17 de febrero de 2020

Ernesto Vega de la Iglesia Manteca



Ernesto Vega de la Iglesia Manteca nació en Bilbao, el 19 de septiembre de 1894. Era hijo de Francisco Vega de la Iglesia, abogado de ideas Republicanas vinculado al progresismo de Ruiz Zorrilla. Inició sus estudios en el Instituto Vizcaíno de Bilbao y, tras el fallecimiento de su madre, los continuó en Burgos, donde vivió con sus abuelos. Tras completar su etapa formativa volvió a Bilbao, estableciéndose en casa de su padre, con quien inició una empresa de seguros en un primer momento y una empresa de máquinas de escribir con posterioridad.

Poco tiempo después tomó la determinación de viajar a Argentina, donde no residió mucho tiempo antes de volver a Bilbao, donde contrajo matrimonio con Piedad Zubizarreta en 1919. Desde joven fue un entusiasta partidario de la República. Se afilió al Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) del que fue presidente del comité provincial en Vizcaya. Tras la ruptura del partido se adscribió al ala Radical Socialista que dirigía Félix Gordón Ordás, siendo su máximo representante en Vizcaya, para integrar posteriormente el partido Unión Republicana. Fue correligionario de Diego Martínez Barrio. También era amigo del diputado Manuel Muñoz Martínez.

Tras la proclamación de la Segunda República, durante la década de 1930, Vega de la Iglesia fue nombrado gobernador civil en varias provincias: Burgos (8 de junio de 1932-18 de marzo de 1933), Cádiz (18 de marzo-26 de agosto de 1933), Gran Canaria (26 de agosto-13 de septiembre de 1933), y Granada (18 de marzo-23 de junio de 1936). Cuando Vega llegó a Granada se encontró una situación muy compleja, entre otras misiones hubo de vigilar a los militares de la guarnición de Granada que conspiraban contra la República. Envió varios informes en los que detallaba las conspiraciones de algunos militares y políticos derechistas. Llegó incluso a detener a uno de los cabecillas de la conspiración militar, el capitán de aviación Joaquín Pérez y Martínez de la Victoria.

Tras el estallido de la Guerra de España, fue nombrado gobernador civil de Guadalajara (12 de julio de 1937-26 de mayo de 1938), y posteriormente lo sería de Albacete (26 de mayo de 1938-28 de marzo de 1939), siendo de hecho el último gobernador civil Republicano de esta provincia. Toda esta actividad le obligó a estar fuera de Bilbao casi la totalidad del período Republicano y de guerra civil.

Al final de la contienda fue detenido en el puerto de Alicante, mientras intentaba huir al exilio, tras lo cual fue enviado al campo de concentración de Los Almendros y, posteriormente, a la prisión de Albacete. Tras ser juzgado, fue condenado a muerte y fusilado el 16 de noviembre de 1939.