11 de marzo de 2018

Carta testimonio de La Desbandá



Muy Sres. míos:

La Secretaría de la Comisión Interministerial para el Estudio de la Guerra Civil me facilita su dirección como posibles interesados en conocer la historia que les voy a contar a  continuación, se trata de un suceso que yo viví cuando tenía once años y cuyo recuerdo me ha acompañado de por vida.



Yo soy un asiduo lector de los relatos acerca de aquella guerra incivil y tengo la impresión  de que este suceso no ha sido registrado en ninguna crónica a pesar de que los nombres de los muertos de aquella ocasión están registrados en los libros de  defunciones de varios pueblos, pero no creo que nunca se haya dado noticia de su muerte a sus familiares, para estos debieron figurar simplemente como desaparecidos.

La fecha fue un par de días después de la caída de Málaga en manos de los italianos a

las órdenes de Queipo de Llano, podemos fijar el 7 de febrero de 1937, día más o menos.

Un batallón republicano avanzó a lo largo de la Almijara, sin suministros suficientes,

armados con fusiles checos y con la esperanza de alcanzar Sierra Nevada y llegar a

Guadix donde mandaba mi pariente Maroto al frente de un grupo de anarquistas.

Tenían que cruzar el río Dúrcal (o Guadalfeo, según se mire) subir por la vega de Murchas y alcanzar la sierra por Mondújar. Pero al río llegaron extenuados y hambrientos, los naranjales estaban pletóricos de fruto y muchos se dedicaron a comer sin pensar en defenderse, algunos trataron de seguir su camino y no sé si alguno conseguiría alcanzar su objetivo.

Se entregaron sin resistencia y fueron conducidos a los calabozos de los pueblos. Aquella noche salió de Granada un pelotón de fusilamiento y los fue eliminando a todos sin más tramite que el tomarles sus nombres para identificarlos e inscribirlos en los libros de defunciones como fallecidos de modo violento.

En Melegis indultaron a dos, uno por muy joven y otro por ser mujer. En Restabal cayeron once. En Melegis treinta aproximadamente y el resto en Murchas y Mondújar hasta sumar unos ciento veinte. El parte de guerra que se emitía en Burgos los citó como muertos en combate.

Aproximadamente un mes más tarde, cuando se fue a limpiar la acequia de las Cañadas se encontró un cadáver junto a ella. La apariencia es que se trataba del jefe del batallón que decidió suicidarse al ver la actitud de sus subordinados.

Como les digo al principio no creo que este suceso haya quedado registrado en ninguna crónica y que nunca los familiares de los muertos hayan sabido cómo acabaron, a pesar de que sus nombres están registrados en los libros de defunciones de los pueblos.



Un saludo cordial. J. M. Madrid

Pdta.: Actualmente Restaban y Melegis pertenecen al municipio de El Valle y Murchas y

Mondújar al de Lecrín.