22 de febrero de 2021

ANTONIO MACHADO el mejor escritor español ha muerto en Collioure


ANTONIO MACHADO el mejor escritor español ha muerto en Collioure 
PERSEGUIDO DE SU PAÍS POR LA INVASIÓN EXTRANJERA, 
agotado por las privaciones no pudo resistir la fatiga del éxodo.

Collioure, 23 de febrero. - Ayer, al mediodía, falleció en un hotel de nuestra ciudad donde se había refugiado tras cruzar la frontera pirenaica el gran escritor Antonio Machado. Tenía 64 años. Llevaba consigo en su última hora a uno de sus hermanos, a sus tres hijos y a su madre casi centenaria. Antonio Machado, que acaba de morir exiliado en Collioure, fue una de las figuras más altas de la literatura europea, uno de los más grandes poetas españoles, un hombre cuya obra y vida ejemplares había merecido la admiración y el respeto de los enemigos más implacables de la inteligencia. Muerte de dolor, sin duda. Su mismo deterioro de salud había causado una gran preocupación a quienes lo rodeaban desde su salida de Valencia hacia Barcelona, ​​cuyo martirio había compartido. Este anciano había pasado un invierno sin fuego y sin pan. 
El 15 de enero, el gobierno republicano lo obligó a alejarse de la ciudad, para establecerse temporalmente en Francia. 

TRIBUTO A ANTONIO MACHADO 
Cuando un pueblo sucumbe, el corazón en el pecho de su poeta deja de latir. Karel Capek no pudo sobrevivir en su tierra natal checoslovaca. Y el gran corazón de Antonio Machado se rompió en un momento en que las heridas más crueles golpeaban a su España. Antonio Machado está muerto. Fue el más ilustre y querido de los poetas españoles y uno de los letristas más admirables de todos los países y de todos los tiempos. Murió en Collioure, en esta tierra de Francia donde su pueblo creía haber encontrado refugio. Y como su gente, con su gente, había resistido heroicamente, en Madrid, Barcelona, ​​Figueras, habiendo abandonado la capital durante la evacuación de Madrid sólo por mandato formal del general Miaja. Hasta el final habrá compartido el destino, la valentía y el martirio del pueblo del que era la voz más pura. Solo tenía sesenta y cuatro años, pero tantas dificultades habían arruinado su salud. 
Y, arrastrado, con los milicianos heridos, en la marea de la derrota, al otro lado de los límites de su patria, Antonio Machado solo pudo morir. Esta es una víctima más de la guerra que libra el fascismo contra el genio y el pueblo de España. En nuestra memoria, el nombre de Antonio Machado se une para siempre al de su joven y fraterno emulador, Federico García Lorca, fusilado en Granada, y sobre cuya muerte había escrito un poema inolvidable. Poeta de Soledades, Galerías, Campañas de Castilla, Antonio Machado había cantado la amarga angustia de este paisaje donde transcurría su existencia solitaria y meditativa. Un detalle que no puede dejar de conmovernos aún más: fue profesor de francés, y enseñó nuestro idioma en los colegios de Soria, de Segovia. 
Vivía encerrado en sí mismo, teniendo ojos sólo para las cosas, el follaje, las luces, la belleza salvaje de estas provincias desdichadas y sus pobres habitantes. Su obra sigue siendo uno de los testimonios más conmovedores del alma española, de sus profundidades, de sus misterios, de sus esperanzas. 
Saludamos respetuosamente a la madre y al hermano de Antonio Machado, con quien se había refugiado en Collioure y de quien la Asociación Internacional de Escritores se encarga de hacerse cargo. Por el momento, nos corresponde a nosotros, los escritores franceses, saludar estos gloriosos restos y velar por ellos junto a los muertos de los que estamos más orgullosos. Antonio Machado es nuestro, vivo y muerto, con toda su poesía, con todas sus imágenes y toda su música de España, con toda la confianza inquebrantable que esta alma tierna y fuerte había puesto en la justicia final. 
Jean Cassou, Jean-Richard Bloch, Aragón