21 de septiembre de 2017

El Cementerio de Granada según Gerald Brenan


Como hemos podido leer en los estremecedores relatos que hemos publicado en estos dias, las tapias del cementerio granadino tuvieron un trágico destino. 

Cuando en 1949 (el estado de guerra se mantuvo hasta el año 1948) Gerald Brenan regresa a Granada, visita el cementerio en busca de la tumba de Federico García Lorca. Allí, un sepulturero le enseñó la tapia donde se produjeron los fusilamientos: 
“Pasamos por las puertas de hierro y nuestro hombre nos llevó al muro que limita el lado inferior del cementerio. Las señales de las balas estaban todavía allí, así como algunas manchas de sangre reseca" 
“Era una fosa cuadrada, de unos diez metros de lado, al parecer muy honda. Estaba llena, hasta unos doce metros de la superficie, de cráneos y huesos. Entre éstos, yacían unos cuantos cadáveres apergaminados y encogidos, en posturas grotescas, como si hubieran llegado por los aires, y envueltos en consumidas mortajas. - Aquí está lo que fue antes la flor de Granada – dijo el hombre - .Miren bien y verán los agujeros de las balas. Y, en efecto, casi todos los cráneos estaban agujereados” 
La guerra civil cogió al escritor en Churriana, cerca de Málaga, donde se había instalado en 1934. En los primeros meses de la guerra fue corresponsal del Manchester Guardian y del News Chronicle. De regreso a Inglaterra, a los dos meses del conflicto, hizo emisiones radiofónicas dirigidas a España para la BBC.