José Miaja Menant, General del Ejercito de la II República
(Oviedo, 20 de abril de 1878-Ciudad de México, 14 de enero de 1958)
Cuando el general José Miaja Menat llegó al exilio, hace ahora setenta y seis años, los medios de comunicación mexicanos no vieron en él a un militar republicano derrotado, sino al artífice de la defensa de Madrid durante los tres años que duró la Guerra Civil. Los generales sublevados, Franco, Mola, Yagüe, Varela, Orgaz… se reían de él haciendo un gesto con sus dedos como si estrujaran una miga, una miaja de pan.
Pero aquel 6 de noviembre de 1936 , sus tropas se estrellaron contra la defensa de Madrid que dirigía aquel viejo demócrata leal a la II República. Y lo hizo desde la Posición Jaca en el Parque del Capricho de Madrid, un complejo donde mantuvo su Cuartel General hasta el final.
Cuando se cumplen 79 años de este acontecimiento rescatamos esta entrevista, inédita en España, que le hizo el periodista José Gómis Soler en la Radio Nacional de México, en mayo de 1942:
“El general Miaja –decía Gómis Soler en la presentación– no era una figura popular ni siquiera conocida, pero el 6 de noviembre, el Gobierno de Largo Caballero se trasladó a Valencia ante el peligro inminente en que se hallaba Madrid, y el general Miaja, en calidad de jefe militar de la plaza, asumió el mando civil y militar de la capital de España. Los facciosos estaban seguros de entrar en Madrid aquel mismo día. Hubo que organizarlo todo y se constituyó una Junta de Defensa –todos sus miembros eran civiles y jóvenes- que presidió el propio general Miaja. Y se hizo ese milagro de bravura que la historia registró. No lo hizo solo el general Miaja, pero a él cabe la gloria de haber dirigido la defensa con clarividencia y serenidad. Él eligió, entre los militares más capaces y leales, su Estado Mayor; él estuvo presente, aquellos días históricos, en las primeras líneas de la Casa de Campo; él reafirmó el espíritu indomable de Madrid con su ejemplo. Si Madrid resistió cuantas veces se le dio por conquistado se debe a este hombre de virtudes excepcionales”.
Como dice Rafael Casas de la Vega, en su libro “Seis Generales de la guerra civil. Vidas paralelas y desconocidas”.
“Cuando las columnas africanas llegan a las inmediaciones de la capital de España, destaca la defensa de la ciudad que, ante este reducido pero buen ejército, realiza el general Miaja, a quien el Gobierno de la República había dejado al frente de la Junta de Defensa de Madrid, con fuerzas milicianas, de pequeña capacidad operativa, dudoso control y escasez de mandos profesionales.
El trabajo de Miaja, difícil y bien hecho, como lo prueba el resultado de que Madrid no fuera ocupado, da lugar a que sobre el esqueleto de defensa creado por él y sus asesores, entre los que estaba su Jefe de Estado Mayor, el Comandante Rojo, se creara el Ejército Popular, que combatiría con creciente eficacia hasta ser derrotado, definitivamente, en la batalla del Ebro".
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