La leyenda bajo la imagen superior se lee: "El obrero tiene una casa sobria, su familia vive feliz." La leyenda bajo la imagen inferior se lee: "El borracho provoca la ruina de su familia." Estos dos estados se ven reforzadas por la representación visual de las dos familias diferentes. En la imagen superior, estamos al tanto de una casa prospera refleja en la abundancia de bienes materiales simples, una colección de plantas próspera fuera de la puerta, y una mujer acariciando la cabeza de un niño. Una máquina de coser ocupa un lugar prominente en el centro de la imagen y puede ser un símbolo de la productividad del trabajador sobrio. En la imagen inferior, vemos una imagen mucho más marcado que se refleja en la desnudez de las paredes, que en esta imagen están pintadas de negro con una pequeña sección en la esquina superior derecha revelando los ladrillos debajo del yeso. Las pocas piezas de mobiliario se encuentran en desorden con una botella vacía y vidrio inclinado sobre la mesa en el primer plano. Los ocupantes de esta casa parecen mucho más miserable. La mujer sentada junto a la puerta parece estar llorando y el niño en el primer plano parece ser el llanto o la lucha contra el abrazo de la mujer que la sostiene. Por último, vemos un par de pies que sobresalen desde el lado izquierdo del bastidor. Al parecer, el borracho yace inconsciente en la cama. Esto está en marcado contraste con la imagen superior, donde el obrero sobrio, presumiblemente el hombre de la casa, en ambos casos, es la nada que ver en la imagen, ya que es en el trabajo.
Aunque enmarcado como un asunto familiar, el problema de la embriaguez también tenido consecuencias para el estado de la República española en guerra. Un trabajador sobrio no sólo tenía un hogar más feliz, pero también era más productivo y más contribuyó al esfuerzo de guerra. En muchos sentidos, la embriaguez fue visto como un asunto de salud pública y, también, la moral del público. Al igual que otras campañas de carteles instruir a la gente sobre los peligros de la prostitución, la propagación de la enfermedad, e, incluso, no practicar la higiene dental, este cartel se orienta hacia la educación y la prevención de una enfermedad social en particular.
Aunque enmarcado como un asunto familiar, el problema de la embriaguez también tenido consecuencias para el estado de la República española en guerra. Un trabajador sobrio no sólo tenía un hogar más feliz, pero también era más productivo y más contribuyó al esfuerzo de guerra. En muchos sentidos, la embriaguez fue visto como un asunto de salud pública y, también, la moral del público. Al igual que otras campañas de carteles instruir a la gente sobre los peligros de la prostitución, la propagación de la enfermedad, e, incluso, no practicar la higiene dental, este cartel se orienta hacia la educación y la prevención de una enfermedad social en particular.
Dos paneles, uno que muestra el hogar feliz ordenado de un trabajador ahorrativos; Por otro, la casa depravada de un borracho
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