6 de febrero de 2016

Homenaje a Maria Zambrano.




El 18 de julio de 1936, María Zambrano se sumó al manifiesto fundacional de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura (AIDC), colaborando en su redacción y marcando el compromiso de "la libertad del intelectual" con el "pueblo puesto en pie" por una "razón armada". Como su propio padre y como su admirado y admirador Antonio Machado, la Zambrano, que nunca escatimó lucidez y valentía, se alineó definitivamente en la realidad, un gesto humano y personal que muy pronto aparecerá en su obra bajo el epígrafe de "razón poética".


En 1937 su marido se incorporó al ejército y ella colaboró en la defensa de la República desde el consejo de redacción de Hora de España. Participó en el II Congreso Internacional de Escritores para la defensa de la cultura (celebrado del 4 al 17 de julio de 1937 en Valencia), donde conoció a Octavio Paz, Elena Garro, Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y Simone Weil (vestida de miliciana). Fue nombrada Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la Infancia Evacuada, y participó en la reapertura y gestión de la Casa de la Cultura de Valencia.


Al inicio de 1938 se trasladó con su familia a Barcelona, en cuya universidad llegaría a impartir un curso. Ese año, el 29 de octubre, murió su padre, al que Antonio Machado dedicaría una esquela de despedida en el número XXIII de la revista Hora de España (que entonces no llegó a publicarse), incluida luego en su Mairena póstumo. El 23 de diciembre, veinticinco divisiones del "ejército nacional" abordaron la ofensiva de Cataluña. El 25 de enero capitula Barcelona y lo que queda de la España republicana se encamina hacia el exilio.


El 28 de enero de 1939 María cruzó la frontera francesa en compañía de su madre, su hermana Araceli, el marido de ésta y otros familiares. En Francia, María se reencuentra con su marido y tras una breve estancia en París, parten para México.