El penal de Valdenoceda en Las Merindades albergó durante
siete años (1938-1945) a más de tres mil presos republicanos que malvivieron y
algunos murieron en condiciones infrahumanas en una antigua fábrica de sedas:
en palabras de alguno de ellos una de las cárceles más cruentas de toda
España.
En un solar de Valdenoceda se inhumaron, desde 1938 a 1943,
alrededor de 154 presos perdieron la vida a consecuencia de la desnutrición,
las infecciones o el frío.
Trasladados por sus propios compañeros, los reclusos
que perdieron la vida fueron enterrados en el cementerio municipal alejados de
sus familias que, en muchos casos, nunca supieron qué fue de ellos. Cuando en
1989 la parroquia del pueblo adquirió el solar para ampliar el cementerio, al
menos 39 de los 154 reclusos allí inhumados fueron sepultados por nuevos
enterramientos. En 2007 arrancaron los trabajos de exhumación, recuperándose
los restos de 114 presos y entre ellos estaba…
0 comments:
Publicar un comentario