REBECA ALCÁNTARA | granada hoy
A poco más de treinta kilómetros de la capital se encuentra Íllora, un municipio eminentemente agrícola, que destaca, entre otras cosas, por tener dentro de su término municipal un total de seis pueblos. A Íllora se suman cinco anejos, Alomartes, Obéilar, Tocón, Brácana y Escóznar, y cada uno de ellos tiene sus propias peculiaridades, teniendo en cuenta además que gozan de una población considerable, que va de los 2.000 habitantes de Alomartes, el más poblado, al medio millar de Brácana, el menos habitado. Esto hace de Íllora un municipio muy peculiar, con costumbres y tradiciones que varían entre cada pueblo, aunque con una identidad parecida, y con numerosísimos rincones que visitar y de los que poder disfrutar, tanto si se opta por un turismo natural, como si se prefiere uno más monumental.
El municipio conserva la imagen tradicional, las calles son empinadas, y los restos de la fortaleza medieval observan desde arriba lo que ocurre en las casas bajas y blancas que se suceden de manera más o menos ordenada, a izquierda y derecha. La tranquilidad es real cuando se pasea y el aire se respira limpio.
La agricultura continúa siendo la principal forma de vida de sus habitantes, que miran al cielo preocupados ante un tiempo que este año no está siendo del todo amable con ellos. El cultivo estrella de esta localidad del Poniente granadino es, como en otros de la zona, el olivar, aunque no es el único producto que se cultiva en estas tierras.
Pero el medio natural es sin duda otro de los puntos fuertes de este municipio en el que el turismo goza cada vez de un lugar más relevante. Situado a los pies de la sierra de Parapanda, los visitantes que decidan hacer una parada en el municipio granadino podrán disfrutar de numerosas rutas naturales. Los illurquenses han sabido aprovechar los atractivos que ofrecen sus pueblos y son numerosos los alojamientos rurales del municipio y que se presentan como una alternativa a tener en cuenta para todos aquellos que quieren disfrutar del medio ambiente y la tranquilidad.
Sin embargo no sólo los que vienen de fuera aprovechan los encantos de este pueblo granadino, los habitantes del municipio destacan las ventajas de vivir en un entorno tan privilegiado, orgullosos de sus raíces y de sus tradiciones y de una historia rica. Y es que no sólo la naturaleza es destacable en Íllora, en sus calles estrechas y empinadas aparecen edificios cómo la iglesia de la Encarnación, que merece la pena admirar. Desde el Consistorio son conscientes de la importancia de conservar su patrimonio y entre los proyectos más importantes del municipio destaca la próxima rehabilitación tanto del castillo como de la iglesia.
Aunque, para observar, nada mejor que alguno de los miradores desde los que se puede ver la Vega granadina o el pueblo de Íllora en toda su extensión, con las diferencias entre lo que fue y lo que es, entre las construcciones tradicionales y las que han ido apareciendo durante los últimos años.
Junto al turismo y la agricultura, el sector terciario tiene también su importancia en la localidad, que con más de 10.000 habitantes en todo el término municipal les ofrece la posibilidad de acceder casi a cualquier tipo de servicio. Asimismo la cultura tiene su lugar reservado en Íllora, el festival de música folk Parapanda, que celebró en 2009 su décimo novena edición y que se ha convertido en un referente y ha convertido al mismo tiempo al municipio en un punto de encuentro para todos los amantes de este tipo de música que se trasladan cada verano desde diversos lugares del territorio nacional hasta la localidad granadina.
Para los habitantes del municipio su festival supone una celebración que atrae a gran cantidad de gente y que transforma durante algunos días la tranquilidad del pueblo en un ir y venir de gente. A pesar del ajetreo el carácter acogedor de los illurquenses les hace reconocer los beneficios que este tipo de eventos tienen para la localidad.
Hay que recorrer varios kilómetros entre pueblo y pueblo para conocer cada uno de los rincones de este municipio que forma un conjunto especial, atractivo y peculiar que invita a los visitantes a adentrarse en el Poniente granadino y conocer uno de esos puntos que no están ni lejos ni cerca y en el que los vecinos de toda la vida pasean con aire sosegado.
29 de agosto de 2012
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