Medicis, de Rubens; la Artemisa, de Rembrandt, etc.

El inventario de los tapices comprendía unas dos mil piezas, entre las cuales figuran los célebres tapices holandeses de los siglos XV y XVI, y especialmente los de Vertumno y Pomona, las Esferas, la Conquista de Túnez, los Pecados Capitales, el llamado del Palio de Carlos Quinto, etc.

Entre los manuscritos y libros, merecen mencionarse especialmente la Biblia de San Luis, una de las obras maestras de la miniatura francesa del siglo XIII, el mapa manuscrito de Juan de la Cosa, sobre pergamino, de 1499, que representa el mundo tal y como los geógrafos lo conocían en aquella época, es decir con muchas lagunas, un ejemplar de la Biblia impresa por Gutenberg, los objetos precolombinos del Tesoro de los Quimboyas (México), etc.

El Sr. Joseph Avenol,  fue un diplomático francés que actuó como segundo secretario general de la Sociedad de Naciones desde el 3 de julio de 1933 al 31 de agosto de 1940, entregó el jueves 30 de marzo al Sr. Marqués de Aycinena, Embajador de España en Berna, en presencia del Sr. Paúl Lachenal, Delegado del Comité Internacional, los tesoros de arte español que había recibido en depósito.

Después de dar la bienvenida al Representante de España, el Secretario General declaró que había tenido la honra de ser depositario de un tesoro valioso para España y para el mundo entero, y que el lugar natural de tantas obras de arte era el sitio donde habían sido creadas.

El Sr. Paúl Lachenal declaró que el Comité que se había constituido para la salvaguarda de los tesoros artísticos españoles, había inspirado su acción en sentimientos de profunda admiración y de amistad por la nación española. El Comité había deseado, de esa manera, conservar al patrimonio de la humanidad todo lo que España le había aportado en tesoros sublimes y de valor eterno. Como suizo, se congratulaba de haber estado asociado a una obra por la cual no quería dejar de expresar toda su gratitud al Secretario General.




Paco Robles