12 de abril de 2021

COMO PIENSA PABLO IGLESIAS

 19 de Agosto de 1917, ESPAÑA

COMO PIENSA PABLO IGLESIAS

Un representante de "El Liberal” de Madrid, ha hecho una visita al célebre político don Pablo Iglesias, en la que éste hizo importantes declaraciones. El "leader"' está agobiado por los años y por las enfermedades, pero fuerte y entero con su voluntad de acero.

“Voluntad y fuerza: esas son las características del hombre que ha logrado cautivarnos a las primeras palabras”,— dice el representante de "El Liberal”. , Don Pablo Iglesias, aunque atormentado por dolores y desmayos de la carne, lleva con altanería sus años, que no ha perdido en ociosos pasatiempos.

Ha estado usted muchas veces en la cárcel?—le pregunta el repórter.

—Muchas... He conocido el antiguo Saladero. Fue el año de 1883. La vez primera que pisé los umbrales de la cárcel. La última en tiempos de Maura y Cierva, cuando Barcelona ardía en aquella semana que ha pasado a la historia con el apelativo de trágica; pero para decirle el número exacto de veces en que fui arrestado sería necesario un esfuerzo grande de mi memoria y buscar periódicos, y aún así puede que no recordase con exactitud la cifra.

Hablando de sus ideales, al apóstol del socialismo en España, dijo:

“Los obreros de todos los países han visto ya claro. Saben, por lo tanto, después de muchos años de persecuciones y de luchas con poco fruto, en qué ambiente tan sólo pueden fructificar bien sus ideales.. Del convencimiento han sacado fuerzas; de la triste experiencia, energía, y al hallarse en la bifurcación de caminos enderezan sus pasos por el único a cuyo término está el mejoramiento rápido de sus condiciones de vida."

"La fe en su acción los alienta en la marcha y el triunfo soñado les hace desdeñar los riesgos. La experiencia y el contacto con la realidad les ha limado de estridencias. Los obreros acarician hoy aspiraciones que pueden convivir con regímenes políticos burgueses. Me refiero, claro es, tan sólo a aquellos que no fracasaron una y otra vez hasta el punto de hacerse incompatibles con los países en que regían."

"Los obreros han visto ya claro, sus ideas pueden desarrollarse dentro de un  régimen cuya historia tenga todavía las hojas en blanco. Queremos que el fabricante viva sus negocios con prosperidad. A mayor ganancia suya coresponderá la ampliación del negocio y, por ende, se ocuparán más brazos, se trabajarán menos horas y se mejorarán los jornales."

"Deseamos que la Escuela, el Instituto y la Universidad alcancen su desarrollo máximo. La mayor cultura es mayor riqueza. El obrero que es culto pretende a la cortesía, tiene mayor reflexión. El patrono ha de salir ganancioso con ello. Porque en el choque de dos aceros la seda de la educación evita la chispa. Mientras los tiempos, con sus enseñanzas y cominos, no impongan otras costumbres, aspiramos a mantener buenas relaciones con el ejército, a dedicar atención preferente a todas las necesidades de defensa del país; pero sin caer en el peligro de que se nos pueda tildar de militaristas. Como nuestras aspiraciones benefician el interés nacional, no tenemos reparo hoy en buscar el contacto con los pequeños burgueses y hasta con los grandes que no viven en un régimen de privilegio."

Cuando en algún país se alzan voces de protesta, ¿qué queda en definitiva?

"Si gritan los que se creen preferidos, solo obtienen alguna reivindicación los que por su fuerza pueden constituir un peligro. Y callados los poderosos, el pavor pone silencio en las otras protestas que no tuvieron fuerza para hacer valer sus pretensiones. Todas las protestas de la burguesía se reducen a voceríos inarmónicos. Sólo hay una labor seria, persistente, tenaz y decidida: la de los obreros. Cuando estos se convencen de que dentro de un régimen determinado no hay esperanzas de redención,  saben luchar para que se venga abajo la muralla que hace de dique. Su labor es seria y la que en definitiva venga será más eficaz. Por que no los guía ningún pequeño móvil ni tienen puestos sus ojos en ningún empleo, y la experiencia y la disciplina les ha enseñado que su tuerza está en su moral. Cuando trabajan por su mejoramiento, laboran por la patria. Y asi acuden a los comicios y defienden la pureza del sufragio y dan ejemplo de civismo. 

El triunfo no les hace olvidar el taller, al cual vuelven al siguiente día. Son ciudadanos conscientes. Sabrán ser héroes y mártires, si el deber les señala esa ruta. Esa conducta debieran seguir los elementos burgueses cuando se sienten lastimados."

"Así son en todo el mundo civilizado los socialistas y los obreros asociados. Tengamos fé en ellos y con su ejemplo convirtámonos en buenos ciudadanos que sienten las tristezas de su país y que no titubeen en ser médicos v practicantes si hay que operar en cuerpo enfermo..."


Don Pablo Iglesias tuvo que callar después de estas declaraciones, para respetar la censura, y acabó diciendo que no era un hombre culto, sino producto del medio en que se ha desarrollado. "Me eduqué en el hospicio—agregó—estuve en el hospital, conozco la cárcel, y luego en la lucha por mis ideales, en el taller, no tuve tiempo para estudiar cuánto apetecía mi espíritu. A nadie ha de extrañar, conocidos mis antecedentes que no ponga tanto fuego en mis peroraciones, ni que mi voz tenga rudeza. Soy la protesta recogida de hospicios, talleres, cárceles y hospitales, donde la felicidad nunca tuvo asiento.