Una de las miles de víctimas que podría encontrarse en el barranco deViznar es Blanca Lozano Villaverde, mujer del último alcalde republicano de Lanjarón, Francisco Gálvez Peralta. Cuando el 20 de julio de 1936, la ciudad de Granada cayó en manos del bando franquista los asesinatos descontrolados se sucedieron durante los últimos días de julio y las primeras semanas de agosto. El mismo día 22, escuadras negras y voluntarios comenzaron a llevar a líderes republicanos, sindicales y agrarios y a diferentes personalidades del mundo de la cultura al barranco de Víznar y a la tapia del cementerio de Granada para proceder a su ejecución.
'El golpe en Granada triunfó sólo en la ciudad, que quedó rodeada por fuerzas republicanas, de manera que la represión fue brutal. Hay pruebas documentales de que los sublevados dejaban cadáveres en las entradas a la ciudad a modo de escarmiento'.
En estos primeros días de represión descontrolada, el alcalde de Lanjarón y su hijo mayor fueron fusilados frente a la tapia del cementerio de Granada. Su mujer, Blanca Lozano, fue encarcelada. Con problemas graves de salud, Blanca fue operada de urgencia de la matriz durante su estancia en la prisión. Paradójicamente, la operación consiguió salvar su vida, pero apenas unos meses después la mujer fue fusilada y su cuerpo fue lanzado a una fosa común en el barranco de Víznar, según cree la familia. Francisco Luis, nieto del hermano de Blanca, relata a Público la historia de su familia.
0 comments:
Publicar un comentario