Antonio Quitián González. Güejar-Sierra (Granada), 1928.
“Cura obrero”. Su familia era de derechas y había sufrido represión en zona republicana. Sin embargo, la acción pastoral y la influencia de Miguel Peinado, que fue obispo de Jaén, hicieron que comenzara a cuestionar el estado político de las cosas y el papel de la Iglesia en éste. En 1953 llegó a Tózar y Limones, pedanías dominadas por terratenientes.
Tras catorce años de ejercicio en los que impulsó la construcción de viviendas para trabajadores y una escuela, se trasladó a Granada. Residió primero en el barrio de la “Virgencica” y luego en el Polígono de Cartuja.
Su ingreso en la HOAC le hizo ver las cosas de diferente modo. Hasta entonces su labor para con los desfavorecidos había partido de una posición paternalista. Involucrado en la vida de los barrios, ofreció la casa parroquial para el debate y la puesta en común de los problemas que aquejaban al vecindario. El compromiso creciente con los desfavorecidos y con los trabajadores, le llevó a renunciar a la asignación económica de la Iglesia y a trabajar como albañil para ganarse la vida.
En 1975 se encerró en la Curia de Granada para denunciar el paro que sufría
Granada y, sobre todo, el Polígono de Cartuja, que se cifraba en el 40%. Detenido,
fue conducido a Madrid, el arzobispo Tarancón impidió que lo procesaran. Finalmente,
terminó en la cárcel de Granada por no pagar una multa gubernativa de
500.000 ptas.
http://granadablogs.com/cableados/2014/06/14/antonio-quitian-de-cura-obrero-a-cura-perroflauta/
3 de marzo de 2016
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