El primer transporte con judíos procedentes del gueto de Varsovia llega el 23 de julio de 1942. Desde entonces, y hasta la demolición de las instalaciones del campo por los propios alemanes para borrar las huellas en noviembre de 1943, fueron gaseados y quemados alrededor de 800.000 judíos de la URSS, Polonia, Francia, Chequia, Eslovaquia, Grecia, Alemania, Austria y Yugoslavia. También fueron asesinados gitanos de Alemania y Polonia.
Gracias a los testimonios de los supervivientes, especialmente el de Samuel Willemberg, y a la labor de los historiadores, se puede reconstruir la estructura y el sistema de funcionamiento, recogida en la' Enciclopedia del Holocausto' editada por Yad Vashem:
«Los trenes, con 50 o 60 vagones que transportaban entre 6.000 y 7.000 personas, llegaban a la estación cercana; 20 vagones eran remolcados al campo, mientras que el resto esperaba en la estación. Se abrían las puertas y los guardias de las SS ordenaban a los judíos descender de los vagones. Seguidamente, un oficial les anunciaba que habían llegado a un campo de tránsito donde se ducharían y desinfectarían su ropa, para luego viajar a diversos campos de trabajo (...). Hombres y mujeres eran separados (...). Las mujeres y los niños debían desnudarse en una barraca. A ellas se les cortaba el pelo (destinado a diversos usos industriales). Debían luego abandonar desnudos la barraca e ingresar en la manguera, un sendero angosto, cercado y camuflado que conducía a las cámaras de gas. Una vez encerradas las víctimas, se encendía el motor y el gas comenzaba a fluir al interior de la cámara. En media hora, como máximo, estaban muertos y llegaba el siguiente grupo de víctimas, mientras se retiraban los cuerpos y se los llevaba a las fosas comunes, donde eran enterrados (...). Después de un tiempo, los alemanes resolvieron que el proceso de exterminio en Treblinka no era bastante eficiente. Entre agosto y octubre de 1942 se construyeron diez cámaras de gas adicionales [en un principio el campo contaba solamente con tres]. Además, se añadió otra mejora al sistema: a los recién llegados que estaban demasiado débiles para caminar hasta las cámaras de gas por sus propios medios, se les decía que se les enviaba a la enfermería y eran trasladados a un área cubierta sobre la que ondeaba una bandera de la Cruz Roja; allí los esperaban guardias de las SS y ucranianos que los asesinaban en el acto».
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