El monolito, levantado en la plaza del Pilar de Zujaira, en recuerdo a los diez zujaireños asesinados en el campo de exterminio de Mauthausen, volvió a ser el pasado viernes testigo del acto homenaje a la Memoria Histórica y al recuerdo, que se viene celebrando desde hace tres décadas en la localidad.
El acto, organizado por el Ayuntamiento, comenzó a las nueve de la noche y contó con la presencia, entre otros, del delegado de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo en Junta de Andalucía, Juan José Martín Arcos, el alcalde de Pinos Puente, Enrique Medina, la alcaldesa de Casanueva-Zujaira, Remedios Jiménez, Francisco Robles Rodríguez, profesor de la UGR y miembro de la directiva de la Asociación granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica y Carlos Hernández de Miguel, periodista y autor del libro "Los últimos españoles de Mauthausen", la historia los últimos españoles supervivientes de los campos de exterminio nazis que nos recuerdan su sufrimiento y la forma en que perdieron a miles de compañeros a manos de los siniestros miembros de las SS. La historia de esos hombres y mujeres que sobrevivieron o murieron entre las alambradas de los campos.
Tras los emotivos discursos se procedió al izamiento de la bandera de la Amical en recuerdo de los zujaireños asesinados en el campo de concentración de Mauthausen mientras sonaba el Orobroy en la guitarra de Karim Adghal.
Los once zujaireños objeto de este homenaje son: Manuel Reina Moya, Pedro Crespo Trujillo, Juan Gálvez Cervera, Rogelio García Alcaraz, Francisco Marfil Crespo, Juan Amigo Nuñez, Rafael Ávila Jiménez, José Crespo Jiménez, Ángel Reina Moya, Antonio Reina Moya y Francisco García Alcaraz, único superviviente de Mauthausen, ya fallecido, y promotor del monolito.
Durante la Guerra Civil española, debido a sus ideales políticos, numerosos vecinos del municipio se vieron obligados a huir de España para salvar su vida y buscar refugio en países vecinos. Este hecho, tan sumamente doloroso, se tornó aún más trágico porque muchos de ellos, tras cruzar la frontera francesa, fueron internados en campos de reagrupamiento, debiendo soportar un trato cruel y unas condiciones de vida pésimas por parte de las autoridades francesas.
Tras el estallido de la II Guerra Mundial muchos españoles fueron obligados a combatir en las filas del ejército francés, enviados al frente en escuadrones de choque, siendo muchos de ellos capturados por los nazis.
Los nazis preguntaron a las autoridades españolas que debían hacer con los "rojos españoles capturados", si los extraditaban a España. Pero los campos de concentración españoles estaban a rebosar de presos por lo que, Ramón Serrano Suñer, ministro de asuntos exteriores, amigo personal de Heinrich Himmler, contestó rechazando la extradición, alegando para ello que no se trataba de españoles, sino de "apátridas indeseables", por lo que la Gestapo se hizo cargo de ellos.
Es de este modo como once vecinos, republicanos de Zujaira, fueron conducidos a Mauthausen, que junto con Gusen fueron los dos únicos campos de exterminio de toda Europa etiquetados como campos de "Grado III", lo que significa que eran los campos más duros para los "enemigos políticos incorregibles del Reich".
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