Hoy asistimos a la restauración del Castillo y esperamos ver resurgir de esas piedras la magia de un monumento casi milenario que corona la Villa de Íllora.
Pero no es la primera restauración que se ha hecho de estas edificaciones, la Noticia mas antigua a la que he tenido acceso, es una parte de los fondos de archivos provienentes en su mayoría de las casas de los Duques de Sesa, Altamira y Osuna y la colección Miró.
Contienen sobre todo documentación de los siglos XIV al XVII; correspondencia de los Reyes Católicos con el Gran Capitán, los Condes de Cabra y nobles de la época: gran parte de la de Carlos V, Felipe II y reyes sucesores, con sus secretarios, embajadores y gobernadores.
Estos catálogos están formados con documentos originales, al parecer en su mayoría inéditos o poco conocidos, que atesoran aun archivos de casas particulares de los nobles e ilustres casas señoriales de
los Excmos. Duques de Alburquerque y condes de Heredia, Spinola, o Zabálburu.
En 1486, Fernando II de Aragón, el Católico nombro Alcalde de Íllora con la misión de fomentar las disensiones entre Boadbil, que era apoyado por los Abencerrajes y el Zagal. En estos años contrajo segundas nupcias con María Manrique de Lara y Espinosa, Dama de la Reina Isabel, del linaje de los duques de Nájera con quien tuvo dos hijas.
La primera restauración fue en 1.493 y 1.494, como queda reflejado en la siguiente Real Cedula:
Dada en Segovia, el 23 de Agosto de 1494
Real cédula a los contadores mayores, ordenándoles abonen a Gonzalo Fernández de Córdoba la cantidad, que bajo juramento asegurare haber gastado, en la reparación de la fortaleza de Illora.
12 de marzo de 2013
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