FRANCISCO SALAS (11 de Septiembre de 2000)
Cuando llega el mes de abril, Francisco Salas hace las maletas y deja su pueblo, Illora (Granada), para irse a Salou. Es el ritual de cada año, y ya van diez. Comienzan las vacaciones de los turistas y para él, una temporada de intenso trabajo en la cocina de un hotel. Comenzó como “marmitón”(fregando perolas) y ahora es segundo de cocina. “He conseguido trabajar sólo ocho horas; la cocina quema muchísimo pero estoy satisfecho,"de algo hay que vivir!”, dice este granadino. Mientras los clientes –800 en total– esperan impacientes en el comedor, en la cocina, donde trabajan una veintena de personas, se pueden alcanzar los 46 grados. “Pero el ambiente es muy bueno, y quien es
mínimamente formal, al año siguiente puede repetir”, mantiene Salas. Él cobra algo más de 100.000 pesetas al mes y comparte piso con otros trabajadores del mismo hotel.
16 de octubre de 2010
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