El miedo y la muletilla roja
"Carmonita" es el miliciano más viejo del batallón. Así que llegó a Madrid, se apresuró a enrolarse. Cuando intentaron rechazarlo, porque rebasaba la edad, se le ocurrió argumentar su solicitud de esta forma:
—¿Entonses, camarada, pa qué he salió huyendo de mi casa?
Llegó a Madrid en ios momentos de mayor peligro.
El no desconocía la situación. Estando en Barcelona reunido con varios paisanos, harto ya de no hacer nada, decidió venir a la capital de la República.
—Paisanos—les dijo—: tengo más miedo que nadie; pero me voy a Madrid.
Carmona tiene ideas muy geniales sobre la Revolución y el momento actual. El cree firmemente en el triunfo del pueblo. Y lo que es más: en un triunfo rápido y aplastante.
—¿Cómo crees que terminará la guerra?
—Yo no sé. Pero a mí me parece que el día menos pensao nos levantamos y ya no hay ná. La guerra va a tené una muerte repentina. Con decirte que yo pienso está otra vé en mi casa dentro de poco, está dicho tó.
Con sus sesenta años. Carmonita es relativamente feliz. No es el viejo que se torna niño, sino el infante que nunca envejece. Yo le he visto abrazado al trapillo rojo de su muleta de aficionado, bañando en lágrimas el recuerdo
de su niñez lejana.
-—¿Para qué quieres eso?
—¿Esto? ¿Esto?... Esta muletilla, ya que no me sirvió pa ná cuando quise sé torero, servirá ahora de bandera de la Revolución. ¡Que pa eso tiene el coló de la sangre!...
10 de enero de 2017
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